(etapa 02.13)
Pensé que amanecería con dolor de cabeza por haber trasnochado tanto y que aún se agravaría un poco más con una batería madrugadora de decibelios infantiles. Pero no. Tranquilidad, demasiada tranquilidad. Ahora echo de menos el estimulante jugueteo de niños repletos de ilusión. El parque está vacío, excepto por las últimas hojas marrones de los árboles, que el viento aún no ha barrido. El viento que, figuradamente, también barrerá los papeles rotos fruto de la frenética voracidad de los más pequeños, en su tarea de desenvolver unos regalos tan anhelados. Quizás es el legado más olvidado en este día: una montaña de papeles rotos.
Y no solo de papeles que envolvían regalos. También otros papeles serán arrastrados por el viento que, desde la ilusión, transporta las cosas hacia el olvido. Hace pocos días, cuando volvía de la visita navideña en casa de mis padres, en la habitual parada en la autopista para comer y repostar una vez pasada esa locura que llaman Madrid, un hombre apostado en la entrada del restaurante y vestido con una armadura de papeles llenos de números me dice, cuando ya voy a cruzar el umbral: Tengo el número premiado. Medio en broma, medio para darle a entender que no estoy interesado en comprar lotería, le respondo: Entonces supongo que ya los ha comprado usted todos. Nos cruzamos unas sonrisas y cada uno a lo suyo. Su falta de fe en lo que está haciendo me ha librado de su insistencia.
Todos esos papeles rotos también se los llevará el viento.
Para esta fecha, cuando niña (así me habían enseñado), abría cuidadosamente los escasos paquetes recibidos; alisaba y doblaba los papeles con cuidado, mientras la ansiedad me carcomía. Generalmente después venía la desilución, porque los presentes eran braguitas, medias, algo para la escuela, cosas utilitarias y que a un chico le importan un bledo. Los papeles de los envoltorios y las cintas, se guardaban para el probable uso en otros regalos.
ResponderEliminarTomé el hábito de romper papeles, hacerlos trizas en esta época del año: escritos descartados, apuntes de cursos que ya no leeré, facturas viejas... No se los llevará el viento, los meto en una gran bolsa y de ellos se encargarán los "cartoneros", una dolorosa especie de mendigos "legalizados", que aún perduran después de la crisis del 2001.
¿Qué te trajeron los Reyes?
Un abrazo
Ah, ya reciclabas desde pequeñita. Muy bien :)
EliminarNo me han traído nada. Es que soy republicano jajaja
besos
En realidad todo se lo lleva el viento :)
ResponderEliminarYa lo decía el título de aquella vieja película ;)
Eliminarbesos
Prefiero los regalos que no van envueltos... una palabra, una sonrisa, un abrazo.
ResponderEliminarBesos.
Sí, son lo mejor. Pero creo que a los niños no les hacen tanta ilusión.
EliminarCon el tiempo.
muacks!
pues en casa no se envuelven... mira, tradición familiar. Se colocan al lado de los zapatos, bien visibles, a ser posible todo montado para jugar ya...
ResponderEliminarLa anecdota del vendedor de loteria está redactada de una manera realmente linda... tanto que la imagen acude a nuestra cabeza rapidamente.
FELICIDADES.
Eso sí que es dar facilidades. Y así no hay que ver las caras de desilusión al desenvolver, en caso de que el regalo no guste (tenso momento, por cierto). Otra ventaja más jajaja
Eliminarbesos
A mí me gusta comprar la lotería de Navidad con tiempo y mimo. Eligiendo el número, el lugar y la ocasión. En este ceremonial y en las ilusiones que ensoñarán el cercanías camino al trabajo las dos o tres semanas previas hasta el sorteo, doy por buenos los 20 euros invertidos. Esos papeles los entrego al viento bien exprimidos.
ResponderEliminarYo ya sé por qué no me toca NUNCA la lotería jajaja
Eliminarun abrazo
Imagino que ya lo sabrás, pero yo solo he celebrado el día de reyes (y el de Navidad, y nochebuena y nochevieja) 2 veces en toda mi vida... con mi última pareja... y desde entonces, me encanta la Navidad, aunque este año se ha hecho difícil el no poder celebrarla con nadie... seguro que en el 2013, tengo algún plan para estas fechas tan bonitas. Me quedan menos de 12 meses para organizarlo todo. :-)
ResponderEliminarBesos!! (Y gracias) :-)
Sí, aún tienes mucho tiempo para organizar una celebración que puedas disfrutar y recordar con agrado. Tiene que ser genial.
EliminarGracias a ti.
muacks!
Ay, raindrop, hay algo en los papeles de los regalos que no sé...Cuando en casa de mis padres se armaban aquellas fiestas de regalos, risas, sorpresas e ilusiones desatadas, el hecho de ver papeles rotos por todas partes me producía una extraña sensación, un escalofrío en medio de tanta calidez, y rápidamente me disponía a recogerlos o a doblarlos con cuidado como apunta Mirella. Sons algo así como la ilusión convertida en pasado en un abrir y cerrar de ojos.
ResponderEliminarTe regalo un beso, ea!
Entiendo lo que dices porque mis sentimientos eran también de ese tipo. Cuando veo la montaña de papeles rotos me entra un desasosiego que me resulta difícil explicar.
Eliminarmuacks! :)
Este año decidimos que los Reyes vinieran al menos para los de casa sin envoltorio, reducíamos la ansiedad del descubrimiento restando algo de emoción pero ganábamos produciendo menos basura, la ilusión no vale la mierda que se genera hablando claro y pronto.
ResponderEliminarCon la lotería he pasado a la opción on-line, más limpia y con el mismo resultado: nada.
Un abrazo, aunque sea virtual.
Todo mucho más ecológico. A mí tampoco me ha tocado la lotería, ya imaginas jajaja
Eliminarabrazos
¡Ops...:-)!... y por casualidad, o por azar causal, o quién sabe si por acción de ese viento movedor de papeles que me trajo hasta aquí, es que me encontré este lugar, que me sabe a título de libro... la escritura o(y) la vida... (confirmado en la lectura de unas pocas entradas). Felicidades por ese, tu buen sentir... tan sencilla y hondamente esencial. E ídem caligrafiado :-)
ResponderEliminarEstoy sorprendido por todos esos elogios. Solo me quedan palabras para agradecerlos.
EliminarY también gracias por tu visita. Bienvenida :)
un saludo
En mi casa es tradición envolver muy bonitos los paquetes, con sus lazos y cintas brillantes, sólo uno se coloca debajo del árbol y ese tiene la pista que llevará al siguiente. Así la casa entera se convierte en una isla del tesoro particular jajajajaja
ResponderEliminarEl vendedor de lotería ha puesto un tinte de tristeza a tu genial forma de contarlo. Pero Rain!!! pasas por Madrid y no te paras a tomar un café??? por diosss la próxima vez avísame ;)
Besos mil
Eso parece divertidísimo :)
EliminarCuando viajo voy con el tiempo tan justo, que solo tengo origen y destino. Los puntos intermedios no existen. Para ir a Madrid, lo tengo que poner como destino :)
Todo llegará y te avisaré puntualmente.
muaaaacks
Amigo respecto a la respuesta que diste al principio me dejas anonadada. Yo creí que se trataba de una genialidad mía y me doy cuenta de que tu tienes la misma ocurrencia.
ResponderEliminarTodo el mundo tiene por costumbre preguntarte en estas fechas: Bueno que, ¿qué te han traído los reyes? A lo que yo siempre salgo con la misma respuesta. En mi casa no entran los reyes, soy republicana. xD
Respecto a tu entrada, genial. Pero eso en ti ya no me sorprende.
Besos guapo!! :*
El día que los Reyes se hagan republicanos (jojojo) empezaré a pedirles cosas el 6 de enero.
Eliminarbesotes, amiguita :)
Todo se lo lleva el tiempo...hasta al propio tiempo...recuerdo que en una ocasión escribiste sobre esto y me encantó.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazotedecisivo
Por eso yo no compro Lotería... jeje.
ResponderEliminarPero vamos, lo que más me gusta es que rompan los papeles que pongo yo ^^ Romperlos me importa menos...
Me he tenido que detener en esta entrada porque su fotografía y nombre me llamaban :)
ResponderEliminarY sí, iba de lo que pensaba... en parte. Lo de la lotería me cuesta más; yo también soy como Maeglin que busca un número o una situación especial para comprar ese décimo en el que pones tus ilusiones.
Un saludo,