El frío,
¿de dónde viene,
oh, espantapájaros?
(Kobayashi Issa, 1763-1827)
¿Te has dado cuenta? Desfallecen las alegrías y las aflicciones, se agotan las ilusiones y las amarguras, hasta que no queda nada. Los sentimientos han decidido retirarse a los cuarteles de invierno, ahora que arrecia este frío glacial. Estoy seguro de que ha sido a causa del frío. Sí, es el sello de la frialdad, perdida toda sensación en el cuerpo y entumecido todo nervio. Ni siquiera el dolor se ha quedado. Ya solo permanece el frío.
El frío, nuestro frío, está hecho de una mezcla de abandono, de vacíos, de incomprensión y de fatiga.
Dijo Paul Valéry que una obra de arte no se termina nunca, sino que se abandona. Tú y yo teníamos dos opciones: renunciar a la obra de arte o abandonarla una vez que sospecháramos que empezaba a desnaturalizarse. En nuestra insistencia por autoengañarnos, hemos sido muy tercos para lo primero y reacios a lo segundo. Pero el frío nos ha sorprendido en la duda. La desnaturalización provocó la muerte y la muerte trajo el frío. Qué mal se me dan los finales. Como a ti, lo sé.
Cuando hay que terminar algo, escribes un punto. Punto y final. Empero, la duda (¡otra vez!) puede contigo y añades un par de puntos más, en hilera. Y transformas el punto final en puntos suspensivos. ¿Por qué me haces esto? Ahora permaneceré vagando en el vacío inmenso que separa un punto de otro punto... de otro punto... inalcanzables... soñando que quizás no es un final, sospechando que queda un resquicio para la esperanza. Pero no.
Empecé a enviar mensajes en botellas. Era divertido. Imaginaba los destinos, la sonrisa en tu cara al recibirlos, allá donde te encontraras. La corriente marina, caprichosa, llevaría esos mensajes hasta ti, no sé cómo, aunque tampoco me preocupaba mucho el misterio. Y llegó de nuevo el vacío...
Entonces pensé que te habías alejado tanto que las botellas ya no eran capaces de llegar hasta ti. A partir de entonces me fui especializando en el diseño de las botellas. Me convertí en un experto en botellas. Cuidé muy bien la composición del vidrio, las formas, la resistencia para soportar un viaje tan largo, las embestidas de las olas o incluso los choques contra los arrecifes. Ahora las botellas llegarían lo más lejos posible y ya no habría un lugar tan lejano al que pudieras ir sin que mis botellas lograran alcanzarlo. Insensato de mí... El tiempo dedicado a las botellas consumió el tiempo que dedicaba a los mensajes. Las últimas botellas partieron vacías.
En el mismo instante en que empezaba todo, comprendí cómo empezó todo. Todo empieza con un puñado de nada. Parece un juego de palabras, pero es real. Lo comprendí aquel día en que nos mirábamos a los ojos mientras conversábamos y toda la energía del cosmos, y toda su materia hecha invisible, se concentró en el espacio entre tú y yo. Todo lo que existía a nuestro alrededor, hasta el confín del universo, fue devorado por la atractiva fuerza gravitatoria de esa supermasa que generamos en medio de nosotros. Se desvaneció el resto del mundo y de los demás mundos, aun los desconocidos. Fue entonces cuando comprendí cómo empezó todo. Igual que un big-crunch que da paso a un big-bang, gracias a esa partícula infinitesimal que sirve como singularidad, como punto de inflexión. Tú también la viste, tú también estabas allí contemplando el prodigio.
Pero ahora ya no estás aquí para volver a explicármelo. Y yo he dejado de comprender los secretos de la materia y la energía. La nada actual es un sinónimo de incomprensión.
Estoy cansado. Me parece escuchar un eco fastidioso. Cada uno repite lo que todo el mundo dice. Y, sin embargo, se creen que son originales. Una y otra vez las mismas cosas afuera y el mismo hastío adentro.
Necesito proseguir mi viaje. No es una huida, no se trata de hacer kilómetros... Se trata de vivir en movimiento, para que no me alcance el eco de las cosas vanas. Moverse, recuperar la energía, reconquistar el calor suficiente para poner fin a esta etapa invernal.
El recuerdo de tu soplo gélido se desvanecerá un día y dejarás de ser mi reina de las nieves.
Y lo peor ya habrá pasado.
Los mensajes en las botellas siempre me han fascinado, pero no he llegado a enviar ninguno, ni a recibir; será porque no vivo enfrente de la playa, je,je,je
ResponderEliminarLo de los puntos suspensivos tiene su qué...
Sugerente esta lectura,
En realidad, me parece bien enviarlos en caso de emergencia, pero echar botellas al mar no queda muy ecológico jajaja
EliminarAy, los puntos suspensivos...
Saludos de bienvenida :)
Que melancolia me ha entrado y con esta lluvia, lo que te pasa a ti con los puntos suspensivos me pasa a mi con las puertas, que piensas que las cierras pero a veces se abren.
ResponderEliminarSí, las puertas también tienen su historia. Escribí una vez sobre eso.
Eliminarbesotes
Un relato que destila la intensidad de ese frío, que cuanto más frío es, hasta te quema.
ResponderEliminarEstá el desvarío producto de la ausencia, la nostalgia hasta la médula, pero también la lucidez de
que algo dejó de ser y por más puntos suspensivos y estiramientos, ya eso se ha "desnaturalizado".
Es lo que entendí; excelente Raindrop, me llegó mucho.
Abrazo
Hay cosas que dejan un frío en el cuerpo, que cala hasta lo más profundo.
Eliminarbesos
Mejor no digo nada para decirlo todo. Me ha calado demasiado dentro y me da miedo...
ResponderEliminarNo tengas miedo, amiga :)
Eliminarbesos
Una vez más brillante!!!
ResponderEliminarEl vacío, la nada...creo que no hay nada peor que esto, lo has descrito extremadamente bien, es una sensación vivida tantas veces y vuelta a recordar con tus palabras tan acertadas.
Y lo de los puntos supensivos, lo comparto, soy mucho de puntos suspensivos, será posiblemente por ese miedo al final; y lo de "la nada actual es un sinónimo de incomprensión" me ha llegado dentro, muy dentro.
Besos cálidos!
Ante la duda que se instala después de colocar un punto final, la tentación está en prolongar ese final con más puntos. Y quedan ahí, "suspensivos".
EliminarGracias por el calor :)
besos
Hola! He llegado aquí por una sugerencia en Twitter y después de leer esta entrada sólo puedo decir que es un trabajo muy bueno; conmovedor, sugerente, triste y muy bonito a la vez.
ResponderEliminarMe quedo por aquí!
Saludos Raindrop!
Hola, gracias por los elogios y por quedarte, si es esa tu elección :)
EliminarSeguimos en contacto.
saludos
Quizá la narración en primera persona tenga la intención de enfatizar, quizá no. El texto es lo suficiente íntimo y sentido como para banalizar sobre él...
ResponderEliminarSe admiten todo tipo de comentarios, por supuesto. Incluso las banalizaciones pueden servir para quitar hierro, quién sabe ;)
Eliminarun abrazo
Tápate, Raindrop, refúgiate, abrígate bien de ese viento gélido. Ni te darás cuenta y habrá llegado el calor. Siempre es así.
ResponderEliminarCreo que sí, siempre es así. Aunque hay inviernos más largos y más cortos, primaveras más cálidas y menos cálidas...
Eliminarbesos
De todo el texto (que me encanta) me quedo con "El recuerdo de tu soplo gélido se desvanecerá un día y dejarás de ser mi reina de las nieves. Y lo peor ya habrá pasado".
ResponderEliminarDesgraciadamente, es lo que siempre pasa...
Besos!
Desgraciadamente o afortunadamente. Es lo que siempre pasa.
Eliminarmuacks!
De las reinas de las nieves hay que huir como de la peste. Mejor una del sol...
ResponderEliminarAun a riesgo de insolación xD
Eliminarbesos
Dios mio Rain, éste si que me lo quedo, lo comparto,lo pregono a los cuatro vientos, hoy me viene que ni al pelo, crónicas esquimales...eso me gustaría ser hoy...una esquimal para alejarme de tanto inepto e inútil haciendo leyes e interpretándolas. Abrazotedecisivo envuelto en los copos que están cayendo ahora mismo en la noche de La Robla.
ResponderEliminarYa te he visto metida en las nieves. Eso sí que es pasar frío jajaja
Eliminarbesos
Lo bueno del frío... es que entrena para reconocer el calor...
ResponderEliminarLo bueno de un final... es que precede a un comienzo, que llegará más tarde o más temprano...
Lo bueno de la nada... es que enseña sobre el todo. Incluso sobre el mitad y mitad, o el cuarto y mitad...
Lo bueno de que acabe el invierno... es la primavera que anuncia. O mejor aún: el otoño. Y todas las estaciones tienen monarquía... si no se es republicano.
Pd. Parecido razonable: esa mirada me recuerda a una chica de cabello moreno, que sin embargo se apellida Rubio.
Cada cosa que parece mala acaba teniendo su contrapartida buena. Es la ley del avance :)
Eliminarbesos
Vaya!!! Es una epidemia???
ResponderEliminarjajajaja no, ya sabes ;)
Eliminarbesos
Tan impresionante y tan vivido que a ratos quería no mirar, no continuar leyendo, por la sensación de intruso. Un voayeur presto a invadir una intimidad de dos presente y real.
ResponderEliminarAunque una vez que se publica, lo privado queda en una sensación.
EliminarGracias y un abrazo :)
Abrígate...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=bDZlPdXOe7M
Oh, este vídeo precioso. Ahora recuerdo que lo publicaste en tu blog, ¿verdad que sí? ^_^
Eliminarbesos
Ufff qué triste. Sí claro que se desvanecerá, pronto llegará la primavera y el calor de un abrazo te quitará ese frío. Verás que sí :)
ResponderEliminarBesazo grande
Me he sumergido en este sabor nostálgico.........................la vida es vida, el presente es presente, y el ayer ya es historia, disfrutemos del presente, sin olvidarnos de la historia,.........................y en los puntos suspensivos es cuando me paro, respiro, y aspiro esa parte de la historia que me hizo sentir tan bien.................solo hay que esperar a que salga el sol.
ResponderEliminarUn beso cálido en ese invierno tan frio.