domingo, 1 de abril de 2012

las cenizas y el fénix

(recordando un paisaje)
Sur ta si petite planète, il te suffisait de tirer ta chaise de quelques pas. Et tu regardais le crépuscule chaque fois que tu le desirais...
- Un jour, j'ai vu le soleil se coucher quarante-trois fois!
Et un peu plus tard tu ajoutais:
- Tu sais... quand on est tellement triste on aime les couchers de soleil...
- Le jour des quarante-trois fois tu étais donc tellement triste?
Mais le petit prince ne répondit pas.
(Antoine de Saint-Exupéry, Le Petit Prince, c.VI)


Aquello fue amor a primera vista, sin duda.
Era octubre de 1986. Aprovechando una fiesta local, un grupo de amigos pensamos que sería una gran idea pasar la jornada pegándonos una buena caminata en algún lugar lejos de la ciudad. El paraje elegido fue el de las fragas del Eume. Yo nunca había estado allí, ni siquiera había oído hablar del sitio antes de ese momento (prácticamente recién llegado al nuevo destino vital), y me pareció bien una aventura en terra incognita. Así que, en aquella mañana, tomamos un tren que nos llevó de Coruña hasta Pontedeume. Llegados a la estación de Pontedeume, comenzó nuestro día de caminar y caminar rumbo al monasterio de Caaveiro, situado en el corazón de aquellos bosques. Inolvidable excursión, con instantes de refrigerio (a base de bocatas) reposando en las ruinas del monasterio. Caminamos decenas de kilómetros, ida y vuelta, en que mi ser entero se fue impregnando con las esencias de un lugar realmente maravilloso.
Numerosas veces he vuelto a aquel locus amoenus, buscando paz, buscando sosiego, buscando reposo, buscando maravillarme una vez más. Y siempre he encontrado lo que buscaba. Me he hecho árbol, agua del río, puente, piedra de monasterio, roca en el camino, aire fresco. He leído páginas y páginas mientras recorría los senderos. He grabado en mi retina y en mi mente las singularidades de aquel paisaje, su personalidad, sus formas, su luz, sus sonidos. Incluso he plantado algún árbol en medio de aquellos otros árboles. En realidad, me acabé plantando a mí mismo en medio del fascinante bosque, me hice parte de todo aquello. Lo sé, porque en ocasiones sigo sintiendo la llamada desde lo lejano. Una vez que puse mi pie allí, ya nunca me fui del lugar. Algo de mí permanece ya para siempre en este verde hábitat.

Cada vez que el fuego ha incinerado parte de esos bosques, se retuercen mis tripas con el dolor abrasador de la hermandad calcinada y arde también dentro de mí una rabia incontenible contra la estúpida furia pirómana. Malditos intereses, maldita insensatez, maldita locura destructiva.
Ayer, volvieron las malas noticias. Muy malas. Un incendio de enormes proporciones está devastando las fragas del Eume. Un incendio provocado, otra vez. Las crónicas hablan de 750 hectáreas arrasadas, según las estimaciones provisionales. 750 hectáreas... Imagina la superficie de una vivienda de 100 m², y entonces estaremos hablando de 75.000 viviendas una a continuación de otra. Todas esas viviendas, llenas de recuerdos perennes, de experiencias atesoradas, de días espléndidos, de enormes deleites... todas ellas sacrificadas al fuego por la acción de un puñado de desaprensivos.

Hoy me faltan palabras y me sobra tristeza y enojo. Siento como si hubiera perdido para siempre una parte de mí mismo. Ese macroorganismo, aunque se comportara como un ser cambiante (como todo ser vivo, natural), llegó a ser familiar para mí, una presencia constante. Fui conociendo las cortezas de sus árboles, la altura de sus copas, el murmullo de sus aguas, el reflejo de la luz en la tierra, el musgo y los líquenes sobre las rocas, el olor del aire... Quizás todo eso ya solo sea un recuerdo.
Cuando solo veo cenizas, quiero creer que resurgirá el Fénix, pero ahora no soy capaz de verlo. Me nubla la humareda desprendida por un fuego que todo lo abrasa en su frenético avance, un fuego que no comprende que hay cosas sagradas que no debería atreverse a lamer con sus ardientes lenguas.
Hoy estoy muy triste. Ni cuarenta y tres puestas de sol servirían...

"Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en menos de 50 años desaparecería toda la vida.
Si todos los seres humanos desaparecieran de la tierra, en menos de 50 años todas las formas de vida florecerían".
Jonas Edward Salk (Nueva York, 28 de octubre de 1914 - La Jolla, 23 de junio de 1995)

16 comentarios:

  1. Amigo que triste noticia nos cuentas.
    Cada dia el ser humano se hace notar con sus actos tanto buenos como malos...
    Siento una profunda tristeza y una gran impotencia ante tales hechos.
    Solo puedo decir que que el ser que sea capaz de atentar contra una vida o la madre naturaleza, no tiene ningún derecho a pertenecer a esta.
    Muchos besos amigo y te envío un gran abrazo compartiendo ese dolor.

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  2. Nos faltan palabras y nos sobran sentimientos... Precísamente esas misma razones hace que hoy esté dejando mi primer comentario en tu blog, aunque hace meses que lo leo.
    Yo me enteré hoy de todo, ayer sin ordenador, ni batería, pasando el día en mi aldea... y cuando "he vuelto al mundo real" me he topado con esto.
    Leo tus palabras y me empiezan a brotar lágrimas por la angustia de saber que algo único, insustituible y que forma parte de lo que nos ha ofrecido siempre la tierra generosa y cuyo valor es incalculable (y me temo que irrecuperable), se está perdiendo palmo a palmo, hectárea a hectárea... Nuestra mayor riqueza, la mejor herencia para nuestros hijos está desapareciendo pasto de la ceguera de mentes obtusas.

    Je suis desolèe, ma rose est brûlée...

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  3. Sé lo que es esa indescriptible sensación de fundirse con la naturaleza, de formar parte del paisaje, de percibir aromas y sonidos maravillosos,camuflarte en un bosque y quedar la mente en blanco, con los cinco sentidos puestos en vivir ese momento.

    Miro las fotografías y no me puedo imaginar ese espectacular paisaje teñido de rojo ardiente.

    ¿Cómo no vas a estar triste, rabioso, dolorido? Si con el fuego se queman tus brazos, tus pulmones tus ojos, tu corazón...se abrasa tu alma....


    No se puede comprender como en la mayoría de las ocasiones esas lenguas abrasadoras son provocadas por "¿un ser humano?"

    Tristeza, profunda tristeza punzante que se une a la tuya.

    Un besito.

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  4. No puedo razonar, ni pensar, solo puedo decir:

    CABRONES TOD@S!

    L@s que encienden la cerilla, l@s que no l@s detienen y l@s que no l@s condenan como debieran.

    Solo tengo lágrimas de impotencia.

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  5. Que tristeza....
    No hay nada más desolador y descorazonador que presenciar un incendio o sus restos, sobre todo sabiendo que la mayoría de ellos son provocados por el ser humano. Y no por trastornados (pirómanos) o enajenados, sino por intereses económicos.
    Ya es doloso el hecho pero si encima te encuentras vinculado especialmente a esas tierras que se queman.... No hay palabras.
    Lamento esta triste noticia, como lamento los incendios de cada verano, y mucho me temo que éste va a ser de los que hacen época.
    Dicen, no recuerdo la fuente, que muestro planeta visto desde el espacio parece un planeta en continua erupción como si se estuviera formando.
    Los que no estamos acabaos de formar somos nosotros!!

    Un abrazo.

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  6. El verde frente al gris. Todos pensamos igual cuando lo reflexionamos, lo letales que somos a la Madre Tierra, pero nos cuesta renunciar al aire acondicionado y al confort de una autovía de 3 carriles que nos lleve a un paraje digno, pero con restaurante cercano.

    Hace más de 20 años viví un incendio y el paisaje que quedó fue desolador, el bosque que teníamos en frente con el perro ya no resultaba atractivo ni a las arañas. Hoy por hoy vuelve a estar verde, por suerte no dejaron construir que era el propósito de quienes parece que lo provocaron.

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  7. Triste noticia que hemos recibido en estos días... cada vez que se produce un incendio de este calibre da que pensar en la avaricia de quienes tienes esas dobles intenciones con estos incendios, de los piromanos que no se que pueden encontrar de satisfactorio viendo arder algo tan hermoso.... dan ganas de llorar. Yo sufrí un incendio hace ya unos años, bastantes ya habrán pasado como cerca de 15, en un bosque de encinas, por suerte las encinas son duras pero el resto quedó negro, hace un par de años es cuando se ha visto que el bosque empieza a volver a parecer algo. Una pena.
    Un abrazo y muchos biquiños ;)

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  8. ¿Cómo no amar esa belleza de bosques y senderos? ¿Cómo no sufrir cuando una parte de tí vive en esos parajes y plantaste una semilla de ellos en lo más profundo de tu esencia?
    No volverán a ser los que conociste, pero ahora, herido y quemado, necesita de cuidados. Habrá que limpiar y replantar, intentando aliviar y disminuir todo el mal que esos pirómanos se empeñan en producir a los bosques año tras año.
    Y que entiendan de esta manera, que su labor si que es inútil, porque por cada uno de ellos, siempre habrá más personas reconstruyendo.
    Un abrazo, raindrop. Siento tu pena, que también es mía.

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  9. Yo nunca conecto con la naturaleza de una forma tan profunda, pero siempre es un drama ver cosas de estas, especialmente al pensar en la cantidad de años que tarda en recuperarse la zona.

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  10. estamos cambiando la sonrisa verde del planeta, esa por la que tb seguro el principito movería la silla para no dejar de verla, por una mellada y negra, maltratamos a la que todo nos da... por gusto? pero que clase de especie somos? ¬¬
    un besote

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  11. Lo siento muchísimo, cariño :((((

    Te mando un abrazo fuerte, de corazón... muaks!

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  12. Cuando desde mi tierra de secano viajo a los magníficos bosques gallegos o asturianos no tengo la sensación de estar en otra ciudad o en otra región sino más bien en otro planeta; trato de registrar los infinitos matices de verde, las sensaciones de humedad, olores, sonidos, para tratar de evocarlos cuando de nuevo contemple mi paisaje de olivar y pinos que sobreviven milagrosamente rodeados de un aire sin agua.

    Me parece acertadísima la comparación entre el bosque y nuestras viviendas, a veces únicamente consideramos como nuestro -y lo valoramos como tal- aquello que compramos o poseemos.

    Quizá, dentro de unas cuantas "puestas de sol" puedas ver el embrión de un ave fénix. Besos.

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  13. Mago de Oz dice en una de sus canciones algo así como "El hombre más sabio es el que sabe que su hogar
    es tan grande como pueda imaginar", hablando de Gaia.
    Todavía parece, que hay un puñado de locos que no se han dado cuenta de este detalle.

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  14. Como ya se ha dicho no suele tratarse de piromanos, la piromania es un trastorno rarisimo, que por lo general sale a la luz el mismo dia que ocurre algo. Duele sobre todo porque esto pasa muchas veces, y Espana es un pais que necesita mucha determinacion en el cuidado de la naturaleza, a veces lo ves desde el avion y tiene una belleza indudable, pero no va sobrado de humedad, hay que cuidarlo.

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  15. Incendios malditos. Malditos pirómanos. El pinar que tanto amaba mi padre de su esa finca de labrador que le dejó mi abuelo sufrió hace muchos años ya un incendio provocado. Murió mi padre sin poder ver otra vez, en la cima de su terrenito de almendros y olivos aquellos pinos que tanto alegran y daban hermosura a las tierras de labranza.

    Quizás no fuera tan hermoso como tus fraguas de Eume, pero era nuestro y lo amábamos. Es posible que ni siquiera yo pueda verlo de nuevo verdecer.

    Un saludo

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  16. El lugar parece de ensueños. Cuánta impotencia y tristeza por tamaña pérdida. Es inconcebible lo lejos que puede llegar la estupidez, que es solo humana, claro.

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