"Decidles que mi vida ha sido maravillosa".
(últimas palabras de Ludwig Wittgenstein)
En los últimos días, sus manos estuvieron unidas más de lo que había sido habitual en varios lustros. Los médicos habían enviado a su padre de vuelta a casa con el flaco consuelo de que la llama se iría extinguiendo sin apenas dolor físico, otra cosa sería cómo los sentimientos agitaran las mentes que ahora se mantenían juntas por las manos.
Mientras el sol declina en una tibia tarde, el padre contempla el rostro de su hijo bañado por los últimos rayos anaranjados. Ve mucha melancolía en él. Entonces se arranca en una confesión que ha madurado en ese ocaso incontenible.
Hijo, espero que tu vida sea tan dichosa y fructífera como la mía. En mis tiempos jóvenes decidí qué iba a hacer con mi vida, cómo me gustaría que transcurriera. Pensé que sería bueno para mí disfrutar de mis años de juventud, hacer buenos amigos, prepararme para la vida, para conseguir un trabajo, conocer mundo y divertirme. Luego, me asentaría, pero no demasiado. Trabajaría para ganarme la vida, tendría un lugar donde vivir, me enamoraría de una mujer extraordinaria y compartiríamos un camino juntos. Desarrollaría una curación para el cáncer, viajaría a algunos sitios soñados, seguiría aprendiendo siempre. Disfrutaría de la compañía de mis hijos y quedaría embelesado viéndolos crecer y dejando que me enseñaran todos esos secretos de la vida que solo los ojos infantiles pueden percibir. Me deleitaría con las cosas sencillas, adquiriría nuevas habilidades, cultivaría mi mente y mi cuerpo sin cesar, me mantendría siempre en crecimiento. Más tarde, sostendría a mis nietos sobre mis rodillas y reiría y jugaría con ellos, alcanzaría la paz mundial después de trabajar intensamente en ese objetivo, conocería a nuevas personas y seguiría alimentando la amistad de mis compañeros de juventud. Por último, estaría preparado para morir tranquilo, amparado por el amor de mi querida familia, y abandonaría serenamente este mundo.
Ya lo ves. ¿Cómo no voy a considerar que he tenido una vida abundante? He logrado casi todo lo que me había propuesto lograr. Solo hay tres cosas que me faltan. Pero las que más felicidad me han traído, esas sí las he conseguido. Además, de las tres que me han faltado, una estoy a punto de alcanzarla. Muy pronto.
No estés triste, hijo. Gracias por haber sido parte de esta maravilla.
Leyendo tu post, me ha venido a la mente Eddie Vedder," Society".... Cuando quieres más de lo que
ResponderEliminarcrees que necesitas ...
Y cuando piensas mas de lo que quieres
tus pensamientos comienzan a sangrar
Creo que necesito para encontrar un lugar más grande
Porque cuando tienes más de lo que piensas
necesitas más espacio ".
Cuando me vaya de aquí me gustaría irme habiendo conseguido lo que yo ( y supongo que muchos) quisiéramos conseguir....... tener una vida feliz y dar gracias.
Besos
No puedo decir nada. Me faltan palabras. Porque tuve muchas cosas de las deseadas. Planté un árbol, escribí un libro y tuve hijos. Eso me recordaba mi padre y las tres las conseguí. Pero ahora, arrebatado el amor y perdidos mis hijos. Yo no sé que decir
ResponderEliminarUn abrazo
Hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir... Hay un tiempo para llorar y un tiempo para reír... Hay un tiempo para abrazar y un tiempo para separarse... Hay un tiempo para estar de luto y un tiempo para bailar... (Eclesiastés).
ResponderEliminarHay un tiempo para agradecer y, quizás, que te agradezcan... Hay un tiempo, mientras lo hay... (Leve).
Pd. Cuando él muera,
tómalo y divídelo en pequeñas estrellas
y hará el rostro del cielo tan hermoso
que el mundo entero amará la noche
y no adorará al llamativo sol.
Cuando llegue el momento tal y como es inevitable lo que más me dolerá es a los que dejo en esa partida, lo más grande que tengo.
ResponderEliminar"...las mentes que ahora se mantenían juntas por las manos..." me ha gustado mucho esta imagen. Yo soy mucho de coger la mano también. Y este gesto, te lo aseguro, a veces no es tan fácil. Y a veces puede ser un tesoro. Me gusta lo que has escrito, como siempre :) Abrazo!
ResponderEliminarSiempre nos faltará algo de lo que pensamos que lograríamos.
ResponderEliminarA veces pensamos demasiado en grande, como si fuéramos titanes,
y dejamos de disfrutar de las pequeñas felicidades que nos rodean,
que son las que verdaderamente nos alegran el alma.
Saludos.
Yo con que mi madre haga tortilla de patatas a lo largo de la semana que viene ya me puedo morir en paz.
ResponderEliminarSupongo que es inevitable hacer balance cuando presentimos cerca la muerte. Fíjate que pocos se acordarán en ese momento de riquezas, posesiones y lujos sino de las tres o cuatro cosas imprescindibles en cualquier vida que realmente se haya vivido.
ResponderEliminarTengo reciente la muerte de mi padre; también hizo su particular balance, el Alzheimer no afectó ese nivel de consciencia en absoluto, y era tan "particular" como el que describes. Él quería morirse, me decía: "Hija, yo aquí no hago ná, ya hice todo lo que tenía que hacer".
Besos.
Hoy tu entrada me ha azotado fuertemente...y a la vez me ha dado ese soplo de energía... que necesito tanto para animar y acompañar a mi gran amiga, en este duro trance que la vida le ha puesto...sólo que a ella le ha quitado casi todo, sólo pido y deseo que esta vez la permita disfrutar de lo que más quiere su duendecillo enol de seis añines...ella es tan joven...es tan injusto todo Rain...tan duro...uffff, tu entrada me he removido las entrañas.
ResponderEliminarMi abrazotedecisivo y buena semana que comienza Rain.