(15ª parada)
"Tenía Abram 99 años cuando el Eterno se acercó a él y le dijo: Yo soy Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé íntegro".
(Libro del Génesis, cap. 17: 1)
Después de cruzar este The All-the-Saints Great Bridge, uno se queda extraño: ya no sabe si es mejor parar o seguir marcha. Creo que las dos opciones me cansan por igual. La primera, por esa sensación de que la rutina espera inexorable cobrar su tributo de hastío después de haberle dado la espalda durante unos días (y habrá que pagar en marcha, claro) y la segunda, por la pereza con que esta relativa inactividad llena cuerpo y mente, aletargándolos... Pero supongo que escribir revitaliza: por poner en funcionamiento neuronas remolonas y por el placer del reencuentro en el área de descanso del blog.
Hoy fue el cumpleaños de César Luis Menotti ('el flaco' Menotti) y le esperaban nada menos que 69 velitas en su tarta. Y para mí es el pretexto ideal para arrancar esta entrada. Parece que va de fútbol. Bueno, sí y no. El fútbol será una excusa para dar otra vuelta de tuerca al asunto de “to be or not to be” (y, seguramente, continuaré en otra ocasión dándole más todavía a la llave inglesa).
En fin, me gusta el fútbol, sí. Aunque le quitaría muchas cosas que lo hacen bastante detestable: la incomprensible violencia física y verbal de los espectadores descerebrados (demasiados para mi gusto), los sueldos impúdicos y desorbitados de bastantes futbolistas, el marrullerismo y la falta de deportividad de algunos ‘profesionales del teatro’ infiltrados en este circo, el cabreante colapso de las ciudades por el evento-espectáculo deportivo, etc. Es el tipo de cosas que me están haciendo descreer poco a poco de esta frívola religión; pero me sorprende cómo parece quedar siempre una llamita en el interior que inexplicablemente sobrevive a todas estas afrentas. Mientras tanto, en el rectángulo verde con anexos de hormigón parecen resumirse aspectos de la vida en pequeña escala. Como en casi todos los juegos, las actitudes de los participantes son semejantes a las actitudes de las personas de carne y hueso en circunstancias reales de la vida.
Hoy, frente a frente: César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo. Menottistas versus bilardistas. Para quien no esté muy al tanto, diré que son dos formas contrapuestas de entender el fútbol (siempre con matices, que ni mucho menos en el fútbol sucede que lo blanco sea blanco ni lo negro sea negro).
Menotti representa el fútbol por el placer del juego: Esto es un espectáculo, un arte, ¿no? Pues démosle el brillo que merece, juguemos bien. El equipo juega para ganar, pero vamos a plantear éste como un objetivo al que llegaremos por un camino tan importante como la propia meta: JUGAR BIEN. Los jugadores deben tocar el balón con arte, moverse con destreza, dibujar el juego sobre el césped como si fuera un cuadro hermoso. Ganar sin jugar bien casi es como no ganar, porque hemos fallado en el camino. Jugar bien (dando espectáculo) y no ganar es un mal ahora, pero es el camino del éxito futuro en que se jugará bien y se ganará. ¿Por qué quiere ver una persona un partido de fútbol? ¿Sólo por el resultado? Si fuera así, podría ahorrarse 90 minutos y ver el resultado al final en un breve instante. Esos 90 minutos debemos hacerlos lo más inolvidables posible con el arte de nuestras piernas y un balón.
Bilardo coincide con el objetivo final: GANAR. Pero ganar es más importante que la forma cómo se consiga esta meta. Todo vale. Si hay que jugar bien para ganar, pues se juega bien (pero dudo que sea lo más eficaz, hay atajos mejores). Si hay que destruir el juego, pues se lo destruye. Si hay que pisar al rival, pues se lo pisa. Aquí no somos amigos de los que visten otros colores, somos sus enemigos. Esto no es deporte, es la guerra. Cualquier cosa sirve si motiva a mis jugadores para que ganen. Nosotros volveremos a casa con los puntos, el contrario sólo puede llevarse puntos si son de sutura. Ganar habiendo jugado mal: se ha ganado, que es lo importante. Con el tiempo se recordarán los resultados, cuántas copas has ganado, cuántos títulos. Lo demás no sirve. Jugar bien a costa de la derrota es un rollo inventado por supuestos artistas para convencer a los perdedores de que una derrota no es una derrota. Una mala mentira.
Hace unos días (28 de octubre) me preguntaba si me conozco a mí mismo, lo que realmente SOY, no las máscaras tras las que me escondo. Hace muchos más días (15 de septiembre) también intentaba entender si mi comportamiento es de actor o de reactor. Me interesa cuestionarme estos asuntos. Y hoy me pregunto: ¿Soy Menotti o soy Bilardo? ¿Quién me gusta ser? Porque puede que para mí la vida sea un jogo bonito, un tiki-taka, que me vaya llevando a mis metas pero no de cualquier manera, sino con arte, con elegancia. En ocasiones hasta puede que no llegue a alcanzarlas, pero se trata de mantener fidelidad a un estilo, no abandonarlo porque pinten bastos. Y esto plantea dudas, porque cuando todo va bien (cuando los resultados acompañan) qué fácil es seguir practicando el jogo bonito. Pero, ¿y cuándo la proa parece (insisto: parece) que no está enfilada hacia la meta? ¿seguiremos con el tiki-taka? Por el contrario, puede que esté convencido de que lo significativo en esta vida es llegar a los sitios sin importar a quién tenga que pisar, cómo me tenga que vender (o a quién tenga que vender), a cuántos dejaré o perderé por el camino, pero siempre firme, sin dudas, amparado por los resultados. Si los resultados son buenos, todo se da por bien empleado (“el fin justifica los medios”, ¿no?). Y lo digo sin la hipocresía del que piensa que hay que hacer las cosas de determinada manera, pero sólo busca resultados. Entonces, la manera poco importa, lo que importan son los resultados y todo se sacrifica en el altar del éxito. En fin, como en fútbol, dos maneras opuestas de jugar. Y yo no voy a ser conciencia de nadie.
Menotti (¡tocála!) frente a Bilardo (¡pisálo!). Que cada uno elija cómo quiere jugar.
Para ganar (y para perder) hay que jugar. Y cuanto más se esmere uno en el juego, mejor. Hay que caerse, levantarse, embarrarse y lesionarse y si al final el gol lo marca otro, nos quedará la ilusión de haber contribuido.Pero si nadie marca, igualmente la jugada merecerá la pena porque habremos aprendido en el trayecto hacia la portería.
ResponderEliminarDos ejemplos: todo el mundo recuerda los mundiales que ha ganado Italia; todo el mundo recuerda las jugadas magistrales de Pelé, Garrincha o Ronaldinho, ¿ganó Brasil esos partidos? la verdad, no me acuerdo.
Un abrazo
carmen: veo que tienes clara tu elección ;)
ResponderEliminarbesos
Pues sí, para mi lo que importa es el partido. Cuanto más vistoso mejor.
ResponderEliminarBesos miles
Raindrop, no sé si he inspirado parte de esta entrada pero me he sentido regañada con razón en esta frase... [...] pero se trata de mantener fidelidad a un estilo, no abandonarlo porque pinten bastos. Y esto plantea dudas, porque cuando todo va bien (cuando los resultados acompañan) qué fácil es seguir practicando el jogo bonito [...]
ResponderEliminar¿Entiendes por qué lo digo?
Se supone que la finalidad de mi blog era transmitir buen rollo pero a la mínima de cambio que me he venido un poco abajo he caido en la tentación de plasmarlo también en el blog...
Yo también lo veo claro Raindrop: el fin nunca justifica los medios y el camino es el fin en sí mismo...
Creo que en otros contextos te he dicho esto varias veces... ¿lo recuerdas?
Elijo "Tócala". Creo que es mucho más importante jugar y, sobre todo, jugar limpio. Sobre todo porque al jugar sueles estar acompañada de alguien (en el trabajo, en los estudios, con los amigos, con tu pareja). Sin embargo si solo piensas en ganar sin importar a quien pisas o a quien haces daño, al final acabas sola (solo). Suelo seguir bastante la regla esta de “no hagas aquello que no te gustaría que te hiciesen” (o algo así, suelo ser muy mala con los refranes…) así que ya que a mi no me gustarían que otro me pisotearan por llegar a su meta pues yo no pisoteare a nadie por llegar a la mía… Además no creo que se tenga que hacer. El fin no justifica los medios…
ResponderEliminarNunca pensé que hablaría de un tema relacionado con el fútbol… impresionadica me has dejado…
Besicos!
No te hablaré de fútbol, ni lo que opino de él, pero.. si te diré que leer tú blog,activa las neuronas, y en mi caso,en concreto,tambien dibuja sonrisas..
ResponderEliminarBesos..
soloyo: ¿cómo iba yo a regañarte a ti que estás siempre en la brecha? Ni mucho menos ;)
ResponderEliminarTampoco creo que hayas abandonado tu estilo por una canción (y de un cantautor que te gusta tanto). Y sé que tienes muy claro que mejor los caminos que las metas: sigues siendo un faro, tú creas caminos.
besos
nerea: interesante principio el que pones en práctica (“no hagas aquello que no te gustaría que te hiciesen”), si todos funcionáramos así ¡qué diferencia de mundo!
Y ya ves, hasta de fútbol se puede comentar jajajaja ;)
besos
tormenta: gracias por tu sonrisa.
jaja, el otro día me pillaste con el post en el horno (y ya ves, ¡iba de fútbol!)
un besazo enorme
Uffff, ufff...
ResponderEliminarPues no desistas y sigue corriendo, debe ser el otoño...
Pues no sé que decirte, me dejas así pasmada. Y se me ocurre que hay cosas en la vida que son un juego y que están bien si todos respetan las reglas. Y otras que son demasiado serias.
Considerar la vida como una competición sucia: hay quien juega a eso y hay quien no, por eso hay campeones auténticos, víctimas auténticas y sucias ratas traidoras jejeje...(vulgarmente llamados trepas).
En el fútbol llaman traidor a un entrenador que se va por una oferta mejor, sin embargo un empresario despide a los trabajadores en beneficio de la empresa con el consentimiento de los sindicatos...no sé que traición es mayor.
Y ya no hablamos de los doping..eso sí que no tiene nombre y hace que se pierda el sentido de ganar, competir, jugar o lo que sea...
Anda, corre y no importa si ganas o no, sólo que te diviertas. Besos.
Hola Rain, leyendo tu post me he vuelto niña...
ResponderEliminarHace muchos años yo hacía natación, durante 6 años de mi vida iba cada semana a nadar como una de las muchas actividades extraescolares que practicaba.
Hubo un año que en la competición de natación anual me tocó competir con una niña que ese año se había apuntado en el cole.
Dieron la salida a la competición y cosas del destino, perdí unos segundos de oro porque al tirarme desde el trampolín extrañamente permanecí dentro del agua unos segundos mas de la cuenta.
Ví que ella me había rebasado y nade deprisa para alcanzarla, mientras nadaba, la veía, me dí cuenta que no llegaría yo la primera y así fué. Ese año gané la medalla de plata. Cosas de las competiciones.
Hoy se que yo gané el "oro blanco" por estilo, porque aquella niña que ganó el oro "era un pato mareao" que no hubiera superado nunca las pruebas de un club de natación por la total falta de elegancia y formas.
Ahora fuera de esta historia... personalmente mi medalla siempre es mi satisfacción personal... Esa no me la quita nadie y siempre "jogo bonito" es mi naturaleza. Aunque si hay que dar mazazos los doy sin piedad.
Un beso
Por cierto te cuento lo de los mazazos sin piedad, porque también jugué durante muchos años a baloncesto de ala-pivot.
ResponderEliminarNunca acabé un partido entero, siempre me echaban por 5 personales... Cuando se trata de defender doy que no veas... doy miedo!! jajaja
En fin, no corro por nada pero que nada venga empujando o remato
;-))
maría manuela: a eso se le llama 'abrir el juego por las bandas' ;)
ResponderEliminarYa veo que a la propuesta inicial de ¿Menotti o Bilardo? se pueden añadir muchas otras cosas que rodean este deporte... Lo curioso es que, como bien apuntas, parece que funcionan con una lógica distinta a la que empleamos para valorar otros hechos de la vida real. ¿Será porque hay tanta pasión en el fútbol? Y ya se sabe: "el corazón tiene razones que la razón no entiende". No sé, no sé...
Besos
susana: jajajjaja... me sorprende esa faceta tuya tan súpercompetitiva. En tu caso, parece que planteas la fusión Menotti-Bilardo, una síntesis que tiene muchos más partidarios de lo que parece, pero que me plantea una seria duda: no se puede ser los dos a la vez (son posiciones demasiado contrapuestas, no creo que tengan puntos de intersección). O el uno o el otro, en momentos distintos pero no a la vez.
Bueno, es sólo mi opinión, claro.
Me he reído a gusto imaginándote en un partido de baloncesto ¡terrible! ;)
Besos
Eso es porque no me gusta el fútbol, ni lo entiendo...pero a ti te entiendo perfectamente jeje.
ResponderEliminarBesos.
Pues yo carezco por completo del sentido de la competición. Y esto, en determinados aspectos de la vida acarrea serios problemas.
ResponderEliminarSiempre he sido partidaria de eso que dices: "marcar estilo". Porque al final realmente tiene su recompensa.
Como bien dice Carmen, al final lo que prevalece siempre son las buenas jugadas y los buenos jugadores y no tanto los resultados.
Zidane acabó su vida futbolística con un cabezazo. Pero hoy solo recuerdo lo elegantemente que tocaba el balón, como si de un vals se tratase.
Jugar es el objetivo mismo, los resultados son meras excusas.
En realidad Rain, ya no hago deporte.
ResponderEliminarAunque mantener vivo el espíritu de superación es importante. Solo hay una cosa en la que no compito en absoluto EL AMOR. Así me va el pelo... :-))
maría manuela: te voy a colgar una medalla, porque a veces no me entiendo ni yo mismo ;)
ResponderEliminarbesos
pilar: pues me haces pensar con eso de "jugar es el objetivo mismo, los resultados son meras excusas"... es muy interesante planteárselo así (otros dirán que, en la vida, es no ser realista).
besos
susana: hay que hacer deporte ;)
jajaj competir en el amor es sacar todo el instinto animal que se lleva dentro... como no soy un macho-alfa yo ya he desistido de semejante intento hace mucho ;)
besos
Te he mandado un meme. Creo que es interesante y bueno, creo que te gustara. Metete en mi blog que lo explico.
ResponderEliminarBesicos!
Hola Raindrop... coincidimos en varios rincones.
ResponderEliminarMe quedo con los dos, con Menotti y con Bilardo, porque siempre hay que tener en consideración los contextos y saber adaptarse a ellos.
Vi una vez a Bilardo y Maradona en un mismo equipo: Maquiavelo y Miguel Ángel juntos para nuestro deleite:
El Sevilla FC no ganó nada con ellos dos, pero me dejaron dos regalos inolvidables:
- Se dirige Diego a sacar un corner en su primer partido, y a pocos metros de mi localidad en el Sánchez Pizjuán, se interesa por una bola de papel de aluminio que estaba tirada en el suelo. Con dos taconazos la levanta, juega en sus muslos con ella, para finalmente devolverla a la grada de otro taconazo displicente. ¡Qué cosa! La gente enloqueció...y es que para esas cosas tenemos una sensibilidad especial por aquí. Poco importaba el resultado.
- Bilardo a su masajista desaprobándole por atender a un futbolista rival: "¡Domingo!, los colorados son los nuestros... ¡Pisálo!". Aquél partido había que ganarlo como fuera, por lo civil o por lo criminal
Saludos.
PD: te seguiré la pista...
batanero: Ya me parecía a mí que la menotti-bilardo's fusion tenía más adeptos de lo que parece... ;)
ResponderEliminarBienvenido por este rinconcillo.
saludos