(área de descanso nº 180)
Tres días después
Asunto: Falta algo
Querido Leo:
Cuando pasan tres días sin que me escriba, siento dos cosas: 1) me extraña mucho, 2) echo en falta algo.
Ambas cosas son desagradables. ¡Póngales remedio!
Cuando pasan tres días sin que me escriba, siento dos cosas: 1) me extraña mucho, 2) echo en falta algo.
Ambas cosas son desagradables. ¡Póngales remedio!
Emmi
(Daniel Glattauer, "Contra el viento del norte")
No es muy tarde y la noche está deliciosa para pasear, engalanada para la ocasión: agradable temperatura, una suave brisa que lleva a cada lugar la fragancia marina, las luces de la ciudad invitando a recorrerla y toda una gama de sonidos como susurros de sirena que atraen hacia los escollos a marineros ya privados de cordura. Antes de salir, me repaso ante el espejo unos instantes. Algún retoque y todo perfecto. Arreglado pero informal, informal pero arreglado. Espera... No voy a llevar esta casaca de cuero. Hoy no. No me acabo de ver. Mejor esa chaqueta de cuadro inglés. Sí, combina mejor con esta camisa. Además, le voy a poner ese pañuelo verde en el bolsillo del pecho. Queda bien, sí. Ahora creo que ya estoy listo. ¿Dónde he dejado el móvil? Ajá, ahí está. Pero... ¿y este libro aquí? Ya lo había olvidado por completo. Creo que nunca terminé de leerlo, no sé por qué. Bueno, me lo llevo. En alguna terraza podré dedicar unos minutos a la lectura mientras disfruto de esta noche tan fragante. Dan ganas de beberse el aire a sorbos.
Envuelto ya en el ambiente de las calles, qué bien sienta la caricia del céfiro. Es vivificante, intenso, balsámico. Camino aún sin rumbo definido, recorriendo el paseo marítimo y, a mi izquierda, la gran extensión salada ahora teñida de noche. Bulle la ciudad, surcada de vehículos y rebosante de destellos polícromos. Y mucha gente en medio del borboteo urbano. Me interno en un laberinto de callejuelas y acabo cerca de unos jardines. Se hacen notar un par de muchachas, que se acercan repartiendo sonoras risotadas a quienes se cruzan en su camino. Cuando llegan hasta mí, una de ellas arranca una flor de un camelio del parque y la coloca en la solapa de mi chaqueta. Más risas y un hasta luego, guapo, demasiado trabado y suficientemente cerca de mi cara como para notar que se ha pasado con las cervezas. Cambio el chip. Me siento en un banco en una zona bien iluminada y por instinto abro el libro, buscando la página donde terminó mi lectura. Vaya, ni siquiera recuerdo que lo estuviera leyendo... Una diminuta gota cae en una página. Y aun otra más. El viento se ha hecho algo más fuerte, las nubes han cubierto el cielo y ahora amenazan lluvia. Todavía no se decide a llover, pero será mejor que busque un lugar donde cobijarme. No sé dónde. Quizás ahí mismo, en esa cafetería. Parece agradable. Entro y está casi vacía. Apenas media docena de clientes, media docena de islas en las que no reparo. Me siento cerca del ventanal y dejo el libro sobre la pequeña mesa de dos plazas que acabo de ocupar, mientras espero la visita del camarero. Poco después, alguien me toca en la espalda un par de veces seguidas. Me giro un poco y se trata de una mujer de ojos turquesa y melancólica mirada. Una cascada ondulante de cabellos castaños encuentra reposo sobre sus hombros.
- Por fin has llegado -me dice-.
- Disculpa, ¿nos conocemos?
- Claro, tú debes de ser Leo. Yo soy Emmi.
- ¿Cómo sabes mi nombre? Yo no sé quién eres.
- Bueno, sí, no nos hemos visto hasta ahora, pero no me digas que no me conoces después de todo lo que hemos hablado.
- ¡Pero si es la primera vez que escucho tu voz!
- No, me refiero a nuestras charlas en la red, a los mails... Ya sabes.
- No, no sé. Creo que te equivocas -mis sensaciones serían las mismas si alguien me estuviera gastando una extraña broma-. ¿Por qué piensas que soy la persona que estabas esperando?
- ¿Cómo no reconocerte? Los detalles pactados: vienes con el pañuelo verde en el bolsillo, una camelia blanca en la solapa, traes "Contra el viento del norte", nuestro libro, ¡ay, todas esas coincidencias que nos hacían estremecer! y estás aquí, en el Suisse, tal y como habíamos quedado. Nuestra primera cita real. ¿No recuerdas?
- No. ¿Cómo quieres que lo recuerde?
- Quizás es porque ya ha pasado demasiado tiempo. Te estoy esperando desde hace 7 años, 3 meses y 17 días. El camarero me repitió muchas veces que no vendrías, que no merecía la pena seguir esperando. Pero yo estaba convencida de que, al fin, llegarías. Y aquí estás.
Edward Hopper: "Automat", 1927 (fragmento) |
Al final la canción de Penélope de Serrat va a tener un final feliz...
ResponderEliminarMe encantó la frase: Dan ganas de beberse el aire a sorbos... buenisima.
Un abrazo.
Final feliz, según se mire. Los habrá que digan nunca es tarde... xD
Eliminarbesos
Las esperas ay¡ las esperas....
ResponderEliminarYo he superado unas cuántas.
Más de las que quiero recordar.
Y nunca acabaron como en tu relato.
Creo que lo peor de todo es esperar a alguien en concreto. O lo peor de todo es no recordar. No, lo peor de todo es olvidar... No sé, lo pero de todo es la espera inútil, a sabiendas que nunca llegará, o volverá.
Muy tierna tu historia, con ese sentido y sensibilidad que le imprimes a todo lo que escribes.
Me gustó.
Besos raindrop.
No sé qué es lo peor... quizás la falta de correspondencia, porque se puede esperar en sintonía, pero esperar sin sentido es complicado.
EliminarAquí parece que se han cruzado dos personajes de dos historias distintas.
besos
Jeje, me recuerdas a mí.
EliminarB-)
No sé yo si eso s un final feliz... él ni la recuerda, por mucho que ella espere
ResponderEliminarYo no veo ni que haya un final, pero...
Eliminarbesos
la espera tiene un don... que es invariablemente la expectativa y la ilusión pero es peligrosa a la larga
ResponderEliminarno se si el destino exista pero creo que detras de todo son coincidencias
y lo demás quiza lo trazemos ... o nos encargemos nosotros.
me ha gustado mucho esto.
:)
Ya ves que en el relato hay muchas coincidencias: el libro olvidado, el pañuelo elegido in extremis, la flor no elegida...
Eliminarbesos
Larga espera...que requiere de gran paciencia, y después de tantos años...de tanto imaginar esperando...seguro que nada es igual... a como se lo imaginó. Estas ausencias tan largas matan hasta la esperanza, hasta el momento del encuentro...digo yo...pero tampoco lo tengo muy claro. Hoy me has dejado con intriga en el alma, arquitecto de las palabras.
ResponderEliminarAbrazotedecisivo Rain
Habría que preguntarles a los personajes. Como siempre, cada lector hará sus propias conjeturas, que es de lo que se trata.
Eliminarbesos
Estaba claro, se vuelve a confirmar que las coincidencias no existen. Entregada y paciente ella.
ResponderEliminar("Arreglado pero informal, informal pero arreglado", esa aclaración me ha encantado).
jajajaja no sé yo... demasiadas coincidencias como para no existir. Puede que la vida no sea una tómbola, sino una mera coincidencia xD
Eliminarun abrazo
Me
ResponderEliminargusta
:-)
Gracias, Jeanne.
Eliminarmuacks
¿Pero al final le mata o no le mata?.
ResponderEliminarHagamos apuestas. Yo creo que sí, que lo matará, pero que elegirá un método lento (para que sufra unos siete años y pico, más o menos) xD
Eliminarbesos
Atrapas con tus historias como siempre, pues sí que tenía paciencia ella
ResponderEliminarPaciencia... o que no tenía nada que hacer más que esperar. Hay de todo en este mundo.
Eliminarbesos
Si pudiéramos seguir el rastro de cada una de las pistas, coincidencias, que nos han llevado al lugar donde nos encontramos ahora y a conocer a las personas que han sido fundamentales en nuestra vida...quizás nos resultara tan extraño y desconcertante como tu relato.
ResponderEliminarEl final es un comienzo que parece interesante.
Besos.
un pliegue espacio-temporal? bueno el temporal se torció por siete años, pero si veinte no son nada... les daremos otros siete a ver que pasa... XP Un besote : )
ResponderEliminarUy!! AL principio pensaba en ti como protagonista del relato pero fue llegar a la parte de chaqueta de cuadros y dije.... no.
ResponderEliminarEl relato se queda como abierto... sin final decidido pero las coincidencias, ese olvido y sobre todo esa espera.... Pues siento decir que las esperas estropean todo lo bueno que pudiera haber porque en esas circunstancias se pierde la esperanza y la confianza en uno mismo. NO se puede esperar tanto tiempo por alguien y dejar de vivir.
Besos
Me decanto por pensar que alguien que espera 7 años a que se presente su cita, más que paciencia, lo que tienes es una tremenda obsesión. Será que la decepción ha podido con mi lado romántico, que esperaría 7, 20 o lo que hiciese falta por un amor auténtico... (disculpa, a veces me sale la ñoña que llevo dentro) Me pregunto qué sentiría cuando le tuvo que recordar todos sus momentos, para ella tesoros vivientes, para él fantasmas olvidados... o quizá él en algún lugar de su psique guardaba también todos esos recuerdos y deseaba revivirlos, volviendo a su 1º cita.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMuchas veces me pregunto por qué unos no pueden olvidar y otros no pueden recordar...ay! caprichos del ¿destino?...
Un besazo rain!!
Un martillo amarillo me ha traído hasta aquí. Me quedo...
ResponderEliminarMe encanta Hopper y me gustó"Contra el viento del norte¨
ResponderEliminarAna
ResponderEliminarComo no se puede conocer el futuro de cada historia, lo más frecuente es que quedemos sorprendidos cuando unimos los dos extremos, principio y final. Aunque los finales nunca están escritos.
besos
ShaO
La idea del pliegue espacio-temporal es interesantísima. ¿Por qué no? Ya me lo estoy imaginando :)
besos
Blanki
¿Tienes algo en contra de las chaquetas a cuadros? Dentro de unos años volverán a estar de moda xD
Quizás los lectores no se han percatado, pero si "Contra el viento del norte" se publicó en 2010 y esta historia sucede al menos 7 años después de la aparición del libro... ejhem... ^^
besos
xiana
Todas esas cosas que te preguntas son las que hacen interesante la historia, sea de amores románticos o de obsesiones inexplicables :)
besos
Flor
wala! menuda pregunta que te haces. Es clave, me parece :)
besos
Francesca
Ah, bienvenida :)
jajajaja en El Mago de Oz se llegaba al destino por un caminito de ladrillos amarillos, pero llegar hasta aquí por un martillo amarillo también me parece de cuento. Gracias.
besos
pseudosocióloga
Geniales ambos, ¿a que sí? ^^
besos
Es curiosa, leí viento del norte porque una bloquear me dijo que cuando lo leyó le ponía mi cara al personaje..
ResponderEliminarEl iPad va por libre, No que decir bloquear si no bloguera. ..
ResponderEliminarAmigo hacerme esperar 7 años, 3 meses y 17 días.... no tienes perdón jajajajaa. Me encanta!! como siempre tu entrada me parece muy buena.
ResponderEliminarCualquier día te sentarás en la terraza de una cafetería y apareceré yo, pero en este caso seguro que me reconocerás.
Besos amigo.
A veces no hay modo de aguantar sin una ilusion por inalcanzable que parezca. Lo malo es cuando ya no lo controlas, y te dan siete anos, claro. Perder el control de las cosas es lo malo. Bonito post.
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