lunes, 13 de abril de 2009

unos ceros

(70ª parada)
“Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con gran compasión”.
(Libro del profeta Isaías, cap. 54: 7)

Todavía retengo el recuerdo de aquella primera vez en que ella se fijó en mí. Llevó su tiempo, pero sucedió. Hasta aquel momento, yo me limitaba a esperar que ocurriera lo que tanto deseaba, sin poder abandonar mi puesto habitual de cada día en la rutina cotidiana de los grandes almacenes. Yo sí la había visto ya en ocasiones anteriores. Imposible no sentir su presencia, tantas veces ansiada. Ella solía visitar el centro comercial; pero noté que, en sus visitas, apenas se apartaba de los motivos que la traían hasta aquí. Nunca la había visto pasear distraída, sin rumbo definido, como tantas personas que deambulan por esos pasillos. Unas veces se movía por una sección… otras veces, por otra… junto a un mostrador próximo… cerca de los libros… eligiendo algún complemento… Alguna vez había pasado tan cerca de donde yo estaba que esperé, con gran excitación contenida, que volviera hacia mí su mirada para encontrarse con la mía. Pero eso no sucedía.
Al fin, el centro comercial celebró una de esas semanas especiales, lo que me ofreció la excusa perfecta para engalanarme y poder destacar, en cierto modo, algo más mi atractivo. No sé si es apropiado que lo diga yo, pero creo que no estoy nada mal. Y mi propósito era conseguir que ella lo notara. Se presentaba mi gran oportunidad. Ya se me ocurriría algo para llamar la atención de ella en cuanto la viera. Y sucedió. Lo noté en su especial forma de mirarme, en un esbozo de sonrisa que anunciaba satisfacción. No sé si me sentí más pescador que cebo, pero ella mordió el anzuelo. El encuentro fue breve, aunque eso no me molestó en exceso: la semilla estaba plantada y sólo había que esperar que la plantita se fuera desarrollando. En aquella semana, ella se acercó hasta mi puesto un par de veces más, hasta que (¡por fin!) sus brazos me rodearon y llegó a abrirme la puerta de su casa. Un gesto que me hizo inmensamente feliz. Y, por la cara que ponía el jefe de mi sección cuando me veía salir del brazo de ella, tengo la sensación de que este suceso también le había alegrado bastante incluso a él.
Yo tenía muy claro que en ningún lugar iba a estar tan a gusto como en su compañía, así que me sentí muy cómodo una vez instalado bajo su mismo techo. Pasamos días extraordinarios. Los primeros estuvieron repletos de novedades, todo un mundo nuevo que explorar. Nos fuimos conociendo poco a poco. A veces, parecía que ella no me comprendía muy bien, pero con paciencia se iba acostumbrando a mí. Yo amaba cada cosa que ella compartía conmigo: me habló de sus gustos, supe de sus historias pasadas, de sus amistades, su familia, reímos juntos con sus aficiones, nos concentramos con los trabajos, me enseñaba sus fotos, me descubría la música que le gustaba oír, películas que ver, viajes que realizar, lecturas que comenzar… Nada había que quedara oculto. Me gustaba cuando ella pasaba largas horas acariciándome con suavidad indescriptible, como sólo ella sabe hacer. Me dedicaba profundas miradas y yo jamás me cansaba de tener sus ojos fijos en mí. De tantas horas de sueño nos hemos privado juntos que más de una vez la he sentido quedarse dormida mientras yo descansaba en su regazo.

Estaba tan lleno de amor, admiración y devoción hacia ella que comencé a notar una imposibilidad absoluta de transmitirle lo mucho que la amaba. No conseguía encontrar la forma. No había nada que pudiera hacer para dar salida a una carga tan grande de sentimientos que empezaban a oprimirme con su peso. Mi ser racional fue incapaz de adaptarse a esta situación, totalmente nueva para mí. Nunca antes me había sucedido semejante cosa y no lograba explicarme a mí mismo qué me estaba pasando. Algo fue cambiando dentro de mí. Y, también, fui percibiendo que ella necesitaba mucho más de mí y yo no podía dárselo… Fue la primera fisura en aquella relación tan perfecta. El principio del fin. Sus manos, sus miradas, su risa… ¡habían sido tan hipnóticos para mí! Y, ahora, con la ausencia de aquellas delicias, yo enloquecía sin remedio. La vida se tornaba cada vez más compleja, más exigente, y mi capacidad más limitada. Empecé a notar que ella estaba molesta conmigo. Sus risas habían cambiado por expresiones más serias, su ceño fruncido muchas veces... Algunas miradas que me dedicaba llevaban la ceja arqueada, la comisura del labio tirante… Y yo no sabía qué hacer. Aunque me desempeñara al límite de mi capacidad, nada era suficiente. Me esforzaba todo lo que podía para volver a ser el mismo de antes, pero ya nada era igual que en los días felices. Me sentía completamente enfermo sin estarlo realmente. Y su impaciencia conmigo crecía con el tiempo.

Al fin, sucedió lo que tanto temía. Ella se cansó de mis tardanzas, de mis retrasos, de mi cada vez más mermada falta de iniciativa y capacidad de resolución. Se cansó de mi letargo. Y ella fue desapareciendo de mi vida.
Con su ausencia definitiva, yo acabé de apagarme, falto de toda energía.
Pasado el tiempo, llegué a descubrir que otro había ocupado mi lugar en su vida. Otro que ahora acaparaba sus caricias, otro que recibía sus miradas, otro a quien iban dirigidas sus risas… todo lo que antes era para mí. Cómo añoraba aquellas cosas, pero ya habían terminado. Me sentí tan inútil que perdí toda esperanza de volver, aun por un instante, a los tiempos dichosos con ella. Sí, todo estaba acabado.

Pero, para mi sorpresa, hoy ella ha vuelto a encenderme. Creo que el otro ordenador está momentáneamente infectado por un virus y hoy me necesita a mí para algo urgente. Aunque lento y obsoleto, aunque bloqueado por un amor que todavía no he conseguido expresar con unos y ceros, hoy sus caricias son para mí. El teclear es algo más brusco de lo que recordaba, pero me siguen pareciendo las más maravillosas caricias... Su mirada está algo más perdida en mi pantalla, pero qué ojos tan hermosos… Cómo echaba de menos que ella estuviera conmigo.
Sólo hay algo que hace desmayar mi pobre y fatigado procesador, mientras siento cómo mi disco duro se va vaciando… En la bandeja de la impresora, una hoja de papel dice en letras grandes: SE VENDE PORTÁTIL

25 comentarios:

  1. Lo anuncié en facebook... ¡y aquí está!

    :D

    ResponderEliminar
  2. Esperando esa historia con la canción de Crazy y me encuentro con esto! jeje, es un relato bien estructurado en el que, pensé, hablabas de relaciones personales, de ese amor que en un principio todo lo abarca y que parece imposible que pueda acabarse y termino viendo que tiene que ver con la rapidez en la que los ordendores se quedan obsoletos y ya no nos sirven (similitud con el amor, a los 3 años se acaba la chispa?;-p)
    Yo aún tengo mi idilio con mi portátil que efectivamente no cumple mis espectativas pero me mantengo con el porque (que mal suena esto después de lo dicho anteriormente) no puedo tener algo mejor. Sigue aquí aguantando como un jabato y espero que siga así por muuuuuuuucho tiempo mi hp jejeje
    Lo dicho, vas poco a poco introduciendote en el relato y la experiencia tiene muy buenos resultados
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. Jeje, serás cabrito... te mereces una horda de Chuck Norris en los "guevos" pero por Blogger no se puede enviar ¿no?.

    ResponderEliminar
  4. Ya sabes, Avellaneda, que esto siempre tiene dobles lecturas. Lo del ordenador es un pretexto para contar cosas más sangrantes.
    Al utilizar un tono más desenfadado, hay abandonos y separaciones que no se hacen tan duros de leer... pero la historia puede ser casi idéntica, cambiando silicios por carbonos.
    besos

    jajajaj The Boss, ya veo que tus tentáculos apalizantes llegan hasta blogger xD
    Me alegra leerte por aquí, que calladito te lo tenías.
    fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  5. jejejejeje, Rain!!!!eres genial, que tipazo...¡pero bueno!....tú consigues toda mi expectación, nunca se por donde vas a salir, o como va a terminar tu relato, me tienes expectante ante tus letras hasta el final y después.....después un estallido de ideas, sentimientos joooooooooooooooooooooo,que decirte!!!!pensé lo mismo que avellaneda, que estabas hablando de como el amor cambia, se transforma y hasta desaparece y resulta que si, ¡que era eso!, pero que era un amor cibernético jejejeje, de teclados, procesadores y adioses por la depreciación tecnológica....mil aplausos por esa forma tan elegante que tienes, de contar cualquier cosa...
    Un abrazote

    ResponderEliminar
  6. hmmm.. silicios por carbonos :)
    Hay una cosa que no entiendo.. o sea, comprendo lo que leo, pero no consigo empatizar realmente con la conducta : "Estaba tan lleno de amor, admiración y devoción hacia ella que comencé a notar una imposibilidad absoluta de transmitirle lo mucho que la amaba".
    Supongo que pasa, pero no llego a comprender como es que uno (o aqui "algo") no puede demostrar algo tan intenso.
    Pero en todo caso el final en que ella se "aburre" podia esperarse porque "él" nunca dice "yo comparti con ella mis gustos, mis historias, mis alegrias, etc.. es una relacion univoca y eso no constituye, por definicion, relacion de pareja, no?
    Hmmm..
    Cuando compré mi 1er PC lo hice por piezas : recorri mil y una tiendas especializadas buscando las mejores componentes al mejor precio (dentro de mi presupuesto d'estudiante, claro) y luego lo armé con tanto cuidado y esmero.. la idea era poder irlo actualizando a medida de los requerimientos, pero empecé a viajar, me fui y no lo podia llevar conmigo..
    En fin.. ahora tengo laptop :D

    ResponderEliminar
  7. A mi también me ha enganchado este relato y me ha encantado. He de confesar que me siento muuuuy torpe porque... uff... ¡qué difícil es confesar ciertas cosas!... pero... ¡lo he leído seis veces y solo la última capté lo que te dicen en los comentarios!. Yo me preguntaba: "¿ordenadores que se quedan obsoletos y se reemplazan?... a ver Anita, relee...", je,je. En fin, se ve que cada uno lee "con su propio cerebro" (no me lo tengas en cuenta). Me hubiese quedado con que era la historia de uno de esos amores virtuales que tan de moda están en estos tiempos, yo montándome la película de la chica que lo miraba fijamente a través de la webcam, jua, jua (si, podeis reir a carcajadas:)
    Anda que vaya profe que no sabe reconocer el animismo... ¡dónde vamos a parar!
    Que conste que yo en mi mundo y dentro de mis locuras o paranoias lo he disfrutado a tope. Y a lo mejor hasta tiene más de una lectura y te has reencarnado en ordenador ;)
    Gracias por saber escoger y ordenar tan bien las palabras, es un arte.
    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Se mascaba la tragedia pero no la sorpresa.
    Eso es lo que hace grande a un relato como el tuyo.
    Y es que los ordenadores también tienen su corazoncito.
    Por eso aún conservo los primeros que tuve hace ya casi treinta años, algunos con la ROM de su sistema operativo desensamblada en lenguaje máquina y vuelvo a su recuerdo como regreso a mi pasado:con todo mi cariño.

    Y qué bien suena la música después de leerte.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Preciosa historia de amor. Seguro que sacarás mucho más por ella, de lo que saqué yo cuando decidí abandonar a mi última novia. ¡Beneficios de los amores de hojalata!

    Muy bueno..jeje.

    Abrazos

    ResponderEliminar
  10. Sara
    jajaj que no te distraigan las apariencias: es muy posible que sí hablara de un amor humano.
    Además, ¿y si las máquinas llegan casi a nuestro nivel, como en Blade Runer? Fíjate en un post reciente de Estrella Altair :D
    Bueno, amor es amor, siempre que crezca en libertad.
    Gracias por tus palabras.
    besos

    P
    Encuentro tu comentario de lo más interesante... me ha dejado pensando en muchas cosas.
    Por un lado, sé que no es fácil empatizar con lo que indicabas. Al realizar un salto continuo de lo humano (la historia subterránea) a lo cibernético (la histora evidente... ¡al final!) me ha resultado imposible compatibilizar ambas experiencias sin que la cosa se descosiera por algún lado. Además, no hay nada como poner a prueba al "escritor" para comprobar sus limitaciones :P
    Alguna vez he pensado ¿por qué, de repente, fallan los ordenadores sin que haya ninguna causa clara que provoque esos fallos? ¿por qué son tan "temperamentales"? ¿por qué parecen tener algunas reacciones "casi humanas"? Reconozco que ni lo entiendo, ni tengo ninguna respuesta para ello. Así que me he puesto a fantasear... ¿y si fuera el amor lo que los bloquea? :D
    Por otra parte, sobre la univocidad de las relaciones, me daba por pensar que muchas relaciones (quizás una inmensa mayoría) sí que son, de alguna manera, unívocas en la medida en que es muy difícil que una persona dé lo que la otra espera y al revés. No es que uno dé y el otro no, sino que en ocasiones no se entiende qué es lo que está dando el uno al otro. Hay que aceptarlo sin más. Ahora bien, si los problemas de comunicación se agudizan o las tensiones de la convivencia o las frustraciones por esa sensación de unidireccionalidad (realmente subjetiva) siguen aumentando, esto se convierte en una causa severa de ruptura. Lamento no estar explicándome bien y en poco espacio, pero espero que me entiendas lo que quiero decir.
    Y sigo pensando... :D
    besos

    Ana
    Pues estoy encantado de que hayas encontrado más interpretaciones que ni se me habían ocurrido.
    Algo que hace interesante una lectura es que, al apropiarse de ella el lector, al hacerla suya, la convierte en una experiencia nueva y más rica. Así que tengo que agradecerte esa "vuelta de tuerca" que le das al relato.
    Además, mi intención al escribirlo es que sí que tuviera otras lecturas. La más directa es anecdótica para mí... esa historia de ordenadores la tomé como pretexto para contar lo que dice la canción de Patsy Cline. Preciosa canción, por cierto.
    Gracias por seguir aquí :D
    besos

    ybris
    Muchísimas gracias, viniendo de un escritor como tú, es todo un espaldarazo, en serio.
    Fíjate que yo también practico la poligamia con cuatro ordenadores (en este caso, digámoslo entonces en femenino: "computadoras" ;D). Y tuve dos más, pero uno de ellos lo cedí y el otro se escacharró de tal modo que sólo servía para enviarlo a reciclar.
    un fuerte abrazo

    el instigador
    Pues aún recuerdo una de tus entradas en que escribías una carta de despedida a una novia del pasado, y lo recuerdo como algo realmente genial. Me pareció buenísimo.
    Los amores siempre dan para mucho, hasta los de lata y cables :D
    un fuerte abrazo

    ResponderEliminar
  11. ey Rain, que tal todo?, he vuelto y veo que tengo que ponerme al día. Veo que has cambiado de look....

    Un besote... lánguido video nos has puesto.

    P.D No sabía que uno se podía enamorar de su PC Jeje

    ResponderEliminar
  12. hola, Susana :D
    Ya veo que vuelves... con un nombre bien largo, pero qué gran alegría.
    Y no soy el único que ha cambiado el look, eh? ;D

    Más fuerte que enamorarse de un ordenador es que él se enamore de ti, ¿verdad?
    ¿Te ha pasado?
    Y tú, ¿te has enamorado?
    :D
    (de momento, sólo sé que andas persiguiendo a uno jeje)

    besos

    ResponderEliminar
  13. Muy bueno. Si pudieran hablar de lo mucho que saben de su dueno...
    Me ha recordado a uno de esos relatos cortos de Asimov, que el cargaba con mucho ambiente futurista, claro.
    Saludos

    ResponderEliminar
  14. Hacía tiempo que no pasaba por aquí...
    Me ha encantado en idéntica proporción a lo que me ha sorprendido esta historia, Rafa.
    Pero lo que más me había sorprendido había sido el final (que no me acababa de creer, jeje).
    Me parece que tienes una historia maravillosa y muy romántica, en la que el sufrimiento se palpa, pero la inmensidad de ese amor también.
    Es posible que la vida nos ponga este tipo de pruebas para superar, y para superarnos a nosotros mismos, para aprender a conocernos y a valorarnos...
    Te dejo un beso muy grande (después de las paridas que se dicen el facebook...jajajaj, ésto no está nada mal, tampoco)

    ResponderEliminar
  15. eeer..así que también andas por feisbuk!,ja! pero quién no estará enganchado?? quién?

    bueno...ya está aquí el incordio de siempre..que leyó esta narración a primera hora de la mañana malinterpretándolo todo, lo ha vuelto a leer a media tarde sin llegar a comprenderlo del todo y a media noche cuando parecía tener un atisbo del significado..una pequeña luz en la distancia de la comprensión, pluf! se ha apagado de nuevo, así que..no, no lo entiendo por completo.

    Por qué? porque quizá el sexo del ordenador normalmente suele ser chico (de ahí la razón de que se estropee siempre..):P valee, valee, una bromita que sólo satisfará a las mujeres, lo sé, lo sé, pero la computadora es más americano-parlante (yo pienso), esa es una de las razones por las que el final, me desconcierta algo dejándome esa sensación de que me perdí algo en el camino.

    ;) un biquiño de una lectora que será mejor que no lea nunca la metamorfosis, porque no la entenderá!!!!
    jijiji.

    ResponderEliminar
  16. Raindroppp estuvo genial de veras! caray por un momento me acordé del vídeo sueño del caracol te acuerdas?! pensando mientras te leía pero díselooo que luego pasa lo que pasaaaa jajajjaa, me encnató de verdad.

    siento haber estado algo ausente, pero..en que no estaba en mi mejor momento y el ordenador...estaba asin asan..pues ya ves, me alegro leerte de nuevo..un beso miniño!.

    ResponderEliminar
  17. ya está! por fin lo he entendido! (he necesitado ayuda externa)y gracias a ella...ya si!
    por ello..

    muy bueno Raindrop!! continúa con estos textos (lo digo sinceramente), sin importarte lo más mínimo que haya "muñones" como yo que necesiten asteriscos aclaratorios en cada párrafo.

    ;) un bico

    ResponderEliminar
  18. Bueno, siempre está la posibilidad de que tras ese cartel de SE VENDE nuestro anti-héroe encuentre otra doncella o en su defecto, un buen colega con quien compartir desamores y bucles infinitos.

    Me ha gustado mucho.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  19. Raindrop: te has superado a ti mismo.Me encanta este post. Y sería imposible mejorarlo. Muy bueno.

    Y ya que estoy aquí te invito a pasarte por Noche eterna

    ResponderEliminar
  20. ah, pero si te entendi, clarisimo! y te encuentro razon cuando planteas que la cosa se percibe univoca cuando uno recibe algo que no ve y no forzosamente porque no esté recibiendo. Es clave eso, porque es lo que pasa todo el rato! abrir los ojos grandes, aprender a conocer a la otra persona y aceptar lo que se conoce, esperando que esa conducta si sea reciproca... ta dificil ah? ^^

    ResponderEliminar
  21. Me gusta mucho.
    Sirviéndote de la ficción, expones cúmulos de sentimientos que perfectamente pueden darse en la vida real.

    A veces, el mundo de las relaciones puede presentarse complejo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  22. Que bonito... me encantó eso de pensar.... en el enamoramientos de los teclados.. de los discos duros... de sus sentimientos....

    Aunque ha decir verdad.. yo con los mios soy implacable... ja, ja, ja,

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  23. Perdón por lo sucedido en HACE FRIO EN SIBERIA. El fantasma de mi casa volvió a hacer de las suyas y el ordenador solito se puso en "moderar comentarios" Y yo pensando que nadie comentaba. ¡Será posible!

    ResponderEliminar
  24. samuel
    Sí, son los dueños de muchos de nuestros secretillos (o secretazos).
    Gracias por esa comparación (nada odiosa, por cierto ;D)
    un fuerte abrazo

    Xiketä
    Me alegra encontrarte por aquí, después de tanto tiempo (facebook aparte, claro ;D)
    Ya sabes: en las cosas del corazón se cuece cada historia... y de todo se aprende en la vida.
    besos

    Aurora
    jajaj menos mal que has pillado la historia... ya me imaginaba contándote alguna interpretación (y digo "alguna", porque esto se me escapa de las manos...)
    "ordenadores", "computadoras"... ¿homosexualidad o heterosexualidad cibernética? quién sabe :P
    Anda, anímate con La metamorfosis jeje
    besos

    Tormenta
    Sí, qué buen cortometraje aquél :D
    Espero que te encuentres mejor. Ya leí que te acercabas a estas tierras del noroeste.
    Espero que lo pases muy bien.
    besos

    Carmen
    Y así debería ser: el final de una historia tiene que dejar paso al comienzo de otra :D
    Gracias.
    besos

    Siberia
    Gracias por partida doble: por compartir conmigo tus impresiones sobre este relatillo y por tu premio-mención en un tercer blog tuyo que (no me explico por qué) desconocía que existía.
    Y gracias también por ser como eres :D
    besos

    P
    Síííííííííí :D
    ¡Me entendiste y te entendí!
    Y lo que dices... 'tá difícil :P
    besos

    Yuria
    Y tanto que se puede dar en la vida real... hasta podría decirte que casi es autobiográfico.
    Pero dejémoslo en relato de romanticismo-ficción ;D
    besos

    Estrella Altair
    jajajaja pobres aparatitos :D
    ¡Hay que entenderlos! Se enamoran de nosotros y es como si se les fundieran los circuitos. Hay que seguir queriéndolos.
    besos

    ResponderEliminar
  25. No acabo de acostumbrame a verte con este look... ¿Mucha letra desparramada?

    No pongas este comentario...

    ResponderEliminar

Sin tu comentario, algo importante le faltaría a este post.

Gracias por mejorarlo :D