El japonés Kunio Kato es el autor de una interesante y hermosa metáfora visual galardonada con el Oscar 2009 al mejor corto de animación. Segundo Oscar para la animación nipona, tras "El viaje de Chihiro" de Hayao Miyazaki, en 2002. Esta deliciosa obra de Kato, que competía con la favorita "Presto" de Pixar, resultó finalmente vencedora. Ya el año 2008 había supuesto para ella una generosa cosecha de premios en distintos festivales especializados, desde el Annecy International Animated Film Festival (el corto de Gobelins titulado Garuda y que mencioné hace unas semanas sirvió de promoción para esta edición en concreto) hasta el Hiroshima International Animation Festival, entre otros. Premios merecidos, sin duda.
"La maison en petits cubes" (título del corto en cuestión) es una emotiva historia sobre la memoria y la vida que no solo difiere de las obras del sensei Miyazaki en su extensión, sino también en el estilo, mucho más parecido a la animación de Europa oriental que al anime japonés. Este cortometraje, casi artesanal, a grafito, es como una poesía que resume sentimientos y valores fundamentales en imágenes de trazos que se desdibujan y nos cuentan historias universales y profundas acerca de cómo se vive y cómo se muere, porque el ser humano es algo muy curioso, en palabras del propio Kato.
En la metáfora que plantea el corto, un anciano vive rodeado por las aguas en un panorama de catástrofe provocada (posiblemente) por el calentamiento global. Pero como en toda metáfora, los elementos tienen múltiples lecturas y las que vamos descubriendo a medida que avanza el relato son más intensas que las iniciales. En la historia, el futuro es hoy, el desastre es hoy, pero igualmente la vida también es hoy.
Sin destripar más antes de ver el corto, solo decir que el título la casa de los cubos sugiere que la vida es un juego compuesto de distintas piezas, cada una de ellas rellenas de acontecimientos, de momentos con fecha de caducidad y que se van sucediendo en etapas. Cuando llega el momento del cambio (provocado por la simbólica subida del nivel de las aguas) se ocupa un nuevo cubo, dejando vacío el anterior y llevándose consigo al nuevo los avatares que nos sirvan para ese juego que continuará a lo largo de la vida.
Quizás la reflexión en el poema visual de Kato me ha parecido la forma más apropiada de celebrar mi tránsito a un nuevo año (como la simbólica inauguración de un nuevo cubo) en este día de aniversario.
Que tu nuevo cubo sea tan bonito y acogedor como el anterior.
ResponderEliminarY que tu viaje para recuperar la pipa esté plagado de los mejores recuerdos.
Beso grande
Un corto precioso :)
ResponderEliminar¡Qué maravilloso viaje por la memoria! Recordar cosas que nos dejamos atrás y vivencias sumergidas en lo más profundo de nuestro ser, que creíamos olvidadas y sin embargo están en nuestro corazón para siempre.
ResponderEliminarFelicidades por tu entrada, es preciosa, y un brindis para celebrar la inauguración de tu nuevo cubo.
Un beso.
Muchas felicidades, majísimo!!!
ResponderEliminarUn abrazo enorme y un par de estirones de oreja!!
hey... me alegro de saberte
ResponderEliminarde conocerte de poco pero que siempre es gratificante ...
:)
felicidades cosita, hoy un año más que ayer pero parece que tengas los mismos.
ResponderEliminarY el video, de colores ocres y dibujos fríos, es la mar de tierno, tal que tú.
Ufff, gracias por compartir este maravilloso corto. Lo guardo para siempre, formará parte del cubo que habito en estos momentos.
ResponderEliminarBesos
Un corto muy bueno.
ResponderEliminarUn viaje interesante.
Daniela
ResponderEliminarVoy amueblando el cubo, escapando de la anterior inundación.
besos
Petrarca
Sí, me lo parece.
abrazo
Sory
¡Qué sorprendente es la memoria!
¿a que sí?
gracias y besos
Poledra
Hola, amiguitaaaaa
Muchas gracias por la felicitación (¡qué ilu!) ^^
besos
Jo
Y seguiremos conociéndonos más.
besos
aina
Gracias
(y no me seas pelotillera jajaja)
besos
María
Construimos cubos.
Yo también te tengo en este cubo que sigo construyendo aquí.
:D
besos
Montse
Es un vídeo que me gusta mucho.
Nostálgico pero que anima a reflexionar.
besos