domingo, 23 de mayo de 2010

il était un petit navire...

(sin parada)

Sin contar con mi intervención consciente, mi cuerpo se hizo diestro. Todo lo contrario que mi mente que, plena de convicciones, se hizo siniestra. Fue el gusto por el progreso bien entendido, el ansia de ver conseguidas condiciones de igualdad de oportunidades para todos, la devoción por la democracia y los derechos civiles, la visión de la sociedad como un colectivo donde todos dependen de todos y cada uno debe cuidar de los demás, sobre todo de los más desfavorecidos... las cosas que pueden hacer del mundo un mejor lugar para vivir, al resguardo de ambiciosos egoísmos. Ideales que he visto, vez tras vez, ser pisoteados por lobos vestidos de corderos, ambiciosos egoístas recubiertos con una capa de interés social. Será que somos así y que el principal obstáculo para realizar aquellos buenos ideales radica en nosotros mismos. No sé.
La burguesía ocupa el lugar de la aristocracia cuando surge el proletariado, tanto como éste está dispuesto a ocupar el lugar de la burguesía cuando surge un quinto estado. Y así ad infinítum... Es una forma de corrupción del poder y por el poder.
En el lado izquierdo de la Assemblée Nationale estaban sentados los jacobinos. Eran otros tiempos y quedaban muchos episodios de corrimiento a la diestra. Pero aquellos miembros del Club Bretón plantaron la semilla, utópica o realista en proporciones variables, de una profunda renovación de la sociedad.

Llegado a este momento, sólo se me ocurre proponer que los nuevos Parlamentos sean más parecidos a los barcos que surcan los mares. Sin izquierdas ni derechas. Con babor y estribor. Y quiero imaginar a todos esos representantes de la soberanía popular remando a brazo partido, en el costado de la embarcación que tengan asignado. Y sin olvidar que es importante el ritmo y que no hay que dejar todo el esfuerzo para los del otro costado, si no se quiere navegar en círculos.
¿Capricho mío para dejar todo como está? Puede. Los egoísmos particulares seguirán siendo los enemigos del sistema. Pero es que, al final, el binomio izquierda-derecha no parece dar muy buenos resultados si de progresar se trata. Quizás lo sea por la confusión de no saber hacia dónde se va: aparte de un lado y otro, poco más queda, ninguna otra referencia... En los barcos, por el contrario, los costados de babor y estribor encuadran el eje principal de la nave que, de la popa a la proa, señala el sentido del avance.

7 comentarios:

  1. Derecha e izquierda, babor y estribor.
    El nombre quizás sea lo de menos.
    Lo verdaderamente importante es el rumbo que lleva a cuidar de todos los demás, sobre todo de los más desfavorecidos.
    No sé si habrá un camino que lleve a ello mientras unos se empeñen en pasar por unas estaciones intermedias y otros por otras.
    Tendremos que intentarlo a fuerza de creer que es posible un mundo mejor que el que tenemos.

    Abrazos.

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  2. Estupendo post. Izquierda y derecha tan contrarios y sin saberlo algo parecidos pero reñidos para siempre. No, no avanzarán con tanta rabia entre ellos.

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  3. ¿Y el puente de mando? ¿Donde está situado?

    Hay mucha alteridad presente...

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  4. ¡Hola!
    Bueno lo que planteas en un principio, sería una gran utopía y si se pudiera conseguir mejor nos iría a todos sin dudarlo ni un momento, pero como bien mencionas el egoísmo siempre anda cerca, acechando y es muy difícil de erradicar. Lo que propones con los parlamentos……… ni pides tu ni nada, teniendo en cuenta que se dirigen hacia sus propios intereses principalmente y el de los demás (el gran conjunto) es lo último y si llega algo, pues se hundiría el barquito.
    ¡¡Besos guapo!!

    (Cada día me salen unas palabras más largas para verificar ;P)

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  6. Querido amigo, con el maniqueísmo español hemos topado. Aquí, si dices -como yo- que no eres de izquierdas, entonces a la puñetera fuerza tienes que ser de derechas y si dices, también, que no eres de derechas, te miran con desconfianza como si fueras un espía enemigo. Lo lamento mucho porque es mi país, pero si ya mantenerse libre e independiente en cualquier otro lugar resulta complicado, aquí más. Sea donde sea. O Madrid o Barça, o Windows o Apple, o Pop o Rock. Elige, pero elige rápido, porque si no te decantas por algo irán a por ti.
    Tomo como referencia aquel cuadro de Goya en el que dos hombres, practicamente iguales, luchan a navajazos sobre un terreno baldío. Eso es España.

    (El comentario borrado es mío. Cometí un par de faltas)

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  7. Deberia encontrarse el mejor equilibrio para cada pais entre lo publico y lo privado, pero derecha e izquierda son conceptos muy occidentales que hoy se han desnortado y sobre todo en paises fuertemente politizados, se usan como etiqueta y arma arrojadiza.

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