sábado, 25 de agosto de 2007

belleza auténtica

(3ª parada, episodio 2 de 2)
"Dad al Dios Eterno la gloria que se debe a su Nombre; adorad al Dios Eterno en la hermosura de la santidad".
(Salmo 29: 2)

Se dice que el gusto es algo muy personal, así que no quiero entrar en discusión con nadie a este respecto. Pero voy a poner frente a frente a dos personas muy diferentes para examinarlas desde la perspectiva del gusto: Doña Agnes y Doña Victoria. Es decir, la Madre Teresa de Calcuta y Victoria -Adams- Beckham. Reconozco que Teresa de Calcuta no era una belleza, físicamente hablando, en los años conocidos de su vida, en la India; pero... no puedo evitar ver una belleza extraordinaria en sus actos, en sus palabras, en su mirada, en sus manos... Por otra parte, no puedo dejar de sentirme extrañamente ofendido con las poses arrogantes, con las miradas despreocupadas (casi de "perdona-vidas") de la señora Adams, siempre rodeada de una nube de fotógrafos y reporteros improductivos, que la encumbran al rango de Very Important Person (sin serlo, realmente).

¡Qué extraño es esto de la belleza! Si veo las fotos de estas dos mujeres y no sé nada más de ellas, seguro que me sentiría más atraído por la Beckham. Pero se trataría de una atracción simplemente física que iría creando justificaciones de "bondad" en mi interior hacia ella. Es cierto, se ha comprobado que a las personas bellas (físicamente hablando) se las trata con mayor consideración que a las no tan bellas. Como si nuestros cerebros identificaran la belleza como sinónimo de otros rasgos espirituales más profundos. Esto supone incluso un debate artístico desde los clásicos hasta las últimas vanguardias.

Creo que ha quedado clara mi preferencia entre estas dos mujeres, porque (inevitablemente) conozco mucho más de ellas que sólo sus imágenes. ¡Qué reto es conocer a la gente! ¿Encontraríamos belleza incluso en una Victoria? Seguro que sí, por poca que fuera.

Estos días miraba la caja-tonta y veía un programa en cierto canal donde un montón de chiquillas se presentan a unas pruebas de calificación y selección para trabajar como perchas de ropa. Ahora se hacen llamar modelos (o más megalómanamente, supermodelos). Pero, ¿modelos de qué? Es curioso que lo que se trata de destacar es la ropa y al final lo que cobra importancia es la percha. Si se me permite, es el ejemplo de sinécdoque (aquella figura literaria que consiste en destacar la parte por el todo, el continente por el contenido, etc) más descarado que conozco. La verdad es que me produce cierto estupor ver llorar a esas pobres niñitas por cualquier cosa delante de unos examinadores con poco respeto y mucho afán de protagonismo; pero, en fin, para eso están los malos programas: para verlos por error una vez y pasar de ellos a partir de ese momento.

Si hoy quiero homenajear a una supermodelo de verdad, que sea a la señora Agnes Gonxha Bojaxhin, natural de Skopje, pero mundialmente conocida como Teresa de Calcuta. Supermodelo por su dedicación hacia los más necesitados de un país muy necesitado; supermodelo por su influencia también en los que no creen en Dios; supermodelo por ser un ejemplo para imitar, que al fin es la mejor explicación de lo que significa esa palabra: MODELO.

raindrop comienza otra etapa de su viaje en este mismo momento y se despide con mucho cariño hasta la próxima parada.

una gran dosis de inconsciencia

(3ª parada, episodio 1 de 2)
"Alzad a los cielos vuestros ojos y mirad abajo a la tierra, porque los cielos llegarán a estar desechos como humo y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma forma morirán sus habitantes; pero la salvación de Dios es para siempre,
su justicia no morirá".
(Libro del profeta Isaías, cap. 51: 6)

Recuerdo un capítulo de la serie de dibujos animados The Simpsons en que se trataba el tema del servicio de recogida de basuras. No recuerdo ni a qué temporada pertenece, ni su título. Pero (como tantos otros de esta serie) creo que era para reflexionar profundamente. Al final del capítulo, cuando la ciudad de Springfield queda reducida a una montaña de basura y todos los ciudadanos deciden trasladar sus edificios a otra nueva localización, vemos a Homer Simpson comiendo unas patatas fritas a la puerta de su casa (que está siendo remolcada junto con el resto). Al acabarlas, arroja al campo la bolsa vacía de las patatas, que llega a los pies de un indio piel-roja. En ese momento, el indio derrama una lágrima por ese gesto desconsiderado hacia la Naturaleza. Se oye la voz de otro indio que le dice: "Si tú no querer sufrir, tú no mirar atrás". Sí, porque detrás del indio está la inmensa montaña de repugnantes basuras en que se ha convertido la antigua Springfield. Con esta vista, se oye (en off) un alarido desgarrador y después otra vez la voz del indio que dice: "Yo avisar, tú no mirar atrás".

Hay culturas y civilizaciones que han mostrado un profundo respeto por el cuidado del medio ambiente. No ha sido lo más frecuente, pero algunas ha habido. Cuando cursé la asignatura de Jardinería y paisaje en la E.T.S. de Arquitectura de A Coruña, una de las lecturas de la bibliografía del programa acerca de las fases de la civilización de E. D. Gutkind, se me mostró muy reveladora de esta situación. Para Gutkind, existen 4 fases de relación de una sociedad con su entorno:
1.- TEMOR. El temor a las fuerzas de la naturaleza se une a la búsqueda de seguridad. No se controla la naturaleza, sino que se es dominado por ella. En sociedades de tipo primitivo, los indivíduos se agrupan para colaborar en la supervivencia.
2.- ADAPTACIÓN o EQUILIBRIO. En esta fase se manifiesta un aumento de la confianza del hombre en su control sobre el medio, que conduce a una adaptación más racional del entorno. Ahora, se opera sobre la naturaleza para captar sus procesos y conocer las propias limitaciones que el hombre sufre a la hora de manipularlos.
3.- AGRESIÓN. Es la conquista del medio a la que se encaminan las sociedades tecnológicamente avanzadas. La adecuación al entorno se sustituye por la explotación agresiva y consumo irresponsable de los recursos naturales. Gutkind señala que es el resultado de una despersonalización de lo natural a través de la especialización científica.
4.- COMPRENSIÓN. Es una fase de responsabilidad, de renovada percepción del funcionamiento de la naturaleza, cuyo fruto es una conciencia social y una adaptación sensible a las condiciones ambientales. Se desarrolla la Ecología y se trata de controlar los impactos que las actividades humanas provocan sobre el medio ambiente.

Gutkind termina con tono esperanzador, dando a entender que una última fase puede salvarnos del caos y los desmanes provocados por la 3ª fase. Pero, ¿será esto cierto? Si tuviéramos que llevar a examen el estado de nuestra "civilización occidental", ¿en qué fase la situaríamos? Es cierto que las alarmas y la concienciación ecológica están entre nosotros. Pero también es cierto que una gran parte de la población sigue abonada al despilfarro energético, al consumo feroz de los recursos naturales, a la satisfacción de los deseos personales por encima de lo realmente conveniente... En esto, el egoísmo sigue siendo la piedra angular sobre la que se construyen y (acto seguido) se destruyen las civilizaciones. Por eso hablo de inconsciencia. Me explico con ejemplos:

Ya pueden estar los pantanos mostrándonos sus fondos cenagosos, con el agua al mínimo nivel, que cuando en la información meteorológica se nos diga que tal día va a llover, a eso le llamamos "mal tiempo".

¿Cómo es posible que el consumo energético sea superior en verano que en invierno? Se trata de poner el aire acondicionado al máximo, aunque acabemos perjudicados de la garganta.

¿Por qué la arquitectura bioclimática sigue siendo un sueño de utópicos? ¿Alguien se ha planteado seriamente la cantidad de recursos materiales y energéticos que pueden ahorrarse con una racionalización de lo que se produce?

¿Por qué no empezamos a plantearnos que tenemos mucho más de lo que necesitamos? ¿Por qué seguimos compitiendo con los que más tienen y no nos solidarizamos con los que no tienen prácticamente ni agua ni comida para subsistir? Seguro que lo segundo nos proporcionaría más felicidad, más paz y más plenitud que lo primero.

¿Por qué unas vacaciones suelen suponer un despilfarro de medios y a esto lo consideramos algo bueno? Hay personas que se pasan el año ahorrando para gastarlo en un mes. Pero, ¿ese gasto es justificable? ¿Se podrían disfrutar unas vacaciones más provechosas sin ese derroche o se trata de hacer lo que todos hacen y donde todos lo hacen? (A ser posible, ese 'todos' debería identificarse con algo del estilo: 'los pudientes'). Es el problema de comportarnos como verdaderos "nuevos-ricos".

Bueno, no me quiero extender más (que ya me está quedando muy largo). Sólo quiero decirte a ti que me lees, que no puedes esperar a que los demás cambien para que las cosas empiecen a cambiar. Sólo cuando yo cambie, entonces sí que las cosas estarán empezando a cambiar. Y esto no depende más que de mí mismo.

viernes, 10 de agosto de 2007

aprenderé, aprenderás, aprenderemos...

(2ª parada)
"Después de tanto tiempo, ya deberíais ser maestros; pero parece ser que todavía necesitáis que se os expliquen de nuevo las cosas más sencillas de las enseñanzas de Dios. Habéis llegado a ser tan inmaduros, que tenéis que volver a la lactancia en lugar de tomar comida sólida".
(Epístola de San Pablo a los Hebreos, cap. 5: 12)

raindrop hace un alto en el camino casi obligado... Sé que la liebre sigue corriendo (¿o está durmiendo?) y que esta tortuga tiene pocas posibilidades de alcanzarla. Pero en el día de mi cumpleaños voy a estirar un poco las piernas y a pensar por un rato en ese concepto de la madurez.

Yo soy como un Peter Pan que se resiste a hacerse mayor. Aunque los 38 años que desde este 2007 me contemplan ya no son para tomárselos a la ligera. ¿Habré madurado en todo este tiempo, o como dice el apóstol Pablo estoy en retroceso, haciéndome como un niño lactante? Voy a pensar en eso durante este día. Tengo mucho tiempo para pensar ahora que me encuentro a un millón de metros de mi familia, a un millón de años-luz de quien me acompañaba y a una distancia ya insuperable de otros que ya nos dejaron, que ya terminaron la etapa más sufrida de su viaje. Quien sigue a mi lado (siempre lo ha estado y siempre lo estará) es Dios, a quien agradezco profundamente esa presencia constante que hace mejores los buenos momentos y llevaderos los no tan buenos. Muchas gracias por este nuevo año de oportunidades.

Y como me voy a entregar a la reflexión silenciosa y ya me faltan las palabras, os quiero dejar con las frases de una carta atribuída a William Shakespeare acerca de la maduración personal. Espero que os sean tan motivadoras como lo son para mí.
Y mañana reemprenderé viaje, embarcado ahora en una nueva cifra, en un nuevo año, que me llevará a no sé dónde y con no sé quiénes... Pero es lo que tienen las aventuras: un puntito interesante de misterio.


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma y aprenderás que amar no significa APOYARSE, y que compañía no siempre significa SEGURIDAD.

Comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el término 'mañana' es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en vacío.


Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado. Aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas.
Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma...


Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos para destruirla y que tú también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de tu vida.


Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias y que no importa qué es lo que tienes en la vida sino a quién tienes en la vida, y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir. Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.


Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tiene influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.


Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queremos imitarlos para mejorar. Descubrirás que lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.


Aprenderás que no importa dónde llegaste sino adónde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar sirve. Aprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlan y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuan delicada o frágil sea una situación: siempre existen dos lados.


Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...


Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica. Descubrirás que algunas veces la persona que esperas que te pise cuando te caes, tal vez, sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.


Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti que lo que supones. Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes, y sería una tragedia que se lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.


Aprenderás que cuando sientas rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da derecho a ser cruel. Aprenderás que no siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo. Aprenderás que con la misma severidad con la que juzgas, también serás juzgado.


Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles. Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede. Porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo...


MADURAR tiene más que ver con lo que has aprendido, que con los años vividos.