lunes, 30 de agosto de 2010

ordem e progresso

(sin parada)

He comprobado que la mejor forma de poner de los nervios a mi amiga brasileña M es gastándole bromas a propósito de las cosas que me cuenta de su país. No tengo más que forzar o exagerar un poco alguna de sus anécdotas y ya la tengo subiéndose por las paredes. Supongo que la clave está en la combinación de su hipersensibilidad patriótica y mi vocación de tocapelotas compulsivo contra las manifestaciones chovinistas. No falla.
Por supuesto, todo esto no son más que las típicas chanzas que no van a ningún lado. Las auténticas imágenes e impresiones que se llegan a tener de un país son multiformes y en constante evolución, mucho más allá de los topicazos reduccionistas empeñados en la inútil etiqueta facilona. Querer apropiarse de la esencia de los asuntos más complejos con una fórmula mágica que lo concentre todo en una mínima expresión tranquilizadora (porque da una aparente seguridad de saber), no es sino el juego pueril de quien en realidad no quiere saber. Identificar, por ejemplo, a Brasil con la samba, puede ser divertido en el momento de lanzar un comentario burlón, pero llevarlo más lejos ya es forzar la nota. A propósito, recuerdo aquel viejo gag de Emilio Aragón en un programa que él mismo dirigía hace años en la televisión pública (la única que teníamos, por cierto), y en el que, caracterizado como un presidente de república bananera y hablando en una especie de variante dialectal del portugués, soltaba eso de menos samba e máis trabalhar. He encontrado un vídeo en YouTube (la escena apenas duraba 45 segundos) que se puede ver al final del post. Y estoy pensando que se lo tengo que pasar a M... creo que desde aquí podría escuchar el rechinar de dientes...

En fin... que Brasil no es sólo samba. También es (o 'debería ser', según ese lema nacional) ordem e progresso. Y muchas cosas más, imposibles de resumir en innumerables artículos. Pero no es eso lo que pretendo, ni mucho menos. Sólo quería decir que ese binomio del orden y el progreso me ha llamado la atención desde muy jovencito, cuando veía a La Canarinha desplegando su portentoso fútbol en los mayores acontecimientos deportivos: la bandera del país de esos genios del balón tenía escritas las dos llamativas palabras. Pero... eso del orden y el progreso, ¿se llegan a dar ambos a la vez o tiene que ir uno antes que el otro? Es posible que al revés no funcione igual (progresso e ordem), hasta en esto puede ser importante el orden...
De lo que no tengo ninguna duda es de que el orden sí es muy importante. En todos los sentidos. Y, en mi opinión, sí que sería previo al progreso. Hace un tiempo, me planteaba (AQUÍ, en este post) que los políticos pierden el rumbo cuando persisten en su clasificación de izquierdas y derechas que no lleva a ninguna parte (arriba y abajo, delante y detrás, son confusos en esta organización espacial), que sería mejor organizarse en babor y estribor, para tener clara cuál es la proa y la popa de la nave y así emprender un decidido avance. Lo penoso del asunto es que por más que les pidamos babor y estribor a los políticos, ellos a cambio nos producen pavor y estupor. Culpa de todos. Hay quien dijo que tal es la gente tales son sus dirigentes, o (incluso al revés) que en la calidad de los líderes se encuentra el techo de nuestras aspiraciones y realizaciones. No hay duda de que estamos todos en el mismo barco. Y eso del orden... ¡ay!
Lo pensaba hoy mismo, en la cola del supermercado. A las personas se las conoce mejor en su salsa y en la manera de desenvolverse en la cotidianidad. Y en estos discretos lugares nos mostramos, sin pretenderlo, tal como somos. El caso es que hoy, durante unos minutos, sólo una de las ocho cajas estaba abierta para ir pagando las compras. Con una sola caja es fácil mantener un orden. Pero hete aquí que como la cola seguía aumentando en número de clientes (es lo que pasa cuando los que llegan son más que los que salen), se produjo ese momento en que la cajera desbordada pidió ayuda a algún compañero o compañera para que también cobrara en otra caja. Al poco, llegó otra trabajadora del supermercado que ocupó un lugar y pronunció las palabras mágicas: Por favor, pasen por aquí en orden. Y es en ese preciso momento cuando se manifiesta impetuosamente el espíritu cristiano de unos y el trauma de náufragos de otros... Quiero decir, que movidos por un los últimos serán los primeros de unos y un sálvese el que pueda de otros, el orden requerido por la cajera se convierte en desbandada a la carrera. ¿Ordem e progresso? ¿Funcionaría en este país, que ha exaltado el género picaresco como forma de vida? Difícil lo veo, cuando cada cual sólo piensa en su propio ombligo.

Luego, cuando (metafóricamente) salgamos del supermercado, buscaremos culpables fuera de nosotros mismos: en los políticos, por ejemplo. Pero si queremos hacer las cosas con un poco de orden, no estaría de más que comenzáramos desde ya la fase de la autocrítica, y así llegará el día en que poder saborear lo que es el progreso.

4 comentarios:

  1. Pues sí, hay que huir de los tópicos reduccionistas e ir a lo esencial de las personas, que vienen a ser iguales cuando las circunstancias también lo son aunque varíe el idioma en que se expresen.
    En todos los sitios es imprescindible el orden. Lo mismo en las colas que en la organización social, política, económica o jurídica.
    No sé si las palabras izquierda y derecha, babor o estribor lo expresan, pero sí sé que unos encomiendan el orden a las leyes del mercado y otros a una planificación que consideran justa.
    A mí siempre me ha parecido más justo intentar que no se adelanten siempre los más fuertes sino que los más débiles tengan también su sitio en la cola en razón de su persona y no de su fuerza.
    Por eso creo en la política que es justa con todos y no sólo con algunos.
    Y un poco de humor entre los pueblos nunca viene mal.

    Abrazos.

    Un abrazo.

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  2. :) Cuando toca participar de ese orden tan apreciado es cuando muchos se escapan, y es que el grado de orden y el progreso de una sociedad te lo dice el terreno, la calle, la experiencia de la vida diaria.
    Muy bueno el video.

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  3. solo quería decirte que leerte hoy ha logrado que el gris se desvanezca durante unos minutos, haciéndome recordar ese estupendo gag que tanto y tantas veces me hizo reír en otra época.
    un beso

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  4. R, te haces querer, lo sabias?

    Un abrazo enorme

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