(48ª parada)
“Marta, Marta... estás ansiosa e inquieta a causa de muchas cosas; pero de pocas de ellas hay necesidad o de una sola. Miriam ha escogido la buena parte y nadie se la puede quitar”.
(Evangelio de Lucas, cap. 10: 41-42)
(Antes de nada: gracias, Quino, por tu sentido del humor. La tira cómica es de Mafalda, volumen 9)
Difícil tarea es, en muchas ocasiones, distinguir entre lo importante y lo urgente... Cada cual debería analizar en cada caso concreto si un asunto es importante o si es urgente, y actuar en consecuencia. Hay veces en que cambiamos unas urgencias por otras, pero sin llegar a abordar jamás lo importante y, así, se va saltando de urgencia en urgencia (y tiro porque me toca). Cuando nos abandone la resaca del fútbol, cambiaremos la urgencia del (dichoso) “¡Podemos!” por las otras urgencias adormecidas momentáneamente por una pasión irracional: las hipotecas, el paro, la inflación, la crisis...
Voy a aprovechar una vez más la cosa ésta del fútbol para hacer una radiografía (aunque quede borrosa) de lo vivido en las últimas semanas. Uno de los motivos por los que me gusta el fútbol es la facilidad con la que quedan retratados los comportamientos humanos (ya lo señalé en un antiguo post donde mencionaba a Menotti y Bilardo), que es el tipo de cosas que pasa con los juegos: se baja la guardia por su aparente intrascendencia (aunque haya quien lo vive como una cuestión de vida o muerte) y uno se muestra tal cual es. Cada comportamiento me daría tema para ser desarrollado, uno a uno, en otras tantas entradas del blog; pero voy a resumir aquí, al mogollón, alguno de los más chocantes:
comportamiento 1: procrastinación
Dice el diccionario que procrastinar es 'diferir' o 'aplazar'. La procrastinación consiste en postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables (el término procede del latín pro- : adelante y crastinus : relacionado con el mañana). Es algo muy común... ya se sabe: esa propensión tan humana a dejar todo para última hora (último segundo, si se pudiera). Cuando el panorama se muestra muy sombrío o angustioso, se tiene tendencia a procrastinar para darse una satisfacción inmediata. Así que, teniendo en cuenta la crisis económica que nos envuelve y que (¡por fin!) la selección española de fútbol nos da más alegrías que decepciones, se ha producido un vuelco en masa hacia lo trivial ...y mañana ya empezaremos a pensar en pagar facturas.
comportamiento 2: oportunismo
Todos somos oportunistas en mayor o menor grado (si no ¿qué hago yo escribiendo de fútbol por segunda vez en la Eurocopa?). Nos atribuimos éxitos y renegamos de los fracasos. Ahora, en plena racha victoriosa, salen aficionados (incluso de 'perfil fanaticoide'... algunos de ellos recién llegados, pero que se presentan como 'de toda la vida') hasta debajo de las piedras. Y pensamos que por ver el partido, animar como posesos, pintarnos la cara, gritar “podemos, podemos...” los nuestros van a jugar mejor y ganar. ¿Hay algún estudio científico que demuestre la relación entre el forofismo y los éxitos deportivos? Pero nos quedamos satisfechos pensando que hemos puesto nuestro granito de arena en el éxito de la selección. La prueba es que gritamos ¡Podemos! (en primera persona). ¡Pero si nosotros no jugamos! ¡Juegan ellos!... deberíamos gritar: ¡Pueden! Es lo mismo que les pasa a los chavales con los exámenes: si aprueban dicen “aprobé” (yo) y si suspenden “me suspendieron” (los profes, que -dicho sea, de paso- me tienen manía). Nos consideramos parte activa de las victorias, pero no tenemos nada que ver con las derrotas: “somos buenísimos” (si se gana algo), pero “son unos paquetes” (si se pierde).
En la fiebre del oportunismo se disolvieron los raulistas y se multiplicaron los luis-aragonesistas... aunque sigo pensando: ¿qué hubiera marcado la diferencia si Italia nos hubiera eliminado en los penaltis?
comportamiento 3: asociacionismo absurdo
En este caso, basado en una idea bastante lamentable aunque de muy extendida aplicación: Los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Y lo digo a cuento de algunas declaraciones que he oído estos días, salidas de la boca de algún político que tenemos por estos pagos. Parece ser que, antes del partido España-Rusia, los había interesados (¿?) en la victoria de los rusos. Parece ser que el motivo era darles en los morros a los españoles, por 'opresores' (¿?). Por la misma, supongo que los chechenos iban con España (y, así, compensamos). Pero sigo pensando que, si quienes se juegan los cuartos son los que visten de corto sobre la hierba, ¿por qué ponerse en contra de los Xabis Alonsos, Puyoles y demás? No veo que sean tan 'opresores'. A mí, me parecen muy buena gente.
Pero, bueno, si hay individuos que, ya entradito el siglo XXI, siguen interesados en resucitar un tipo de pactos como el germano-soviético de entreguerras (y que produjo una pareja de baile tan extraña como Hitler y Stalin), pues nada... allá ellos. Para mí, fútbol es fútbol y política es política. Aunque queda demostrado que haberlos, haylos quienes lo siguen viviendo como en los tiempos del caudillo. Imagino que hoy apoyarán a Alemania, los muy chaqueteros. ¿Se considerará transfuguismo semejante práctica?
comportamiento 4: hipérbole
Exagerados somos un rato largo... Llámese como se quiera, pero el resultado definitivo acaba siendo la sobresaturación. Yo ya me he hartado de fútbol por una temporada... Si es que mires a donde mires te encuentras un balón, una camiseta roja, un podemos (¡qué hartito me tiene ya! ...espero que, aprovechando el tirón, a partir de aquí podamos llevarnos bien entre todos, podamos salir de las crisis, podamos ser mejores personas, etc...), y qué decir de banderas, pinturas, euforias... Es normal: el género humano desconoce el significado de las palabras comedimiento, moderación y otras por el estilo. Estos días, me contaba un compañero que un amigo de su padre (trabajador de los juzgados de Coruña) había palmado de infarto viendo la retransmisión de la prórroga contra Italia. En fin, también es cierto que sin tanta pasión ¿qué sería del género humano?
Como suelo decirme en estos casos: raindrop, te he repetido cien mil millones de veces que no exageres.
post scríptum
El universo tiene un funcionamiento muy complejo. Para llegar a sitios conocidos pero inaccesibles (por la circunstancia que sea) utilizo artificios como los túneles de gusano (cibernéticos, en algún caso), que me permiten deslizarme misteriosamente hasta esos lugares en los que quiero estar. Pero esta semana me pasó algo muy triste: fui a visitar un espacio delicioso y entrañable en el que me gustaba aparecer frecuentemente, pero me encontré con que el túnel se había anudado de tal forma que quedé atrapado en un fondo de saco sin salida a ninguna parte y con la única opción de volver sobre mis pasos.
Y, al final, mi red presenta un roto bastante feo porque he acabado quitando de mis extraordinarios nudos (no porque haya dejado de serlo, sino porque ha desaparecido) el link que me llevaba a ojiplática, el blog de poledra. Supongo que a otros viajeros les habrá sucedido lo mismo... o hasta es posible que hayan encontrado un túnel alternativo. Pero esto último no ha sido mi caso y sigo apenado. ¿Qué ha pasado? ¿A dónde se ha ido poledra? Te echo de menos... nos conocíamos desde hace poquito, ¡pero vaya hueco que me ha quedado!
Como si fuera Silvio, sólo me queda cantar:
Voy a aprovechar una vez más la cosa ésta del fútbol para hacer una radiografía (aunque quede borrosa) de lo vivido en las últimas semanas. Uno de los motivos por los que me gusta el fútbol es la facilidad con la que quedan retratados los comportamientos humanos (ya lo señalé en un antiguo post donde mencionaba a Menotti y Bilardo), que es el tipo de cosas que pasa con los juegos: se baja la guardia por su aparente intrascendencia (aunque haya quien lo vive como una cuestión de vida o muerte) y uno se muestra tal cual es. Cada comportamiento me daría tema para ser desarrollado, uno a uno, en otras tantas entradas del blog; pero voy a resumir aquí, al mogollón, alguno de los más chocantes:
comportamiento 1: procrastinación
Dice el diccionario que procrastinar es 'diferir' o 'aplazar'. La procrastinación consiste en postergar actividades o situaciones que uno debe atender, por otras situaciones más irrelevantes y agradables (el término procede del latín pro- : adelante y crastinus : relacionado con el mañana). Es algo muy común... ya se sabe: esa propensión tan humana a dejar todo para última hora (último segundo, si se pudiera). Cuando el panorama se muestra muy sombrío o angustioso, se tiene tendencia a procrastinar para darse una satisfacción inmediata. Así que, teniendo en cuenta la crisis económica que nos envuelve y que (¡por fin!) la selección española de fútbol nos da más alegrías que decepciones, se ha producido un vuelco en masa hacia lo trivial ...y mañana ya empezaremos a pensar en pagar facturas.
comportamiento 2: oportunismo
Todos somos oportunistas en mayor o menor grado (si no ¿qué hago yo escribiendo de fútbol por segunda vez en la Eurocopa?). Nos atribuimos éxitos y renegamos de los fracasos. Ahora, en plena racha victoriosa, salen aficionados (incluso de 'perfil fanaticoide'... algunos de ellos recién llegados, pero que se presentan como 'de toda la vida') hasta debajo de las piedras. Y pensamos que por ver el partido, animar como posesos, pintarnos la cara, gritar “podemos, podemos...” los nuestros van a jugar mejor y ganar. ¿Hay algún estudio científico que demuestre la relación entre el forofismo y los éxitos deportivos? Pero nos quedamos satisfechos pensando que hemos puesto nuestro granito de arena en el éxito de la selección. La prueba es que gritamos ¡Podemos! (en primera persona). ¡Pero si nosotros no jugamos! ¡Juegan ellos!... deberíamos gritar: ¡Pueden! Es lo mismo que les pasa a los chavales con los exámenes: si aprueban dicen “aprobé” (yo) y si suspenden “me suspendieron” (los profes, que -dicho sea, de paso- me tienen manía). Nos consideramos parte activa de las victorias, pero no tenemos nada que ver con las derrotas: “somos buenísimos” (si se gana algo), pero “son unos paquetes” (si se pierde).
En la fiebre del oportunismo se disolvieron los raulistas y se multiplicaron los luis-aragonesistas... aunque sigo pensando: ¿qué hubiera marcado la diferencia si Italia nos hubiera eliminado en los penaltis?
comportamiento 3: asociacionismo absurdo
En este caso, basado en una idea bastante lamentable aunque de muy extendida aplicación: Los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Y lo digo a cuento de algunas declaraciones que he oído estos días, salidas de la boca de algún político que tenemos por estos pagos. Parece ser que, antes del partido España-Rusia, los había interesados (¿?) en la victoria de los rusos. Parece ser que el motivo era darles en los morros a los españoles, por 'opresores' (¿?). Por la misma, supongo que los chechenos iban con España (y, así, compensamos). Pero sigo pensando que, si quienes se juegan los cuartos son los que visten de corto sobre la hierba, ¿por qué ponerse en contra de los Xabis Alonsos, Puyoles y demás? No veo que sean tan 'opresores'. A mí, me parecen muy buena gente.
Pero, bueno, si hay individuos que, ya entradito el siglo XXI, siguen interesados en resucitar un tipo de pactos como el germano-soviético de entreguerras (y que produjo una pareja de baile tan extraña como Hitler y Stalin), pues nada... allá ellos. Para mí, fútbol es fútbol y política es política. Aunque queda demostrado que haberlos, haylos quienes lo siguen viviendo como en los tiempos del caudillo. Imagino que hoy apoyarán a Alemania, los muy chaqueteros. ¿Se considerará transfuguismo semejante práctica?
comportamiento 4: hipérbole
Exagerados somos un rato largo... Llámese como se quiera, pero el resultado definitivo acaba siendo la sobresaturación. Yo ya me he hartado de fútbol por una temporada... Si es que mires a donde mires te encuentras un balón, una camiseta roja, un podemos (¡qué hartito me tiene ya! ...espero que, aprovechando el tirón, a partir de aquí podamos llevarnos bien entre todos, podamos salir de las crisis, podamos ser mejores personas, etc...), y qué decir de banderas, pinturas, euforias... Es normal: el género humano desconoce el significado de las palabras comedimiento, moderación y otras por el estilo. Estos días, me contaba un compañero que un amigo de su padre (trabajador de los juzgados de Coruña) había palmado de infarto viendo la retransmisión de la prórroga contra Italia. En fin, también es cierto que sin tanta pasión ¿qué sería del género humano?
Como suelo decirme en estos casos: raindrop, te he repetido cien mil millones de veces que no exageres.
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post scríptum
El universo tiene un funcionamiento muy complejo. Para llegar a sitios conocidos pero inaccesibles (por la circunstancia que sea) utilizo artificios como los túneles de gusano (cibernéticos, en algún caso), que me permiten deslizarme misteriosamente hasta esos lugares en los que quiero estar. Pero esta semana me pasó algo muy triste: fui a visitar un espacio delicioso y entrañable en el que me gustaba aparecer frecuentemente, pero me encontré con que el túnel se había anudado de tal forma que quedé atrapado en un fondo de saco sin salida a ninguna parte y con la única opción de volver sobre mis pasos.
Y, al final, mi red presenta un roto bastante feo porque he acabado quitando de mis extraordinarios nudos (no porque haya dejado de serlo, sino porque ha desaparecido) el link que me llevaba a ojiplática, el blog de poledra. Supongo que a otros viajeros les habrá sucedido lo mismo... o hasta es posible que hayan encontrado un túnel alternativo. Pero esto último no ha sido mi caso y sigo apenado. ¿Qué ha pasado? ¿A dónde se ha ido poledra? Te echo de menos... nos conocíamos desde hace poquito, ¡pero vaya hueco que me ha quedado!
Como si fuera Silvio, sólo me queda cantar:
Mi unicornio azul ayer se me perdió, no sé si se me fue, no sé si se extravió
Y yo no tengo más que un unicornio azul
Si alguien sabe de él, le ruego información
Y yo no tengo más que un unicornio azul
Si alguien sabe de él, le ruego información