miércoles, 17 de febrero de 2010

blanco por dentro, verde por fuera...

(88ª parada)
"Nunca nos desanimamos. Porque, aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior se renueva de día en día".
(2ª carta de Pablo a los Corintios, cap. 4: 16)

Me lío siempre con los parentescos... Si me quieres meter en un buen laberinto, dime que la prima del yerno de tu concuñada acaba de pillar un catarro y me tendrás en fuera de juego con cara de interesante (o de alelado, según se mire) durante un rato que se hará demasiado largo. Quizás sea así porque mi familia ha sido bien corta. Quitando a la jabata de mi bisabuela materna, que parió once hijos, el resto de la familia se queda en small-size: mi madre es hija única y mi padre era el pequeño de dos hermanos (la mayor era su hermana). Tanto me acostumbré a esta familia de bolsillo, que descuidé la generación anterior, por considerarla (fuera de los abuelos) de complicación memorística excesiva... En el caso de mi familia paterna, la distancia geográfica ayudó también al descuido. Por eso, creo que mi querido *** era un primo de mi abuelo paterno, pero es un dato por cuya certeza nunca pondría una mano en el fuego. Y me resulta extraño tener a *** tan desubicado, habiendo sentido por él el gran aprecio que recuerdo. Fue una admiración silenciosa, casi secreta, vivida desde la visión particular e incompleta de mis ojos de adolescente... lo digo porque poco era lo que conocía de ***. Recuerdo, siendo yo muy chavalito, su porte distinguido, casi señorial, y a la vez sencillo. Pero, sobre todo, su constante sonrisa de labios carnosos y su mirada llena de pasión, tanto que parecía capaz de incendiar un buen trozo del mundo con aquellas brasas ardientes que tenía por ojos. Me acuerdo, acompañado de mi padre, cuando *** (que siempre me miraba con aquellos ojos radiantes y llenos de simpatía, acordes con su sonrisa) le decía: "Este muchacho sería un buen diplomático. Yo lo veo de diplomático". Pasados los años, creo que ahora la sonrisa es la mía, pero más bien sarcástica, al constatar una realidad bien distinta. Sin embargo, en aquellos años mozos, uno contemplaba a estos mayores como *** con el deleite de saberse en grata presencia y tragaba con devoción las palabras que salían de personas tan queridas. Palabras, que (poco en serio y mucho en broma) delineaban futuros preñados de expectativas... Y yo seguía sin comprender por qué *** me ubicaba en los mundos de la diplomacia, cuando otros me resultaban mucho más interesantes.
El tiempo le quitó la razón por completo: en la vida no me he desempeñado con grandes habilidades diplomáticas... Bonita palabra, diplomacia, para un contenido tan ambiguo, a veces incluso retorcido. Pienso que, en un rizar el rizo, hasta la propia palabra es muy diplomática consigo misma. Es cierto que antes que la mejor guerra es incluso preferible la peor diplomacia, pero en tantísimas ocasiones "diplomacia" ha sido sinónimo de "persuasión impuesta por una parte con grave desventaja para la otra parte", que hace pensar si esta diplomacia abusiva (lamentablemente, tan en uso) no será también un "paz para hoy y guerra para mañana"...
Detesto la hipocresía en todas sus formas, así que no creo que hubiera sido muy feliz siguiendo el consejo de mi buen ***. Me resulta difícil traficar con sentimientos e impresiones, propios o ajenos. Soy mal mentiroso de interioridades: se me notaría demasiado si lo que digo no es lo que siento. Como a aquel perrito, mal jugador de póker, que nunca podía marcarse un farol ni disimular su buen juego porque el movimiento del rabito lo delataba. Con esta madera, ¿cómo fabricar un diplomático como mandan los cánones?

Para lidiar con estas tareas hay que conocer el fondo y la forma de las personas. Y en los seres humanos convive lo mejor y lo peor. Donde hay personas encontrarás traiciones, maledicencias, conflictos, envidias, mezquindades, rencillas, falsedad, abusos, odios viscerales, mediocridad, egoísmos de todo tipo, luchas por la supremacía, opresión, violencias, destrucción, actos desconsiderados... Pero donde hay personas también encontrarás altruismo, bondad, solidaridad, actos de amor, demostraciones de cariño, perdón, abnegación, artes y ciencias, confianza, amistad, heroicidades varias, afán de superación, progreso, manos ayudadoras, voces de aliento, hombros en que reposar, deseos de paz y armonía... Todo esto encontrarás mezclado a partes iguales o desiguales, por dentro, por fuera, en diferentes concentraciones dependiendo del cómo, el cuándo, el dónde y el con quién...
Y se darán las paradojas de encontrar a personas amables y cálidas por fuera, pero con interiores sombríos, llenos de odio y rencor. También podrás encontrar a personas ásperas en su corteza, pero que albergan gracia y dulzura en su interior. Y deberás elegir, si no queda más remedio, qué prefieres: las formas o los contenidos. Porque, aunque lo deseable es que ambos compartan rasgos de bondad, no siempre lo bueno está recubierto con un envoltorio a juego. Me recordaba N, a la vuelta de su prolongada estancia en Jerusalén, el significado de la palabra tzabar ("sabra") en aquella tierra. Los israelíes llaman así a los nacidos en Palestina antes de 1948 y a sus descendientes (por extensión, se les llama "sabra" a todos los nacidos en el Estado de Israel). El nombre es el mismo que el de la opuntia o chumbera, plantas que (como todos los cactus) dentro de una piel espinosa albergan un contenido tierno y jugoso. Al margen de consideraciones nacionales o de pueblo (que ahora no vienen al caso), me siento identificado con ese concepto de espinoso por fuera y apacible por dentro. Y creo que es por eso por lo que alguien exteriormente áspero como yo se fue desencantando de la opción diplomática en la que *** me veía embarcado en sus sueños poco realistas.

Hace ya unas cuantas noches, entrada la madrugada, salía del edificio en que vivían mis padres para irme a dormir a mi casa. La calle estaba irreconociblemente desierta. Todo en silencio: ni un vehículo, ni un paseante, ni un perro tirando de su amo en una última escapada nocturna. Paré un momento a respirar hondo el fresco aire de la noche coruñesa y a dejarme bañar por la débil luz de luna y estrellas insólitamente desvestidas de nubes, antes de meterme en el coche. Por un instante, dejé volar la imaginación para sentirme como en aquellas películas en que la humanidad se había extinguido y yo era el último habitante del planeta. Teniendo en cuenta la soledad que transportaba el aire, bien pudiera haber sido así. Y mi primer pensamiento en ese instante fue el de una necesidad imperiosa de encontrar a otra persona en medio de ese vacío de gentes... A alguien. Al otro que habitase en semejante desierto.
Y tuve una tonta ilusión: hasta llegué a pensar que, en un nuevo comienzo, quizás fuera más fácil dejar a un lado lo malo y caminar sólo con lo bueno. Sin diplomacias, sin dobleces, sin medias tintas. Con sinceridad, siendo auténticos, de corazón. Aunque fuera con corazón de sabra.

18 comentarios:

  1. Me ha encantado este post, y es de los pocos que ya que hablas de sinceridad, te diré que he leido hasta la última línea..(si, ahora ya lo sabes, normalmente me lio con todas tus verbas y no termino leyéndolo al completo)..te parece bien esta sinceridad?...

    ;)

    pero yo en este caso te diré que quizá más importante que ser sincero (no siempre es lo bueno que parece), no pondré ejemplos, pero no lo es, es la forma en qué dices esa "sincereza", y en ello sí que encuentro que se necesita una pizquita de diplomacia..no es lo mismo decir "estás sifilítico, das pena" (que en principio es lo que se puede estar pensando..a que digas..."deberías comer más chicha, que te van a llamar de la cibeles".

    mua! bicos!

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  2. Ya el título de tu blog es una promesa de algo que me va a gustar.

    Colores por dentro, colores por fuera, es como tener una paleta y miles de pinceles a tu disposición.

    Las calles vacías, las noches sin serenos gritando a la nada, y de repente apareces tu, como en un escenario que te es hostil....

    Es verdad, siempre parece que mi perro tira de mi...pero por la noche los paseos son rápidos y es difícil fijarse en los extraños...

    Un abrazo.

    Jeanne

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  3. Aurora
    jajajajajaja ¡pero mira de lo que me acabo de enterar después de tanto tiempo...! xD
    Bueno, que sepas que se agradece la sinceridad. Por otra parte, mi "espinosidad" es tipo planta. Quiero decir: no me dedico a ir por ahí hiriendo a la gente con mis neuras, pero el que se acerque sin ser requerido puede llevarse algún pinchacillo que otro ;D
    besos, maja

    Jeanne
    ¡Ajá! Acabo de descubrir que eres una de esas personas que son paseadas por sus perros ;D
    Gracias por tu visita. Me alegra que disfrutaras con un baño de color interior-exterior.
    besos

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  4. brother, si quieres que te ayude a descubrir al pariente indícame alguna pista.

    buen post

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  5. Me pillas on-line jeje
    El pariente lo tengo más que descubierto... lo que menos me importa es el parentesco, lo que más (y con eso me quedo) su personalidad :D

    saludillos

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  6. Hola rain, mira que la primera foto que has puesto ilustra a la perfección la espinosa planta humana... ¿Como estas? leo que sigues buscando, dando vueltas por esos mundos. La búsqueda es soledad en el camino. Y en definitiva nunca sabes si al final has llegado a la meta, o si solo es una parada más del camino. Muackssssssssss

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  7. Hola corazón de Sabra, ja, ja, muy post Rain..

    La verdad es que no hay que perder de vista la humanidad, la persona que somos con partes mejores y peores, esto para los que nos rodean y significan algo para nosotros..

    Y otra cosa es que las malas gentes existen y la maldad y el no bien..

    ..pero a veces me pregunto si la maldad , no será la peor de las carceles,pues te priva de tantas cosas, bellas que tiene la vida, la genorisidad, el amor, la sinceridad, el buen hacer, la honestidad, la lealtad, la diciplina, la bondad..

    ... Por eso lo mejor es empezar por uno mismo y luego.. con eso seguro que todo es mas facil.

    Besiños

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  8. Quizás porque ayer fue el aniversario de la muerte de mi padre y me pasé el día recordándolo a él y a mi abuelo - otro gran hombre- tu post me hace volar a la humanidad en minúsculas. A mi familia. A esos que se me fueron y que son los más grandes hombres por mí conocidos.

    Un beso

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  9. si aqui en el blog nunca has sido espinudo entonces aqui te vemos por dentro no mas, no?
    claro, no se necesitan espinas cuando nadie puede hacer daño.
    He observado en la humanida, eso si, que la costumbre de ser espinozo condiciona el uso de las espinas (no siempre con forma pinchuda) en la totalidad del tiempo en vez de ponderar las situaciones y seleccionar las que si ameritan y las que no.
    Asi como pa otros el afan de la "diplomacia" los enreda en jueguitos de poca transparencia y falta de autenticidad que parecen ser muy de la sociedad actual, pero que la gente con espinas suele no entender, no decodificar de la manera "normal".
    mhhhh
    y tu crees que las personas, en gral, estan preparadas realmente para la sinceridad?
    porque la mayor parte de las veces la "verdad" que se espera es la que se quiere.. que no coincide forzosamente con la "real".
    ay, mi querido Raindrop, cuando te metes en "aquellos" temas crees que sea posible que todos salgan (salgamos) indemnes luego de las cavilaciones?

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  10. En esto de la sinceridad, no solo es importante saber darla, pero tambien saber recibirla, siempre y cuando sea oportuno, claro esta.


    Pero en cualquier caso sabe bien atravesar unos pinchos para descubrir algo dulce. Buena lectura, como siempre.

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  11. ¿Tú espinoso? ¿Quién lo diría? Pero comprendo esas espinas, son más de protección que hirientes. Y diplomático aunque tu creas no lo eres si tienes ese pequeño toque por ahí, aunque te guste dejar muy claras las cosas. Como bien dices donde hay personas hay maldad y bondad, ahora en las que prevalece la maldad tienen doble trabajo parecer buenas haciendo mal, uff eso tiene que agotar terriblemente aparte de dejar un vacío intenso. Mi familia también es pequeñita, muy pequeñita desde que nos faltan algunos y a mi cuando me hablan de parentescos totalmente desconocidos para mi, no es que me quede pensando de lo que me hablan es que me pierdo por completo. ^-^
    Y Rain hay much@s que habitamos en semejante desierto o desiertos según se mire. Y ser sinceros es principal pero hay veces por no decir casi todas que hay que tener cuidado con la sinceridad, si viene de golpe y demasiado franca puede ser arrolladora.

    Un beso

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  12. susana
    A veces hay soledad y otras veces un poco menos, ya sabes.
    Sobre las metas... la cosa es que cuando llegas a algún sitio nunca hay un cartel que ponga "meta", así que hay que ir suponiendo o adivinando... y en cualquier caso, avanzando un poco más ;D
    besos

    Estrella Altair
    No tengo dudas de que la maldad es la peor de las cárceles. El problema es que existen muchos presidiarios vocacionales y así están las cosas...
    Empezar por uno mismo es lo mejor. Y aún diría más: lo único (lo único razonable, al menos), porque la única persona sobre la que tengo capacidad de decisión soy yo mismo.
    besos

    Siberia
    Me alegra que tengas la vida bien amueblada con esos buenos ejemplos: te dan un gran respiro.
    Siento que no sigan contigo para que su influencia continuara renovándose.
    muchos besos

    P
    Difícil que noten mis espinas las personas que han ido entrando en mis interiores. Pero ahí afuera están, y pueden pinchar a los que se aventuren temerariamente jaja
    Comparto contigo que no solemos estar muy preparados para la sinceridad, porque nos importa mucho "mi verdad" pero poco "la verdad ajena". Un problema grande, éste.
    jeje ...a seguir cavilando ;D
    besos

    samuel
    El sentido de la reciprocidad en la sinceridad es algo que le da gran valor. Y sentirla recíproca (es decir, estar en el lugar de quien da pero también de quien recibe) debería permitir que fuéramos mejores receptores de ciertas sinceridades que a veces nos pudieran resultar un tanto incómodas. De la misma forma que las mías lo fueran para otros.
    un fuerte abrazo

    Blanka
    Tienes razón: lo que es protección para mí puede ser causa de heridas para otros. Pero la intención no es herir.
    Sobre esa sinceridad arrolladora (yo casi diría avasalladora), que tampoco comparto, suelo recordar una vieja historia que se atribuye a Sócrates acerca de los tres filtros que debiera pasar todo lo que se dice:
    -la VERDAD
    -la BONDAD
    -la NECESIDAD
    Si lo que se dice no es verdadero, bueno y necesario, creo que no cumple el ser sincero, porque la sinceridad también tiene sus reglas. Si lo que le queremos decir al mundo es que somos unos perfectos desconsiderados, entonces le llamaremos "sinceridad" a nuestra forma de herir a diestro y siniestro.
    Pero la sinceridad no es un arma para herir (más allá de susceptibilidades particulares de cada cual) y no tiene por qué teñirse de esa diplomacia que no es más que una argucia para deformar lo sincero por interés.
    Por cierto, si la memoria no me falla, creo que la palabra "sincero" proviene de "sin cera", puesto que una forma que tenían antiguamente de hacer parecer que el material de una escultura estaba en perfecto estado era ir cubriendo con cera las grietas en la piedra para darle una apariencia totalmente diferente a la auténtica.
    besos

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  13. Yo pienso, Rain, que la diplomacia es necesaria para la convivencia, para evitar roces y asperezas.
    Tampoco se trata de ir siempre con una carga enorme de diplomacia, porque no sería ni sincero ni posible.

    Yo de niña creía que en mi propia familia no me hacía falta ser diplomática, y me estaba equivocando.

    Un beso No Diplomático.

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  14. Creo que más necesaria que la diplomacia son la empatía, el respeto y la consideración. Esto sí mejoraría superlativamente las relaciones humanas y no el fingimiento...
    La diplomacia es también el arte del encubrimiento y de la estrategia interesada en las relaciones y pienso que eso no las favorece en nada. Las acaba matando con el tiempo, lentamente. Sería como la diferencia entre lo honesto y lo considerado por una parte y lo políticamente correcto por la otra. Te pongo un ejemplo que conoces: Jesucristo no fue diplomático cuando denunció a los fariseos o cuando echó a los cambistas del templo. Pilato sí fue diplomático cuando se lavó las manos y traicionó la justicia. Son casos extremos, pero por ahí van los tiros.
    Para alcanzar la belleza y fragancia de las rosas hay que sortear espinas. La recolección de higos chumbos puede suponer alguna herida punzante ocasional... La naturaleza tampoco conoce de diplomacias.

    besos (por tanto, no diplomáticos: ésos nunca me salen jajaja)

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  15. Mi querido Rain! a mi..., que después de leerte, me cuesta un montón decidirme por que post de los tuyos,pongo como preferido...hoy me lo has puesto fácil.Ya tengo preferido, éste, es simplemnte perfecto, de que de cosas hablas en un trozito que se me ha hecho supercorto.
    Yo...la diplomacia la justa
    La familia...algunos si, a otros ni en pintura, aunque lleven mi sangre, mi familia son los mios, y en esos mios están los cercanos al alma , entre ellos varios amigos de los de verdad!por supuesto mi familia directa( hija, esposo, papis, hermana,sobrino y cuñado)mis tios y primos preferidos,( son pocos porque mi familia es interminable), y pocos más.
    Y en cuanto al corazón de sabra...pues en muchas ocasiones.
    Asi es que, imaginate de que manera me ha llegado tu post a gustar.Lo dicho ¡ya tengo post preferido de Raindrop!
    Abrazotes y buena semanita

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  16. me ha encantado el post, y me han venido a la memoria personajes que poblaron mi infancia, que miraban desde arriba y a los que yo, atentamente, les observaba desde abajo. Inconscientemente, me he tocado mi pómulo derecho, recordando aquellos pellizquillos cariñosos, (que maldita sea la gracia.....) también he recordado alguna que otra "profecía sobre mi persona"..... que vamos.....

    ¿sabes? yo también participo, de vez en cuando, de esos paseos "deshabitados" de los que hablas, y me resultan, por veces, tan placenteros como escalofriantemente tristes.

    besosss

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  17. Cuando era pequeña pensaba que la diplomacia emergía directamente del miedo, sobre todo porque cuando mi madre se refería a "diplomacia" en realidad lo que quería decir era "evitar el conflicto aún a costa de la mentira". Con los años aún me siguen molestando las reacciones "diplomáticas" de amigos y conocidos, pero por encima de todo, me molestan las mías.

    Un abrazo

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  18. Como yo también me pierdo con los parentescos siempre he preferido ahondar en el interior de las personas.
    Lo importante es el color de dentro bajo el color de fuera.

    Abrazos.

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