Como no quería gastar muchos recursos elaborando un disfraz ni tampoco quería invertir demasiado tiempo en la tarea, al final he optado por algo sencillo: me voy a disfrazar de aire. Después de confeccionar unos patrones, en pocas horas ya tenía el prototipo. Más difícil me ha resultado embutirme en él sin deshacer los hilvanes. Después de unos ajustes y de darle el acabado final, ya puedo decir que el trabajo está terminado.
Lo he probado por casa y no me acaba de convencer... Es algo aburrido. Creo que no quiero ir de aire, que prefiero hacerme pasar por una brisa moderada. Así que un último retoque para incorporar un mecanismo de propulsión adecuado y ahora sí que tengo la versión definitiva del disfraz.
Va como una seda. Sabía que la sensación de ligereza sería increíble, pero esto supera todas mis expectativas. Acabo de hacer las pruebas de vuelo del salón a la cocina, de la cocina al cuarto de baño, del cuarto de baño al dormitorio... En la biblioteca, con un looping he tirado varios libros al suelo. Unos paños de cocina han salido volando hacia la encimera después de ejecutar un doble tonel. La toalla de la ducha ha acabado en el lavabo después de un vuelo invertido. Será mejor que salga de casa y continúe en la calle con este festival de acrobacias y vuelos rasantes.
Aprovechando que estoy de vuelta en el aseo, me filtro por el respiradero y me elevo por la chimenea hasta el exterior. Sin problemas, el disfraz responde a las mil maravillas. La tarde está tranquila, el aire es fresco y con algo de humedad. La visibilidad es buena.
Después de planear unos cientos de metros, me lanzo en barrena hasta el nivel de la calle. Con el torbellino a mi cola, agito las hojas muertas, papelitos y otros restos de plástico que los barrenderos aún no han retirado. Suena un silbo algo desafinado y lúgubre mientras recorro a toda velocidad avenidas y callejuelas que me llevan al centro urbano. Allí bulle la actividad de comparsas, choqueiros, personas que ríen, otros que gastan bromas, unos más que aprovechan el anonimato para desconcertar a algún viandante... Y decido colarme entre todos. Primero me mezclo con las respiraciones de la concurrencia, pero luego ataco y hago volar sombreros, pelucas, complementos y abalorios con frenéticas maniobras que sorprenden a piratas, payasos, novios y novias en procesión, flamencas, arlequines, coros rusos, fantasmas, abejas formando colmena propia... En un momento descubro una rubia Marilyn y no puedo contenerme. Me lanzo bajo su falda y asciendo velozmente. Ella trata de frenar el vaporoso vuelo de la tela sujetando con sus manos y, aunque la escena no está muy lograda, un trío de superhéroes (batman, spiderman y otro que no consigo reconocer) aplauden con entusiasmo. En plena diversión, vuelvo a ascender buscando nuevas víctimas de mi juego veloz.
Percibo que mi disfraz se ha ido ensuciando con la contaminación, pero no importa. Al pasar las horas, la noche nos cubre de oscuridad a todos y las luces de la ciudad no son suficientes para que me confundan con uno más de sus efluvios. Aunque lo peor viene ahora. Igual que si fuera el viajero despistado en la estación de metro en hora punta, de repente unas fuertes ráfagas de viento huracanado me sacuden con fuerza y me empujan alejándome de la juerga. Por más que intento zafarme de los empellones que este vendaval abusón me está propinando, no consigo avanzar ni un metro en la dirección deseada. Incluso empiezo a notar algunas desgarraduras en el disfraz...
Me descubro luchando contra el viento sobre el mar. Sin darme cuenta, la corriente de aire me ha alejado demasiado de la ciudad. Mucho más de lo que había supuesto. La buena noticia es que la fuerza de la ventisca está amainando y creo que puedo recuperar el control. ¿Buena noticia? El propulsor del disfraz se ha averiado en la refriega y el traje está tan deshilachado que no sé si me puede garantizar un suave planeo controlado.
Empiezo a caer hacia el mar. Al menos, diviso la orilla próxima. Con bastante suerte, amerizo sobre las olas de una playa remota, quizás no excesivamente alejada de la ciudad. En la nocturna negrura, es difícil saberlo. Empapado, llego pronto a la orilla. El disfraz está hecho jirones y prefiero quitármelo.
Después de un corto paseo a ciegas, llego hasta la carretera comarcal de la playa. Con resignación, trato de confiar en que algún trasnochador de vuelta a la ciudad conduzca su vehículo en la madrugada. Ya solo me faltará convencerle de que haga el favor de llevar de vuelta al carnaval a alguien disfrazado de tritón, cubierto de algas por todas partes y calado hasta los huesos como me encuentro.
Como me pregunte por mi cola de pez... podemos tener un disgusto.
Sin duda el mejor disfraz de todos :)). Original como pocos ¿has conseguido que te transporten?
ResponderEliminarUn beso de brisa
¡¡Uffff!!¡¡Menudo subidón!!
ResponderEliminarUna corriente de aire quiso jugar con mi pelo esta tarde ¿no serías tú? ;D
Me has recordado a la cancioncilla aquella de Mecano...
ResponderEliminarNo me va disfrazarme, pero mira, me diste una idea, quizá este año salga vestida de chirimiri, sólo necesitaría un pulverizador para ir rociando al personal ;P
Me encanta ese disfraz!! es buenísimo!! me lo pido para los siguientes carnavales, aún a riesgo de terminar cuál sirena en una carretera comarcal :P
ResponderEliminarUn beso como la brisa
Genial tu micro relato .. Me encanta
ResponderEliminarNo me gustan los carnavales, pero en este caso haré una excepción. Sobre todo porque me entusiasma la idea
ResponderEliminarde que si tu puedes yo también puedo disfrazarme de aire y ver cumplido mi sueño de volar sin necesidad de pagar billete.
Muy original tu entrada amigo. Muaaack!! :*)
¡¡¡¡Ingenioso, divertido, travieso!!!!
ResponderEliminarMe encanta tu disfraz.
Besitos
siempre eres original... Ocupo un poco de viento por aqui
ResponderEliminarfresco y con nubes aborregadas de acompañamiento por favor.
Tú sí que te lo montas bien en carnaval.
ResponderEliminarGracias por el viaje.
Un beso
Soberbio escrito Rain...soberbio...tu brisa marítima me ha arrastrado a puertos donde el carnaval lo era todo...con lo que yo disfruto del carnaval, hasta tres disfraces distintos he lucido este año en diversos lugares jajaja.Y ahora...he disfrutado y mucho de tu escrito con brisa carnavalera.
ResponderEliminarAbrazotedecisivo genio
Yo de carnavales nada pero pasame el disfraz que lo necesito para volar un poco, que aqui abajo la cosa esta muy vista y ademas no va muy bien,..
ResponderEliminarSin palabras.En la vida se me habría ocurrido disfrazarme de aire, pero es el mejor disfraz para hacerse notar, pasando desapercibido.
ResponderEliminarPuestos aird e aire, lo hubieras tenido más facil si te hubieras puesto una caja de plastico ranurada y un logo de Fujitsu. Eso sí, no hubiera quedado un post tan pintón y lleno de poesía.
ResponderEliminarMe ha gustado pasear y leer por tu blog. Veo que tienes una capacidad inventiva, imaginativa y creadora enorme. Y también un modo especial de mirar el mundo y de explicarlo.
ResponderEliminarConfieso haberlo intuido de tus comentarios jeje, me alegra comprobar que no me equivoqué.
Singular disfraz, si señor. Sugerente foto.
Saludos y hasta pronto.
Yo sí sé quién era el tercer superhéroe que miraba la escena de Marilyn XDDDDDDDD
ResponderEliminar(Bonito texto)
me ha encantado. Muy original....un abrazo fuerte desde Italia.
ResponderEliminarroberta de prestito inpdap
jajaja genial! el año que viene vengo a pedirte consejo
ResponderEliminarSi con ese disfraz has conseguido vivir tantas y tan variadas sensaciones en tan breve espacio de tiempo, sin duda merece el primer premio de cualquier concurso...para eso sirven los disfraces, ¿no? para poder cambiar por unos momentos la monótona realidad en la que nos sumergimos(lo de sumergirse va sin segundas).
ResponderEliminarAire, no está mal, nada mal, pero tanta mugre acaba haciéndote visible y más con trifulcas con superhéroes entre los que por supuesto no me encuentro. La opción tritón mejor, y que te pregunten por el pez, que traerá mucho juego.
ResponderEliminar:)
p.d.: No soy muy de carnaval pero para el próximo y puestos a ser comedidos con el presupuesto me disfrazaré de putada, mitad puta y mitad hada.
reina
ResponderEliminarA patita de vuelta a la ciudad. Eso sí: he llegado seco con la brisa marina xD
besos
Samotracia
jajaja dime: ¿de qué ibas disfrazada? ;)
besos
Doctora
Aaaaa-aire, soñé por un momento que era aaaaaa-aire, oxígeno, nitrógeno y argón, sin forma definida ni co-o-lor ♪♫
^^
El disfraz de chirimiri (aquí le dicen orbayo, y se escribe de varias formas) me lo dejo para el año que viene jajaja
besos
Silver
Una sirena seguro que tendría más éxito en la carretera que un tritón. Bueno, depende del conductor o conductora que recoja al autoestopista de turno ;)
besos
Montse
jajaja gracias ^^
besos
Vicky
Eso, que soplen las brisas de febrero ^^
besos
Sory
Sobre todo, travieso jajaja
besos
Jo
Climatología a la carta. Voy a contratar unos cirrocúmulos para mayor espectacularidad xD
besos
River
Este año me he soltado la melena. Al viento, por supuesto ^^
besos
Sara
¿Pero a que aún no te has disfrazado de brisa invernal? Pues hay que animarse jajaja
besos
samuel
ResponderEliminarPrimero, tendré que reconstruirlo, porque lo tengo averiadísimo después de la lucha contra los vientos.
un abrazote
Cris
Es cierto. Es un disfraz algo paradójico, este xD
besos
Maeglin
jajajaja alguno así te puedes encontrar por ahí xD
un abrazo
Alexssa
Muchas gracias por tu amabilidad.
Solo aclarar que la foto no es mía, solo la he elegido para ilustrar un post tan ventoso.
Bienvenida y un besiño
Speedy
jajajaja claro, todo queda entre superhéroes.
(¿y no podrías darme el chivatazo?) xD
besos
Roberta
Gracias por pasarte por aquí y por tu comentario :)
besos
ShaO
Vale. A ver qué se me ocurre jajaja
De momento, está pendiente lo de la fina llovizna. Quizás no sea muy complicado xD
besos
Ana
Pues tengo que decir que tampoco se me ha dado mal eso de sumergirme. Nunca se sabe cómo acabarán las cosas y ahí está precisamente la gracia de todo esto ^^
Bienvenida y besos
Sergio
jajaja espero que me cuentes tus experiencias el año que viene con ese disfraz mixto xD
un abrazo
Qué encantador relato y qué original, una gozada.
ResponderEliminar