"No dudes: naturalmente
es del hortelano el perro.
Ni come ni comer deja,
ni está fuera ni está dentro".
(Lope de Vega, "El perro del hortelano", acto II)
Anécdota curiosa es la que le sucedió hace ya unos 20 años, siendo ya un exitoso Gran Maestro de ajedrez, al actual campeón del mundo (título que ganó por primera vez en el año 2000, lo perdió en 2002 y volvió a recuperarlo en 2007), el indio Viswanathan Anand. Cuenta él mismo que, viajando en tren en su país, se sentó al lado de un anciano con ganas de hablar. El anciano le preguntó que a qué se dedicaba y Anand le respondió que era jugador de ajedrez. El anciano le replica que sí, que bueno, pero que cuál es su trabajo de verdad. Anand le dice que su dedicación está puesta en exclusiva en el ajedrez. El anciano, que no ha reconocido a su interlocutor pese a ser ya por aquellos años una figura de gran relevancia en la India, le responde: "Mire, joven, es una bonita ilusión, pero no creo que tenga futuro en eso. Desengáñese: no crea que va a llegar a ser como Viswanathan Anand".
Lo clavó, el viejito.
Escuchando la anécdota, recordaba a todas aquellas personas que viven aconsejando y organizando vidas ajenas. Siempre es más cómodo y más descansado que hacerlo con la de uno mismo. Además, si te equivocas, no sufres las consecuencias en propia cabeza, sino que puede ser otro incauto (o crédulo) el que pague el pato.
Por otra parte, eso de observar los toros desde la barrera (que se dice) parece darle a uno la autoridad moral suficiente como para convertirse en un crítico incisivo e implacable. Es más, llegado el caso, se puede criticar una cosa y la contraria. Ya puestos a criticar...
Decía una jotica de mi tierra (aunque también cuela como navarra):
Si canto me llaman loco / y si no canto cobarde; / si bebo vino borracho, / si no bebo miserable.
Deja pocas opciones para no recibir algún tipo de calificativo ignominioso.
Y una vez que queda comprobada esta estrategia destructiva por parte del personal observador-aconsejador, lo mejor es enviarlos a todos a hacer puñetas, agarrar la sartén por el mango y pasar de todo y de todos. Solo hay una vida para vivirla, así que mejor vivirla haciendo caso omiso a los que son parte del problema y nunca de la solución.
Don Juan Manuel, sobrino del rey Sabio, el décimo de los Alfonsos, dejó escrito en su obra "El Conde Lucanor" un cuento muy ilustrativo. Es el segundo del libro. AQUÍ hay un enlace para leerlo completo, pero también voy a dejar un breve resumen. Es un relato muy conocido.
Resulta que un padre y su hijo iban al mercado con su burro. Una vez son criticados por ir ambos a pie teniendo un burro que los pudiera transportar. Así que el padre decide que su hijo monte el burro. Ahora son criticados porque el padre, mayor, va a pie mientras que el hijo va todo cómodo sobre la bestia. Deciden volver a cambiar: ahora el padre montará el burro y el hijo irá a pie. Son criticados nuevamente por la desconsideración del padre al permitir que su joven hijo tenga que ir a pie mientras él carga sobre el burro. Cansados de críticas, deciden cabalgar ambos sobre el burro. Pero nuevas críticas: ahora el motivo es porque están abusando del pobre animal, los dos ahí subidos.
Concluye el relato de Patronio con una moraleja añadida por don Juan:
Por críticas de gentes, mientras que no hagáis mal,
buscad vuestro provecho y no os dejéis llevar.
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Pues eso, que si cantas te llamarán loco. Y si no... ¡qué más da!
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El cuento lo contaba mi padre para ilustrar lo mismo.
ResponderEliminarSi hay ganas cantemos
Un beso
Pero que luego nadie se queje si llueve jajaja
Eliminarbesos
Siempre ha habido y habrá este tipo de personas.
ResponderEliminarEs bueno reconocerlas y no hacer caso.
Besos Raindrop.
En ese orden: 1º reconocerlas y 2º no hacerles ningún caso
Eliminarun besiño ^^
Aaaay! Cuánta razón tienes! Aunque también es cierto que hay gente que a veces hace esas apreciaciones de corazón y sinceramente jajaja
ResponderEliminarCuántas veces me habrán dicho a mí que lo de cantar es una locura (y la música en general) y "que estudie algo" jajaja
Biquiños!^_^
No entiendo por qué a tantas personas les parece que dedicarse al arte es algo así como una pérdida de tiempo. Luego se van a ver museos, catedrales, palacios, a escuchar conciertos o a ver espectáculos de gente que se ha dedicado a perder el tiempo. Qué cosas...
Eliminarmuacks! ;)
Vaya, el cuento del burro era el que quería incluirte en mi comentario, pensando que era árabe. En fin, fuese oriental o occidental es un mensaje bien ilustrativo. PUes eso, canta ruiseñor que tuyo es el canto. Un beso.
ResponderEliminarTe lo aseguro: cantar se me da de pena. Si canto no me llamarán loco, me llamarán otra cosa xD
Eliminarbesos
E vero.
ResponderEliminare se non è vero, è ben trovato
EliminarEs raro que dé consejos salvo que me los pidan, y aún así mi tendencia natural es a escuchar más que asesorar; tampoco me agrada mucho que me los den a mí. En la vida he optado habitualmente a saltar a la arena a riesgo de llevarme cornadas, que las he sufrido, pero siempre es más satisfactorio y honesto que hacer responsables a los demás de lo que el destino o las decisiones ajenas que se acaban haciendo propias traigan.
ResponderEliminarA VIVIR la vida, eso es lo mejor que podemos hacer.
Un abrazo.
Eso de los consejos acaba siendo muy peliagudo. Yo creo que todo consejo dado o recibido debería escribirse en la arena de la playa cuando sube la marea o en un bloque de hielo y ponerlo al sol.
Eliminarabrazotes
Con los años he optado por cantar más alto...así no escucho a algunas personas con las que no merece la pena perder el tiempo ni siquiera para mandarlos a hacer puñetas ( aunque cierto es que con ganas te quedas)
ResponderEliminarLoca,loca,loca!!!! mucho mejor que observadora-aconsejadora.
Mil besos
jajajaja sí, mejor loco que otras cosas ;)
Eliminarmuaaaaacks!
Bueno a mi me encantan los consejos, pero solo cuando son sinceros, porque muchas veces se trata de envidia, hay gente que solo sabe estar bien si ve al de enfrente fastidiado.
ResponderEliminarPero hasta un consejo sincero puede ser una bomba de relojería.
EliminarLos otros son peores.
Recuerdo una ocasión que me empeñé en dar un consejo (ahora entiendo que pésimo) y la persona que lo estaba recibiendo me dijo: mis resultados no tienen por qué ser los tuyos o sí pero de cualquier manera merezco y quiero vivirlos como propios y quien sabe para qué...
ResponderEliminarPreciosa lección aprendida.
Mil besos
Canto hasta en la ducha, así que de atar...
Me parece muy buena esa reflexión. Dar consejos es, por lo general, hablar de lo que se desconoce. Hay quien ha definido los consejos como una forma de nostalgia.
Eliminardos mil besos ^^
Es difícil seguir un consejo que nos aleja de lo que deseamos, aunque sea lo que realmente nos convine acabamos viéndolo como una crítica y en el fondo tal vez lo es.
ResponderEliminarBesos.
Muy cierto también. Pero entonces, ¿para qué pedir consejo si ya se tiene decidido un curso de acción?
Eliminarbesos :)
Un consejo no es una orden, sino una opinión. Y si nos la piden, ¿por qué callar? Creo que el consejo, acertado o no, de las personas que te aprecian es una propuesta de solución a los problemas que les cuentas.
ResponderEliminarOtra cosa muy diferente es, desde mi punto de vista, meterse donde no nos han llamado. Ahí, ni consejos ni ayudas.
Ese cuento lo escuchábamos en un audiocuento de aquellos de cinta, cuando éramos niños. La moraleja que sacábamos era "haz lo que te de la gana, siempre habrá alguien a quien le parezca mal, pero el burro no es suyo".
Un beso!
Cada vez soy más reacio a dar incluso los consejos que me piden. Creo que las respuestas ya están en la propia persona que hace las preguntas.
Eliminarotro beso :)
Qué fácil nos resulta a todos arreglar la vida de los demás, qué claro vemos donde está el problema y cuáles son las soluciones, lo vemos tan claro que nos parece imposible que el otro no lo vea.
ResponderEliminarQué fácil nos resulta lanzarnos a dar consejos sin que nos lo pidan porque nos creemos con la sabiduría y la autoridad para solucionar los problemas ajenos, pero ay!! qué difícil volver la cabeza hacia dentro y mirar nuestras propias vidas, nuestros nudos, nuestras heridas...... es entonces cuando nos salen frases como "sí, pero es que lo mío es diferente, yo no puedo hacer aquello que te aconsejo"
Si ha esto le sumamos las críticas gratuitas por envidias o falta de autoestima ya es para morirse. En fin, que lo mejor es vivir y dejar vivir y ocuparnos de nosotros, que con eso ya hay tarea para una vida.
Me encantó el post :)
Besos mil
jajaja sí, eso es típico: dar consejos es más fácil que recibirlos. Mala señal, ¿no? ;)
Eliminarmil besos
A mi los consejos que no he pedido no les hago caso, pero si los pido..a veces tampoco jajajaj
ResponderEliminarPero eso si, el mundo está lleno de Sálvame de luxe, donde todo el mundo hace un juicio de valor sobre tu vida y ya te pronostican un montón de cosas malas o buenas solo por hablar de algo.
Esa fabula del burro es de lo mejorcito y desde niña la tuve presente.. esa y la de los monos y enjaulados y el platano.
Básicamente, los consejos están para eso: para no hacerles caso. Lo malo es darse cuenta demasiado tarde xD
EliminarSobre los opinadores de lo desconocido... buuuuffff ¡qué se podría decir!
Hola,
ResponderEliminarLo cierto es que siempre va a haber alguien a quien no le va a gustar nunca nada de lo que hagan los demás, siempre encontrará una pega, criticará a todos y sobre todo. Lo mejor es ni perder tiempo en este tipo de gente que ni viven ni dejan vivir, como bien dice Don Juan, haz tu vida, respetando a los demás y a quien no le guste pues que no mire.
Abrazos y besos (biquiños…)
Sí, los hay criticones por sistema.
EliminarMi CONSEJO es que huyas de ellos jajajaja
besos ^^
Esto me lo cantaba mi abuela. Gracias me has traido bonitos recuerdos.
ResponderEliminarYo me siento así amigo. Haga lo que haga siempre está mal. Muack!