"No os conforméis con las costumbres de este mundo, sino experimentad cambios porque vuestra mente se va renovando".
(Epístola de San Pablo a los Romanos, cap. 12: 2)

Lo problemático de la moda es que no se cuestiona su utilidad, conveniencia, ética o estética. Lo único importante es ser la variable más repetida. A veces se pone de moda algo que nadie (o casi nadie) estaría dispuesto a repetir. Pero basta con que 'alguien' encienda la mecha y 'unos' se sumen al evento, que 'otros' copien a esos 'unos' y que 'otros más' quieran cambiar de una moda a otra... Entonces se está más dispuesto a asumir lo que al principio se rechazaba. Claro: "si es que todos lo hacen", "no voy yo a ser el bicho raro". Así que la moda acaba siendo moda porque se hace a sí misma. Pero esto no me lo habían enseñado en matemáticas, donde las cosas parecen más estáticas.
Me cuesta entender que una sociedad como la nuestra donde se prima la libertad, el individualismo, la originalidad, la exclusividad, la independencia... (y sobre todo por parte de la juventud, que jamás hemos conocido lo que es vivir bajo el yugo de una dictadura) sea tan esclava de las modas que nos hacen a todos iguales, casi clónicos. Todos cambiamos como un rebaño: en masa (fuenteovejuna, todos a una). Y por temporadas. Ahora estamos en el boom del tatoo y el piercing. Cada día me cuesta más ver a alguien que no luzca tinta o ferralla sobre las carnes... Con el tiempo (si no cambia la moda, ¡que cambiará la muy voluble!) será imposible pasar un control de metales en un aeropuerto. Y ya se sabe: alguien comenzó, otro le copió, otro más se sumó y aún otro más no se quiso quedar solo... No me atrevo a preguntar "oye, ¿y por qué llevas ese tatuaje y ese piercing?", porque me temo que me van a responder que porque les gusta. Pero hay un motivo mucho más enterrado, más subconsciente, que es el que habría que descubrir.
Raindrop sigue su viaje. Hasta pronto y no olvides que sigo close2u