domingo, 21 de junio de 2009

aquí hay gato encerrado

(75ª parada)
"No temáis a nadie, porque nada hay encubierto que no haya de ser manifestado, ni oculto que no haya de saberse".
(Evangelio según Mateo, cap. 10: 26)

Aunque la expresión del título podría ser habitual en el campo de la Física Cuántica, para nada hace referencia al gato de Schrödinger. A mediados de la década de los 30 del siglo pasado, el físico (y Premio Nobel en aquellos años) Erwin Schrödinger propuso un experimento imaginario o mental en que un gato es introducido dentro de una caja cerrada (que no se pueda ver su interior) y que también contiene un curioso y peligroso dispositivo. Este dispositivo está formado por una ampolla de vidrio con un veneno muy volátil y por un martillo sujeto sobre la ampolla de forma que si cae sobre ella la rompe y se escapa el veneno, con lo que el gato moriría. El martillo está conectado a un mecanismo detector de partículas alfa. Si llega una partícula alfa, el martillo cae rompiendo la ampolla, con lo que el gato muere. Por el contrario, si no llega la partícula de marras, no ocurre nada y el gato continúa vivo. En otras versiones del experimento, la partícula que provoca la activación del artilugio es un electrón. Cuando todo el dispositivo está preparado, se realiza el experimento. Al lado del detector se sitúa un átomo radiactivo con unas determinadas características: tiene un 50% de probabilidades de emitir una partícula alfa en una hora. Evidentemente, al cabo de una hora habrá ocurrido uno de los dos sucesos posibles: el átomo ha emitido una partícula alfa o no la ha emitido (la probabilidad de que ocurra una cosa o la otra es la misma). Como resultado de la interacción, en el interior de la caja sucede que el gato está vivo o está muerto. Pero no podemos saberlo si no la abrimos para comprobarlo.

El objetivo del experimento es poner en evidencia una de las dificultades intelectuales más grandes y complicadas de explicar que tiene la física cuántica: el concepto de superposición cuántica. Al contrario de lo que sucede con la relatividad, a veces la física cuántica va contra preceptos tan instalados en la mente que hace bastante difícil su divulgación y comprensión. Es por eso que deja tantas preguntas abiertas. En muchas ocasiones, encarar la solución de un problema es el mejor método para aproximar una teoría tan rica y compleja y que ocupa a miles de científicos en todo el mundo.
Para poder interpretar el resultado del experimento es necesario entender lo que se llaman estados cuánticos. Un estado cuántico es un objeto matemático en el que se contiene toda la información de un objeto físico. De acuerdo a la interpretación de Copenhague de la mecánica cuántica (formulada en 1927 por Niels Bohr, en colaboración con Werner Heisenberg y Max Born, entre otros), el principio de superposición lo que dice es que si el mundo puede estar en un estado A y también en un estado B, entonces también podrá estar en un estado que sea la combinación de ambos (estado mixto). Sin embargo, al efectuar una medición de este estado sólo se podrá obtener A o B. Esto quiere decir que hasta el momento en el que se mide, el mundo estaba en los dos estados simultáneamente. Pero, luego de realizar una observación, el estado colapsa a uno de los dos posibles: el A o el B. En el experimento de Schrödinger, el gato puede estar tanto vivo (V) como muerto (M) y, como ambos son estados posibles, también puede estar en una combinación que sea vivo y muerto, V + M.

Si lo que ocurre en el interior de la caja lo intentamos describir aplicando las leyes de la mecánica cuántica, llegamos a una conclusión muy extraña. El gato vendrá descrito por una función de onda extremadamente compleja resultado de la superposición de dos estados combinados al cincuenta por ciento: "gato vivo" y "gato muerto". Es decir, aplicando el formalismo cuántico, el gato estaría a la vez vivo y muerto; se trataría de dos estados indistinguibles.
La única forma de averiguar qué ha ocurrido con el gato es realizar una medida: abrir la caja y mirar dentro. En unos casos nos encontraremos al gato vivo y en otros, muerto. Pero, ¿qué ha ocurrido? Ambas realidades coexistirán hasta que un observador abra la caja. Al realizar la medida, el observador interactúa con el sistema y lo altera, rompe la superposición de estados y hace colapsar el sistema a uno solo de sus dos estados posibles: o vivo o muerto. Eso sí: el sentido común nos indica que el gato no puede estar vivo y muerto a la vez. Pero la mecánica cuántica dice que mientras nadie mire en el interior de la caja el gato se encuentra en una superposición de los dos estados: vivo y muerto, la paradoja de Schrödinger.
Aunque parezca descabellado en un primer momento, experiencias en las que se tienen diferentes estados superpuestos se llevan a cabo diariamente en laboratorios de todo el mundo. Es una concepción de la realidad que se aleja un montón de lo que se pensaba hasta el siglo XX (y de lo que aún hoy se piensa cotidianamente) y presupone grandes desafíos no sólo para los físicos, sino también para los filósofos de la ciencia, ya que se está planteando que la realidad es en función de que se la observe. Si nadie hubiera abierto la caja, el gato continuaría estando vivo y muerto; es ahí cuando surge una pregunta crucial: ¿el gato sabía que estaba vivo?

Y vuelvo de nuevo al tema de las percepciones que no he abandonado desde hace un tiempo en el blog. La paradoja de Schrödinger es un buen ejemplo de uno de los pilares de la interpretación de la mecánica cuántica: el observador es tan importante como el sistema que observa. Sin él, el sistema está indefinido entre cualquiera de las situaciones posibles. Esta visión del mundo de la teoría cuántica está profundamente conectada con la interpretación de los muchos mundos, según la cual cada observación de la caja provoca la formación de dos mundos paralelos, uno en el que el gato está vivo y otro en el que el gato está muerto. Según dicha interpretación, cada instante se genera un número infinito de tales universos.

Aparte de las mareantes disquisiciones que este experimento plantea acerca de los universos múltiples, no he podido evitar que algunas ideas me hayan sobrevolado la azotea... Y no importa que todo lo anterior no se haya entendido demasiado. Decía Richard Feynman que a quien no le deje pasmado la física cuántica es que no la ha comprendido. O, también: "creo que puedo decir sin miedo a equivocarme que nadie entiende la mecánica cuántica". Mejor que cada uno saque sus propias conclusiones. Algunas mías:

Por un lado, si es cierto que los gatos tienen siete vidas, este experimento llevado a la práctica sería un fracaso seguro por la cantidad de conclusiones erróneas que arrojaría. Así que, aparte de parecerme bastante bárbaro hacerle semejante faena a un pobre minino, lo mejor es que a nadie se le ocurra ponerlo en práctica. Y, además, es seguro que un gato preferiría imaginar el experimento del profesor de física metido en la caja de Schrödinger, pero no sigamos por ese camino…
Por otra parte, hay quien ha propuesto el experimento del gato de Schrödinger como estrategia para que físicos tímidos e indecisos se animen a ligar. Como toda potencial relación puede pensarse como buena y mala a la vez, será mejor abrir la caja para saber cómo es. Hay que tener en cuenta que la probabilidad de desengaño cuántico también existe, por supuesto.
Para terminar, recordaba aquella frase de Nietzsche (heredada de Hegel): "Dios ha muerto". Y se me ocurre que el filósofo alemán no estaba muy puesto en mecánica cuántica. Lo cual es lógico, teniendo en cuenta que, en el momento de su fallecimiento, todo esto no estaba ni en pañales. Y comento lo de la conocida frase porque si imaginamos a Dios metido en la caja de Schrödinger (o en un dispositivo semejante, ya que en realidad no lo podemos ver), no nos queda más remedio que admitir que está vivo y muerto a la vez. Agnósticos, ateos y creyentes podrían esgrimir, pues, argumentos cuánticos para defender sus posturas ...pero, ¿qué nos encontraremos en este universo en concreto cuando, al fin, se abra la dichosa caja?

el gato de Schrödinger en un antiguo programa de REDES:

15 comentarios:

  1. Andaba mal de tiempo cuando pasaba a leerte sobre el Relativismo de la entrada anterior y me encuentro con la Física Cuántica ahora.
    Eres ingenioso por demás. Cuando se desciende al mundo de las partículas todo se hace paradójico desde el punto de vista macroscópico.
    La función de onda de Schrödinger, como el principio de indeterminación de Heisenberg, nos llevan a la sorpresa de una realidad que se altera al analizarla.
    Afortunadamente para nosotros el gato estará vivo o muerto sin duda cuando abramos la caja. La única duda será -si está vivo- cuánto tardará en morir.
    Cuando, en el siglo pasado, yo era joven nos reíamos del dicho que atribuía a los alumnos de Físicas la creencia de que les duraba más el cigarrillo si lo fumaban moviéndose a gran velocidad por los pasillos de su Facultad por aquello de la dilatación del tiempo relativista.
    Pero en realidad les duraba los mismo que a los de Económicas.
    Que Dios haya muerto o no, o que Dios exista o no, sólo lo sabremos cuando se abra la caja tras morir.
    O sea, nunca lo sabremos por culpa de ese terco silencio que los muertos se imponen para no decírselo a los vivos.

    Abrazos,artista.

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  2. Hombre, no creo que llegue a tu altura intelectual (se me ha recalentado la neurona con esto del gato) pero si me alejo un poco de la física y me voy a otros mundos más filosóficos, el gato en su caja, o tú, o yo, en cada uno de nuestros ambientes, estamos vivos, muertos, solteros, casados, ricos, pobres o disfrutando de unas vacaciones o currando como hormiguitas en un edificio acondicionado. Digamos que en un universo B puede haber un Raindrop con tres niños, pasando el veranito en un apartamento de Benidorm y que se gana la vida haciendo chapús a los vecinos del barrio de La Elipa.

    Un abrazo majete

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  3. Rafa, el estado en el que entra el gato a la caja ¿no afecta las posibilidades? Me explico: si el gato entra vivo, ¿no es lógico que las probabilidades de que esté vivo sean mayores? ahora bien, si ha comido una sardina en mal estado y se enferma del estómago y luego la regurgita...al electrón no le dará asco y se escapará de la caja... uhmm, todo esto me da que pensar...

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  4. Lo primero de todo, la primera foto del gatito blanco me ha recordado a zuri el gato de mi amiga; albino, sordo, suicida y que me repartía amor y odio en las mismas cantidades... Estoy convencida que él no entraría en la caja :-)
    No sé nada de física cuántica y ahora, tras leer tu post... tengo una sensación de batiburrillo (con el permiso de sib) que tenía en las clases de filosofía a veces.
    El caso es que el gato puede estar vivo, muerto o simplemente no estar, como pasa con Dios. No hay manera "humana" de saberlo, la cuestión es lo que ésa afirmación nos ayuda en el día a día, lo que nos aporta o no y todo, como decías en los otros post, depende del cristal con que se mire.
    La realidad es la que es, lo que ocurre es que cada uno se cuenta el cuento como quiere o cree

    Un abrazo!

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  5. Creo que son tres los años en que no hablaba ni leía nada sobre la paradoja de Schrödinger. La físicca cuántica siempre me produjo una curiosidad que sólo con mi Xiqueta lograba saciar - es física especializada en física cuántica, vamos digo yo ya que se cogió como optativa "Física cuántica avanzada" asi es ella y así la quiero yo: loca como un cencerro pero: ¡la de cosas que aprendí de ella! Porque cuando me dio el libro de física cuántita, tengo que admitirlo, me gusta la física pero no fui capaz de entender nada. Pero ella empezaba a hablar como pasó con el famoso gato y lo entendía todo. Igual que hoy te he entendido a ti.

    Gracias por recordarme aquellos tiempos.

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  6. "moderadamente" por necesidades, cuestiones de estado.

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  7. Fisica cuántica???!!!es superinteresnate tu entrada, como no podía ser de otra forma, pero....estoy tan saturada del curso, del duro curso que estoy cerrando ya...¡por fin!que me has dejado como gato encerrado jajajaja.La física siempre me ha superado, tal vez porque tuve muy malos profesores de fisica y matemáticas, vamos....muy buenos profesores pero muy malos explicando, o yo entendiendo que también puede ser jejejeje, el caso es que....ni me gusta la física, ni las matemáticas ni los gatos jajajaja, pero si que me encanta tu forma de tratar todos los temas que tratas, el giro que los das, la ironia que utilizas y la capacidad de análisis que tienes, eso me encanta, asi es que...nuevamente tres hurras por tu entrada tan interesante y va a ser que hay muchas cosas, muchas....que no sabremos nunca.
    Un abrazote

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  8. Recuerdo que en quinto de carrera escogí Mecánica Cuántica como optativa. Nunca olvidaré la sensación que me produjo la paradoja en cuestión.
    Sois un genio, querido amigo.
    Un gran abrazo admirado.

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  9. Muy interesante, te felicito por la calidad de información entregada y sobre todo, por tus últimas conclusiones haciendo comparación en la creencia o no en Dios y si el dilucidar esto también pasa por abrir una caja.

    Saludos cordiales.

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  10. Llevo días poniéndome delante del ordenador intentando escribir un comentario a este fascinante post pero, sinceramente, esta vez solo puedo felicitarte y de nuevo darte las gracias por hacerme pasar un delicioso rato leyéndote porque la Física Cuántica se me escapa de las manos. Interesantísimo, ojalá otro día relates alguna otra paradoja.
    Besos.

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  11. Un ratito largo llevo aqui quieta, inmóvil leyendo y releyendo la teoría del gato encerrado.Y como la física cuántica y yo jamás hemos sido nada colegas (siempre he sido de letras), he decidido navegar en busca de Schrödinger y su experimento, por cierto cabeza calenturienta no? pobre gato¡¡
    por lo menos en estos momentos sé algo más que hace media hora y todo gracias a ti...
    Pero voy a ser positiva y pensar que la ampolla no se ha roto, las partículas alfa se han quedado donde debían quietecitas, y el valiente oteador de la caja ha sacado al pobre gato con sus siete vidas intactas... Y con respecto a Dios pues más de lo mismo por aquello del "mejor no meneallo"...
    Pero una vez más leerte hace que avive el seso¡¡
    Un abrazo grande.

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  12. Siempre he odiado la física. La cuántica no sé qué es. Desearte Muchas Felicidades. En cuanto a tu edad...que pregunten a Amstrong.

    Abrazos

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  13. P
    ¡¡¡aquí también!!!
    jajajaj
    besos

    ybris
    jajaja la de momentos entretenidos que nos ha dado la Física a costa del relativamente escaso conocimiento que tenemos de los intríngulis del cosmos, y que tan misteriosos parecen a veces.
    Gracias por tus elogios.
    abrazos

    Carmen
    juer... que me has dejado un pelín inquieto pensando en cómo se lo estará montando ese otro raindrop al que (lo más seguramente) no voy a conocer en mi vida.
    jajaja muy bueno, tu comentario.
    besos

    The Boss
    jajajaj las reclamaciones a Schrödinger xD
    abrazos

    Avellaneda
    Curiosamente, una amiga también me ha dicho que el gato de la foto es clavado a uno que acaba de adoptar (y que yo aún no conocía).
    A veces, creo que lo peor del experimento debe de ser el momento de meter al minino en la caja... ¡menuda lluvia de zarpazos! jajaja
    besos

    Siberia
    Así me gusta: que hayas hecho los deberes. Me alegra que compartamos afición.
    Sin duda, la Física es una materia fascinante ;D
    besos

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  14. Yuria
    Hablemos ahora de los estados de la materia... xD
    (no, que ya lo he pillado)
    besos

    Sara
    Lo primero que me ha sorprendido: ¿que no te gustan los gatos? ¿a una amante de la naturaleza como tú? Pero, bueno... para gustos, colores... ya se dice ;D
    Lo de la afición por la Física creo que es cuetión de ponerse. Si le pillas el tranquillo, es algo extraordinario. De no parar de disfrutarlo. Y te lo digo en serio.
    besos

    Tanhäuser
    Es tal la diferencia que hay entre el mundo de las partículas y el mundo en que nos movemos cada día, que esto es de abrir la boca y no poder cerrarla, ¿verdad?
    Gracias por tus elogios.
    abrazos

    Juan Luis Carreras M.
    Gracias a ti por tu visita y por sacarle partido a los desbarres de esta gota de lluvia :D
    abrazos

    Ana
    Ya dejaba caer en el texto que hasta Feynman decía que la Física Cuántica se le acababa escapando de las manos incluso a él (o algo así). Aunque es posible que lo dijera con la boca pequeña, porque...
    A quien la Física Cuántica nunca le chistó demasiado fue a mi admirado Einstein. Qué cosas...
    Me alegro de que pases buenos ratos por aquí :D
    besos

    sib
    Para mí es una inmensa satisfacción y un placer como la copa de un pino que quien me lea se sienta estimulado a querer saber más, investigar más... Es un gran elogio, te lo digo con el corazón en la mano.
    Me alegra mucho que hayas disfrutado estos momentos :D
    besos

    el instigador
    Ayvé! que me he perdido con lo de la edad y Armstrong... (espesito estoy)
    Pero muchas gracias por desearme felicidades, vaya que sí :D
    abrazos

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