miércoles, 29 de diciembre de 2010

el año de la amapola

(área de descanso nº 108)
"...iam pridem, ex quo suffragia nulli uendimus, effudit curas;
nam qui dabat olim imperium, fasces, legiones, omnia, nunc se continet
atque duas tantum res anxius optat, panem et circenses".
(Juvenal, Sátira X)

Para la cita del comienzo, estaba en la duda entre la de arriba de Juvenal (¡ay, esas tres palabras finales... tan conocidas y repetidas!) y otra de Karl Marx, no menos conocida y repetida: "[La religión] Es el opio del pueblo" ([Die Religion] Sie its das Opium des Volkes). Ambas me sirven de igual manera. La elegida ha sido la de Juvenal, porque de citar a un Marx siempre he tenido debilidad por Groucho.
Hay coincidencias evidentes que a cualquiera le resultarían difíciles de pasar por alto, además de otras más sutiles o rebuscadas. Por ejemplo: en la alemana Tréveris, ciudad natal de Marx (Karl, no Groucho) a la que los romanos llamaban Augusta Treverorum, se celebra cada año un prestigioso festival romano con el nombre de Brot und Spiele (que en latín se diría panem et circenses). Pero no se trata de hilar tan fino, voy ya con el meollo del asunto.

Si cada año nos deja algo que guardar en la maleta de la memoria colectiva, me pregunto qué nos deja a los españolitos-de-a-pie el casi agotado 2-mil-10. No me refiero a cada uno de nosotros, porque cada cual se llena la maleta con sus propias vivencias, las que son realmente importantes en un círculo más íntimo. Pero, como miembros de un círculo algo menos íntimo al que llamamos España, ¿qué meteremos en esa maleta de recuerdos comunitarios?
Yo no lo sé, pero algo intuyo. Se ha hablado mucho de ello... Incluso en el mensaje de Navidad del Rey se mencionó el triunfo de la Roja en el Mundial de fútbol de Sudáfrica. Esto lo sé porque lo he leído en algún sitio, no es que sea devoto de los mensajes navideños de Su Majestad ("Su" de él). Motivos tengo. Una institución como la monarquía me parece algo bastante retrógrado en una sociedad del siglo XXI y más propia para alimentar chismorreos de la prensa rosamarillenta que para ser útil a la ciudadanía, si hablamos en serio. Además, algo tan soporífero como ese mensaje no debería emitirse tan temprano... uno corre el riesgo de perderse la cena de Nochebuena entre ronquidos.
Pero a lo que iba: de 2-mil-10 nos quedaremos después de todo con el triunfo del equipo de fútbol que lleva el escudo de la RFEF (con la "E" de España, para que saquemos pecho por el mundo, nos sugieren). Que sí, que vale, que nos hemos alegrado con este triunfo, pero nos lo han vendido de forma diferente a lo que de verdad es. Se han cansado de decir que esto era un empujón para ir pa'lante con decisión, el toque de moral que nos permitiría sacudirnos no sé qué complejos, el detonante de una nueva forma de encarar las cosas, el primer triunfo de una serie de muchos... Pero, sinceramente, creo que lo que se insistía en hacer colar como un estimulante no era sino un analgésico. Mientras los de rojo daban patadas a un balón, el gobierno nos anunciaba una serie de recortes sociales. Como guinda, ahora que se acaba el año, nos atizan una subida del 9'8% en los recibos del consumo eléctrico ...y esto por citar algo. En fin, y todos más contentos que unas castañuelas porque unos niños mimados que parecen vivir al margen de la realidad han ganado una competición deportiva. Esto no es nuevo: en las antiguas civilizaciones, a quienes participaban y resultaban victoriosos en juegos olímpicos y eventos por el estilo (siempre dedicados a las divinidades) se los recibía en sus lugares de origen como semidioses. Y, ahora, estos son nuestros dioses y los estadios nuestros templos, no es algo casual, viene de lejos. Decía Marx (Karl, no Groucho) en 1844, en Kritik des hegelschen Staatsrecchts: "La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el sentimiento de un mundo sin corazón, así como el espíritu de una situación sin alma. Es el opio del pueblo". Ahora, cambien ustedes solitos "religión" (y sus derivados) por "fútbol" (y sus derivados correspondientes) en la cita anterior y díganme si cambia su sentido más profundo. ¿A que no?

Bueno, para rematar la faena, los de Nike (y disculpen ustedes la publicidad gratuita) se han lucido un pelín con un spot como este (lo de "se han lucido" es un posible juego de palabras de no muy buen gusto):

"Trabaja y esfuérzate -nos exhortan tres de los dioses de nuestro creciente panteón-, con humildad y con respeto, lucha contra la oscuridad. Sé la luz que dicen que hemos perdido". Y el texto final apostilla: "Brilla. Ilumina tu país".
Que sí, majetes (ejemmm... perdón, quiero decir excelsos señores nuestros), que ya brillamos todo lo que podemos y nos dejan. La luz no la hemos perdido, sólo tenemos que pagarla más cara. Y como es cuestión de energía, si ya dábamos el 100% de nuestras energías en esta lucha contra no sé qué o quién (si sé, pero digo que no sé), ahora tendremos que dar el 109'8% de nuestras energías, para que no se diga. De paso, seguiremos leyendo y escribiendo blogs y nos costará un 9'8% más, pero no pasa nada, que para eso estamos. Lo importante es que la Roja ha ganado y todos somos muy felices y tenemos el ejemplo de unos chavales que con su esfuerzo han ganado unos sueldos multimillonarios, unas primas de escándalo y una copa dorada muy chula. Todos podemos tratar de imitar esta hazaña [fin del ironic mode].
Y, si no, a seguir viviendo la cruda realidad bajo los efectos de esta adormidera roja que tan bien le viene a los gobernantes (¡qué listo eras, Juvenal!). No seamos cenizos y no pensemos tanto en el poco halagüeño futuro que llega de la mano de 2-mil-11. Ya dijo Marx: "¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?" (esta vez, la cita sí es de Groucho).

En momentos como estos, a quienes envidio un montón es a los chilenos. Ellos tendrán un rescate de mineros para guardar en la maleta de este año. No es que envidie las catástrofes, sino el modo de superarlas. Y, olé por vosotros, amigos chilenos, en un año en que vuestro país sufría una devastación terrible a golpe de terremoto, todavía os ha quedado la fuerza precisa para subir a los vuestros hasta arriba y la energía necesaria para iluminarnos a todos con un rescate de esos que tocan la fibra.
No habéis ganado el Mundial de fútbol ...ni falta que os ha hecho.

domingo, 19 de diciembre de 2010

rozamiento

(área de descanso nº 107)

Dice la primera ley de Newton (o ley de la inercia) que todo cuerpo continúa en su estado de reposo o movimiento rectilíneo uniforme a menos que sobre él actúe una fuerza neta, que lo llevará a cambiar ese estado. Algo así.
Lanzando con precisión absoluta una bola de esas tan puliditas en una pista de esas también tan puliditas que hay en las boleras, si la pista fuera de directriz completamente recta y los bolos estuvieran a una distancia infinita (así, ya puestos a exagerar...), comprobaríamos algo sospechado de antemano: que la bola nunca llega hasta los bolos, ni en todo el tiempo que se le quiera dar. No por cuestión de falta de puntería, ni porque no se le haya dado suficiente fuerza a la bola, ni porque falle la ley de la inercia. Es porque la propia materialidad de la bola y de la pista implica la presencia de otra fuerza con la que el lanzador no tiene nada que ver, de sentido contrario al movimiento, que va frenando la bola. Es el rozamiento. Y una Física ideal, en que los modelos funcionarían idealmente, se ve corregida por estos matices microscópicos, más propios de la teoría del caos, para dar paso a la Física real en que vivimos.

Al margen de este concepto teórico de rozamiento, me gusta pensar también en cómo toda nuestra existencia está inmersa en infinidad de rozamientos, una auténtica red de caos. Imposible olvidar, al acercarse estas fechas festivas, las reacciones de las personas al ver el calendario, las coloridas luces parpadeantes, los trajines en los comercios, los adornos por doquier, el bombardeo publicitario, la planificación en las agendas... Y todo eso (y más aún lo que representa) actúa como agentes de rozamiento en la piel interior de cada uno, con efectos bien distintos. Hay quien lo pasa realmente mal cuando se acerca el solsticio de invierno y no es por el hecho astronómico. Otros lo viven con una ilusión extraordinaria. A algunos se les hace interminable y para otros es fugaz...
En definitiva, todos los estímulos para la memoria se convierten en el roce que pone de manifiesto cuán sana está esa piel interior, cómo de cerradas o abiertas permanecen ciertas heridas, en qué nivel se sitúa nuestra sensibilidad cutánea.
En estos días, una mano pasa por encima de lo vivido y se siente una suave caricia cuando todo está bien...
En estos días, una mano pasa por encima de lo vivido y un dolor agudo revela una desgarradura mal cicatrizada...

Hace unos años, en una multitudinaria reunión, una abuela conversaba conmigo en la sobremesa de la comida. Me hablaba de su papel como madre en primer lugar y como abuela después. Me decía que su gran objetivo había sido el de dar a sus seres queridos los más gratos momentos posibles, que fueran la semilla de los recuerdos más entrañables. Me aseguraba que pocos cementos hay tan poderosos como éste para conseguir que la familia estuviera unida y feliz.
Y lo recuerdo en estos días porque quizás sea la más eficaz escapatoria al roce con la lija. Ya no puedo cambiar el pasado, ahí permanecen los recuerdos que provocan irritación en la piel. Pero siempre podré seguir construyendo ahora, a pesar de ciertas amarguras, los buenos recuerdos del futuro. Si el recuerdo del ayer me molesta, el propósito para el mañana me ilusiona.
Ser consciente de esta oportunidad es exactamente la caricia que estaba necesitando.

viernes, 10 de diciembre de 2010

medio lleno...

(área de descanso nº 106)
"Un pesimista es solamente un optimista bien informado".
(Mario Benedetti)

Si después de leer las leyes de Murphy, alguien cree que estamos al borde del cataclismo, que sepa que el comentario de O'Toole a dichas leyes llega a apostillar: "Murphy era un optimista". Si el optimista cree que vivimos en el mejor mundo posible, el pesimista teme que eso sea verdad.
Y seguimos con las frases hechas entre optimistas y pesimistas...

Hay situaciones en el viaje de la vida que recuerdan al chiste del optimista y el pesimista.
El pesimista dice:
- ¡Todo es horrible, no puede ir peor!
El optimista dice:
- Sí, sí puede.

Suele ser según se mire. Medio lleno, medio vacío. Ya lo decía el maestro jedi Qui-Gon Jinn (y discúlpenme ustedes el origen de la cita): "Tu enfoque determina tu realidad".

No hay que tirar la toalla: si hubiera que derramar lágrimas, siempre se puede hacer de la mejor de las maneras. Por ejemplo, escuchando la 3ª sinfonía de Henryk Górecki (¡gracias, Ch!), una luz que empieza a abrirse camino en medio de la más profunda oscuridad. ¿Cómo puede ser tan bella la tristeza?

En plan homenaje (un viernes como hoy, hace cuatro semanas, fallecía Górecki... pasado mañana se cumple un mes), el 2º movimiento de su sinfonía nº 3, "Sinfonía de las lamentaciones":