"No echéis vuestras perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y volviéndose contra vosotros os despedacen".
(Evangelio de Mateo, cap. 7: 6)
Los griegos las llamaban margaritas (μαργαρίτης), aunque con la mención de esta palabra lo más corriente es que se piense en las flores. No tendría mucho sentido hablar ahora con detalle del proceso que lleva a la formación de las perlas, porque es algo muy conocido. Curiosamente, estas piedras preciosas no se extraen de ninguna mina (como las esmeraldas, los rubíes, los diamantes, los zafiros...), sino del interior de un ser vivo. Me asombró cuando de pequeñito me contaron eso de que una mota que se introduce en una ostra acaba convirtiéndose en una perla. Cuando soplaba el cierzo, recuerdo que muchas motas de polvo se me metían en los ojos y, todo lo más, me hacían lagrimear bastante. Imaginaba cada perla como una gran legaña redondita que les salía a las ostras, de tanto llorar a causa del dolor provocado por esa mota intrusa dentro de su concha, incapaces de quitársela. Poco a poco, iban cubriendo su aflicción con capas y capas de nácar, dando brillo y belleza a algo tan molesto. Per aspera ad astra: por el sendero áspero, hacia las estrellas. A nadie le gusta sufrir (bueno... masoquistas aparte), no es deseable el sufrimiento. Pero sí que se puede decidir qué hacer con el dolor cuando se presenta implacable de visita. Incluso hay quien consigue fabricar perlas.
En los años vividos, he conocido varias perlas. Sencillas, hermosas. Con brillo natural, no deslumbrante, pero sí muy atractivo. Personas que se han sobrepuesto a la adversidad y me han servido como ejemplo, aunque muchas veces lo siga a gran distancia. No soy tan resistente al desaliento. Me llama la atención, empero, que últimamente las veo más apagadas que nunca. Quizás haya averiguado la causa...
Algunas leyendas nos han contado historias de personajes poderosos y extravagantes, como Cleopatra o Calígula, que disolvían perlas en vinagre para bebérselas o para elaborar salsas para los platos de pescado o de lo que fuera. No sé cuánto hay de cierto en estas historias, pero sí que es cierto que el ácido acético del vinagre ataca al carbonato de calcio cristalizado de las perlas hasta disolverlas. Las perlas soportan muy mal los ambientes ácidos.
Y creo que esta es la causa de que tantas perlas estén en peligro de extinción. Después de soportar angustias, resulta que lo que se hace insoportable son los ácidos, los espíritus avinagrados que tanto proliferan por doquier. Y sería una lástima que seres tan emocionalmente improductivos, tan parcos en buenos sentimientos, llegaran a conseguir que toda esta belleza perlífera que ilumina infinidad de vidas quedara arrasada para siempre. Diluida en un mortal baño de ácidos.
Sin duda las situaciones difíciles y que nos afligen sólo se justifican si de su lectura logramos aprender, crecer y evolucionar, es el único sentido que se logra encontrar a una situación de malestar o quizá es que el ser humano en el fondo es más optimista e ingenuo de lo que creemos y quiere hacer una lectura positiva de ello.
ResponderEliminarDe cualquier forma lo más inmediato cuando jodes a alguien es que sí te suelte alguna perla, directamente a la cara.
A mi me encantan las perlas de brillo natural...esas que no hace falta frotarlas, para que brillen con ese don propio...con esa luz interior, que irradían bondad allá por donde van...de las otras "perlas"... mejor se diluyan en un baño de ácido y se disuelvan...cuanto bien harían al mundo.
ResponderEliminarAbrazotedecisivo de mitad de semana y gracias por tus "perlas" siempre brillantes, con ese brillo especial no cegador, no deslumbrante , pero de oro puro.
Ays. Estoy un poco sin palabras ahora mismo, pero me ha en.can.ta.do. Tanto que me has dejado sin palabras ahora mismo ;)
ResponderEliminarTEngo mucho que pensar. Sí, en perlas...
Gracias, guapo.
Tú si eres una perla a la que ningún ácido puede dañar, brillas con luz propia siempre.
ResponderEliminarBesos:)
Tu post me ha hecho recordar un libro que leí este verano; "Si tu me dices ven lo dejo todo... Pero dime ven".
ResponderEliminarPerlas en el sentido de aquellas personas que conocemos,que pasan por nuestra vida y la mejoran, por lo que te aportan o porque te hacen ser mejor persona (vaya piropo¡).
El autor dice que solo llegamos a conocer a una pocas en nuestra vida.Y que uno/a sabe cuándo está delante de ella.
Me encantó.
Yo entiendo tu entrada como que se puede luchar contar las contrariedades, el dolor, las dificultades que acontecen en la vida, pero de frente.
Los ácidos, para mi, son los ataques se soslayo y bajo falsa sonrisa y falsa amistad. Aquellos de los que no te puedes defender. Roen y dañan.
Por suerte son los menos.
O una intenta mantenerlos apartados.
Bella entrada.
PD: las palabras se te dan de maravilla. No me puedo imaginar un descalabro tuyo "en la vida real".
Besos
La perla no sabe que es perla, pero los que la embadurnan de vinagre si lo saben.
ResponderEliminarAl avinagramiento colectivo y al ensalzamiento de los espiritus ácidos contribuímos todos en el día a día. ¿Creemos que un periódico que optase en su línea editorial de publicar un mínimo del 75% de buenas noticias triunfaría? ¿Como si no, explicar la exitosa figura del tertuliano? Mientras más agresivo y dañino mejor, más bolos le salen y más insustituible se hace. Los hacemos Prime time aún a costa de nuestra alegría. Nos va la marcha, la marcha atrás se entiende.
ResponderEliminarDurante mucho tiempo me parece que hemos estado alimentando con perlas a los cerdos, a costa de trabajo, esfuerzo, tiempo y nuestro futuro hipotecado a cambio de unos derechos que nos han hecho creer que son un regalo ...ahora se vuelven contra nosotros y nos quitan lo que por derecho nos pertenece. Era un iluminado Mateo.
ResponderEliminarEn nuestro "áspero" camino siempre encontraremos perlas auténticas, o de imitación, genuinas, cultivadas y perlas raras, resistentes a ácidos y otras adversidades.
Besos
Abajo los vinagreros, los avinagrados y todos los que tengan que ver con acidez disolvente! ;P
ResponderEliminar(Me ha encantado este texto!)
Bonita metáfora
ResponderEliminarEsta entrada es una perla de metáfora, de esas que es necesario quedarse pensando...
ResponderEliminarHay muchos seres de carácter ácido, mas que el ácido sulfúrico, capaces de disolver el alma de la perla mas hermosa. Seres que son tan oscuros que son capaces de destruir la joya mas hermosa.
ResponderEliminarMi querido amigo. Hay seres ácidos que seleccionan la perla mas divina entre todas las perlas con el único objetivo que el de acabar con su existencia.
Besos amigo. Preciosa entrada. : *)
Tus letras son perlas de nácar blancas, con reflejo y luz propia.
ResponderEliminarBesos.
eres toda una perlita!!! con sus brillos y sus ocasos. Cuidate. Muas
ResponderEliminarNo, las perlas no se están apagando, no señor...es sólo que tienen un poquito de vaho..tu frota, y verás como siguen igual de brillantes o más. Un abrazo enorme,
ResponderEliminarPole
Jo
ResponderEliminarSí, recuerdo haber leído tu texto hace un tiempo.
Gracias :)
besos
Sergio
Comparto tu lectura positiva.
Las otras "perlas" son distintas a estas y más parecen perdigones xD
un abrazo
Sara
Son hermosas en su sencillez y su valor está en su origen.
besos
Blanka
A las perlas que describo al comienzo del segundo párrafo, claro ^^
besos
CMQ
Gracias a ti, por supuesto :)
besos
Sory
Gracias. Vaya elogio bonito, este que me dedicas ^^
besos
Alexssa
Ácido es el ambiente que se crea cuando no se siembran más que semillas de fatalidad, cuando se vive con amargura y se pretende que todos compartan esa misma amargura, cuando a las oscuras nubes se añaden nubarrones todavía más siniestros...
Gracias por tus palabras :)
besos
Montse
Sí, son unos cabritos.
besos
Maeglin
Cuesta entender el porqué, pero sí que parece haber una querencia inexplicable por el avinagramiento.
abrazos
Ana
ResponderEliminarTambién tengo la sensación de que hay mucho cerdo alimentado a base de perlas ajenas. Una lástima.
besos
Speedy
Eso: menos ácidos y más perlas ^^
besos
disancor
Que lo siga siendo.
un saludo
pseudosocióloga
Bienvenida y gracias :)
besos
Sonja
Sí, una metáfora para hablar de personas muy especiales en un mundo sombrío.
besos
Vicky
Solo nos queda ayudar a proteger a esos seres maravillosos para que los ácidos no logren sus propósitos.
besos
Carla
Muchas gracias por compartir tu sensibilidad :)
besos
susana
Gracias, amiga. Cuídate tú también :)
besos
Poledra
Siempre me alegra volver a leerte. Sigues siendo tan perla como siempre :)
un besazo
Cuando la gente lucha contra la adversidad pueden ocurrir dos cosas, o que se cree una perla preciosa, fuerte, brillante, inimitable o que esa ostra se cierre sin que deje entrar ni una brizna que la haga daño. Es sutil el momento que hace que ocurra una cosa u otra pero los sufrimientos, las luchas, está claro que no te dejan indiferente.
ResponderEliminarMe ha encantado este post y como siempre eres un sastre de las ideas y te felicito por ello compañero!
Un abrazo apretao! :D
¡Qué hermosa comparación! Cierto es que siempre ha sido más costoso construir que destruir, pero seguro que esas perlas segurán creciendo.
ResponderEliminar¡¡Feliz semana, trovador de historias!!
Besitos.
Avellaneda
ResponderEliminarLo que pasa y nos afecta en lo más interno no puede dejarnos indiferentes. Es como tú dices.
Gracias y un besiño ^^
Samotracia
Feliz semana, amiguita :)
besos