"Pilato le preguntó: ¿Y qué es la verdad?"
(Evangelio según San Juan, cap. 18: 38)
Quien conozca algo de béisbol tendrá alguna pista para decidir cuál de los tres árbitros tiene razón acerca de cómo deben cantarse las bolas y los strikes, tal como E. Griffin lo ilustra en A first look at communication theory:
- El primer árbitro dice: Unas son bolas, otras son strikes; las canto tal como son.
- El segundo afirma: Unas son bolas, otras son strikes; son como yo las veo.
- Y el tercero asevera: Unas son bolas, otras son strikes; pero nada son hasta que yo las canto.
¿Cuál de los tres da la explicación más convincente?
Mientras que el primero cree percibir la realidad de forma objetiva, el segundo árbitro parece menos convencido de que la realidad pueda ser percibida de forma exacta y el tercero declara que los envíos del lanzador no son nada hasta que él les dé nombre. ¿Quién tiene razón?
Para Griffin, la mayoría de los teóricos modernos de la percepción humana parecen dar la razón al tercer árbitro. Según ellos, la realidad está en el ojo del que mira ("La realidad no es tanto un asunto de lo que ocurre allá afuera, como de lo que ocurre aquí dentro: en la mente", escribe Griffin). La verdad sería que el lanzamiento no es bola o strike hasta el momento en que el árbitro le pone nombre y esto sólo ocurre después de que lo haya percibido y juzgado de acuerdo con su propia experiencia. En Communication theories: origins, methods, uses (de W. Severin y J. Tankard), estudiosos de la percepción humana, como Berelson y Steiner, señalan que ésta es parte de un complejo y activo proceso a través del cual la gente relaciona, organiza e interpreta estímulos sensoriales con el fin de darles una imagen coherente y significativa del mundo. Es un proceso complejo y activo porque los estímulos que nos llegan del ambiente son transformados por medio de dos tipos de filtros: los perceptuales y los psicológicos (que, a su vez, podríamos clasificar en factores cognitivos y factores motivacionales). No tiene sentido seguir profundizando ahora en este asunto, que estoy seguro de que ha quedado entendido. Una última prueba del algodón: colocamos a dos aficionados al fútbol (uno, hincha del equipo alfa y el otro del equipo beta, equpos de histórica rivalidad... prefiero no dar nombres, que cada cual les ponga los que prefiera) frente a una retransmisión de un partido que enfrenta a ambos equipos. En un lance del juego, hay un encontronazo en el área entre un defensa de alfa y un delantero de beta. El aficionado de beta llega a ver penalty indiscutible y tarjeta roja para el defensa rival. Pero, si pudiéramos manipular la retransmisión, de modo que se viera la misma jugada pero cambiados los colores de los equipos, es muy probable que, ahora (en la misma situación, pero cambiando a los jugadores), el aficionado de beta dijera que el delantero se ha tirado a la piscina y que merece una tarjeta amarilla por simular la falta. En fin, cosas de las percepciones.
Esta semana, recibí una llamada de mi gran amigo A. Estuvimos poniéndonos al día y hablando largo y tendido de infinidad de cosas y también (por supuesto) de una de nuestras grandes aficiones: el ajedrez. En un momento, estuvimos conversando acerca de cómo la presencia de los ordenadores en el ajedrez había cambiado la forma de jugar, y A dijo que las máquinas nos estaban enseñando ahora a nosotros. La introducción de ordenadores en el juego del ajedrez ha supuesto, opinaba él (y creo que con acierto), una búsqueda de la verdad que estamos aprendiendo de las mismas máquinas. Nuestra subjetividad enfrentada a su objetividad. Es cierto que a un procesador programado para jugar al ajedrez no se le va a acelerar el pulso cuando se le plantee una celada o se le ofrezca un sacrificio de material con fines tácticos para ganar iniciativa, ni le van a dar sudores por enfrentarse a una posición delicada. A mí, sí. Hay momentos de una partida en que notas cómo te revuelves en tu asiento sin poder evitarlo o se te abren los ojos de par en par. No somos máquinas, y la presencia de esas reacciones (a veces, precisamente se busca provocar ese desconcierto en el rival) puede suponer un error, incluso por un exceso de alarma. Pero también es cierto que una máquina no va a disfrutar con la belleza de un extraordinario juego combinativo ni va a sentir la satisfacción de una victoria. Su verdad es una verdad objetiva en extremo, aséptica y no contaminada por sentimientos.
Y siguiendo por la vía de estos pensamientos (y ya que el ajedrez tiene también mucho de arte), estaba reflexionando hoy mismo en cómo la incursión de las máquinas en los procesos de producción artística también ha ido transformando lo que entendemos como Artes. ¿Cómo está siendo la verdad de la máquina en el terreno de Artes como lo son (en el sentido más amplio de los términos) la arquitectura y la ingeniería? Para comprenderlo, habría que explicar el origen de esta compleja cuestión tal como la entendemos en nuestros días y, por tanto, remontarse hasta los años de la Revolución Industrial. Con la primera (pasada la mitad del siglo XVIII) y segunda (a fines del XIX) revoluciones tecnológicas, los procesos industriales empezaron a formar parte de la producción artística: en la construcción, en las artes decorativas... incluso en la música. Los debates que se plantearon en los primeros momentos fueron de lo más interesante puesto que había nuevas situaciones que abordar. Críticos, artistas, movimientos y corrientes no pudieron mantenerse ajenos a ello. Imposible tratar aquí todos los aspectos de un asunto tan extenso, así que sólo haré referencia a unos ejemplos muy concretos.
En primer lugar, decir que las Exposiciones Internacionales se convirtieron en los foros idóneos para que el gran público comenzara a familiarizarse con los nuevos materiales y las nuevas formas fruto de la industria reciente. La Tour Eiffel o el Crystal Palace de Paxton son claros ejemplos. Provocaron, en ocasiones, duras reacciones de intelectuales críticos, pero el camino comenzado ya no podría abandonarse. Se indagó también acerca de las formas y dimensiones de la nueva ciudad industrial (quedará como hito destacable el proyecto teórico de Tony Garnier, a principios del pasado siglo) y las exposiciones de Arts and Crafts (a partir de 1888) y el Deutscher Werkbund (fundado éste en 1907) entrarán en plena ebullición, alimentados por la llama de estos planteamientos. En la primera mitad del siglo XIX, se utilizó la producción industrial de modo tan nefasto en este campo que redujo considerablemente la calidad de los productos. Antiguamente, la producción de valor podía distinguirse de la corriente por la excelencia formal y, además, por otras cualidades más tangibles: la riqueza del diseño, la precisión de la ejecución y los materiales preciosos. Pero la producción industrial hace suyas fácilmente las dos primeras cualidades: la complicación del diseño ya no es un obstáculo económico (basta un troquel para producir un número indefinido de piezas) y la precisión con que los objetos son acabados a máquina es, con mucho, superior a la que cualquier antiguo artesano conseguía obtener a mano. Queda la diferencia de materiales, pero la industria, por medio de ingeniosos procedimientos, llega a ser capaz de imitar rápidamente los materiales más diversos y se pierde el gusto por la presentación escueta en madera, piedra o metal. Esta imitación simplista, que convierte en mentirosa a la máquina, es la causa principal de que el nivel medio en la producción de objetos de uso común descienda considerable y velozmente. También, realizado un balance de la producción industrial en la exposición de 1851, se llega a la conclusión de que el arte decorativo europeo ofrece el espectáculo de una impresionante decadencia. La situación es tal que empuja a la acción a cierto número de expertos que intentan poner remedio y elevar la calidad de la producción, reanudando los vínculos rotos entre artes mayores y artes menores. Empieza así, entrada la segunda mitad del XIX, el movimiento para la reforma de las artes aplicadas, y se instala en Inglaterra, donde los inconvenientes de la producción en serie se han puesto de manifiesto antes y a una mayor escala.
(imagen de este párrafo: Joseph M. William Turner, Lluvia, vapor y velocidad -el Great Eastern Railway-, 1839)
Ahora, doy un salto pasando por encima de las aportaciones y críticas de John Ruskin y William Morris (este último asoció, en el plano político, la producción mecánica al sistema capitalista, vaticinando en un primer momento que la revolución socialista suprimiría la mecanización del trabajo y sustituiría las grandes aglomeraciones urbanas por pequeñas comunidades donde los objetos útiles serían producidos por procedimientos artesanales), para llegar hasta Henry Van de Velde, asociado al art nouveau pero también emparentado con el Werkbund. Desde un primer momento, su intención es la de poner en claro los fundamentos del movimiento y formular sus experiencias de modo que puedan transmitirse y den paso a una renovación general de los métodos de proyectar. Recogió, por primera vez en Europa, el principio moral de las enseñanzas de Morris para desarrollarlo con extraordinaria agudeza. En la primera ocasión que tiene Van de Velde para trabajar en decoración (el arreglo de su casa de Uccle, cerca de Bruselas, en 1894), de acuerdo con sus principios se propone buscar para cada elemento formal una justificación objetiva de orden funcional (en la medida de lo posible) o de orden psicológico, aplicando las teorías de la Einfühlung, en boga por entonces. Desde 1907 (año de fundación de la organización cultural alemana más importante de la preguerra: el Deutscher Werkbund), la actividad de Van de Velde está estrechamente ligada a la de los maestros alemanes, en el seno de este organismo que puede ser considerado como matriz del Movimiento Moderno. Según su propio estatuto, la finalidad del Werkbund era ennoblecer el trabajo artesano, relacionándolo con el arte y con la industria. Recogió la herencia de las asociaciones inglesas inspiradas en la enseñanza de Morris, pero con una diferencia importante: no apunta apriorísticamente hacia la artesanía, ni quiere oponerse a los métodos de trabajo en serie propios de la producción corriente. Pero así, el Werkbund, proponiéndose reunir arte, industria y artesanía, actuando de hecho con procesos y tradiciones diferentes a otros ejemplos de origen medieval aún en funcionamiento en aquel momento (como el Art Workers Guild), abre un problema de método hasta entonces indeterminado, cubierto por la ambigua fórmula de “trabajo de calidad” (Qualitätsarbeit). Así es como empiezan en seguida las discusiones entre las tendencias opuestas: entre los partidarios de la estandarización (Typisierung) y los de la libertad de proyecto, entre los que apoyan el arte y los que apoyan la economía, y, en 1914, entre Hermann Muthesius y Henry Van de Velde.
(imagen de este párrafo: caricatura de Karl Arnold sobre la polémica del congreso del Werkbund de 1914. Van de Velde propone la silla individual, Muthesius propone la silla tipo, y el carpintero hace la silla para sentarse)
Mientras tanto, entre 1907 y 1914, la nueva generación de arquitectos alemanes está madurando en el Werkbund: Gropius, Mies van der Rohe, Taut, teniendo como mediadores entre esta generación y la precedente a Van de Velde y a Peter Behrens. La clara visión teórica del problema arquitectónico de Van de Velde le había hecho estar precisamente allí, donde se está gestando (entre dificultades de todo tipo) la solución más completa y fructífera. Su limitación respecto a los fundadores del Movimiento Moderno es, en el fondo, una limitación de sensibilidad. Se diría que Van de Velde está sorprendido por la velocidad de los procesos y teme que en las grandes empresas organizativas de los alemanes se rompa el delicado equilibrio de la expresión artística. Y es en este sentido como debe entenderse su choque con Muthesius (éste, partidario de la estandarización, mientras que Van de Velde lo era del individualismo) en la reunión del Werkbund de 1914. Pero su posición no es inquebrantable. Más bien, se trata de la trasposición de un juicio artístico al plano teórico, porque quien había participado en la formación del art nouveau, en el refinado ambiente de la Bruselas fin de siècle, no podía aceptar fácilmente las ofensivas simplificaciones de los alemanes en los años que preceden a la guerra mundial. En la larga trayectoria de Henry Van de Velde, hasta su muerte en 1957, apoyó siempre las experiencias renovadoras de las sucesivas generaciones, aunque manteniéndose a distancia para evitar posiciones más activas. La primera parte de su autobiografía concluye con estas palabras:
Como el mal, que lucha perpetuamente por corromper la virtud, igualmente, a través de la historia del arte, un tumor maligno no ha cejado en su intento de manchar o deformar los más puros ideales de belleza del hombre. El breve paréntesis del art nouveau, aquel efímero movimiento sin más leyes que su propio capricho fue seguido (...) por los vacilantes comienzos de un nuevo estilo, por fin disciplinado y proporcionado, el estilo de nuestro tiempo. Dos guerras mundiales han prolongado su difícil crecimiento, pero paso a paso prosigue su camino consciente hacia la madurez. Y, cuando haya sido finalmente alcanzada, la madurez coincidirá con la instauración de una estética racionalizada, en la cual la belleza y la forma serán inmunes a la infección continua del dañino parásito: la fantasía. (Geschichte meines Lebens, Munich, 1962)
¡Ay, Henry, la sorpresa que te llevarías si levantaras la cabeza!
Después de esta parada, viajaré durante un rato a lugares muuuyyyy lejanos y a toda pastilla (o a toda máquina),
al son de un ritmo frenético. Para variar.
Si alguien se apunta... ;D
post scríptum
Por dos caminitos distintos, me ha llegado en esta semana un mismo regalo. Tormenta y Sara los han recorrido hasta aquí y me han concedido el PREMIO CALIDEZ. Y quiero rectificar la frase: nos ha llegado en esta semana el PREMIO CALIDEZ que nos han concedido nuestras amigas Tormenta y Sara. Así, en primera persona del plural, porque la calidez se debe al agradable calorcito de todos los visitantes y comentaristas que anidamos en close2u. Al recibir un premio de esta categoría, jamás pienso en haberlo merecido. Lo digo porque un premio merecido es el pago a un concurso; pero nunca he entendido este blog como si fuera participante de un concurso de popularidad o algo por el estilo. Me siento feliz con cada palabra que, como amigos, me dedicáis en los comentarios. Y seguirá siendo así. Y seguiré ruborizándome con el afecto generoso de los premios que sé que me (nos) conceden quienes me quieren y sólo por eso: porque me quieren, no porque lo merezca. Os agradezco de corazón, tanto a Tormenta (que ahora mismo está en plena desconexión por cambio de destino, pero ¡cuántos buenos momentos compartidos!) como a Sara (a quien estoy conociendo desde hace menos tiempo, y es todo un placer).
Y ahora viene el marrón de pasarlo a otro amigo-bloguero... Lo que me pide el cuerpo es dárselo a todos, pero tampoco se trata de eso. Ya sabéis que os quiero a cada uno y a cada una. Por este motivo, todos deberíais recibirlo... Pensé incluso en organizar una votación entre todos los amigos, ya que el premio es tan vuestro como mío... Pero no acabo de visualizar la forma. Así que me vais a perdonar si me autoconcedo la facultad de pasar nuestro premio: me acuerdo especialmente de Avellaneda, que también está en desconexión temporal por motivos personales y, por tanto, es muy posible que no llegue a recibirlo en breve. Pero pienso que podría ser una sorpresita agradable para su retorno. Por eso, en este caso pido comprensión a los que no nombro, pero que sabéis de sobra que estáis en mi cabeza:
¡¡Os quiero un montón!!
Yo, sin saber nada de béisbol, también estoy con el tercer árbitro, auqnue mucha gente puede opinar otra cosa. (lo blanco es blanco, lo negro es negro, etc)
ResponderEliminarVeamos..segundo tema..tus post me encantan porque te despiertan, con tanto tema relacionado..a lo mio...ajedrez.
Curioso tema, las máquinas nos están enseñando? A mi me parece más bien que jugar contra una máquina no tiene ni la décima parte de gracia que jugar contra una persona, por lo que bien dices tú, puedes ver cuando está satisfecho con una jugada, se alarma, le interesa un movimiento...es más emocionante. El ajedrez es un juego..que más da si son más "perfectas" si se pierde la emoción del juego?
Tercer topic, mancraftship & machines. Pues sí, cuando se pasó a la producción en serie, con grandes lotes, se perdió mucho del arte de la producción artesana, primando los tiempos y cantidades, aunque desde los años 70 cada vez va primando más la calidad, el satisfacer las necesidades del cliente y reducir los lotes, aumentando la flexibilidad, con o que se "vuelve" un poco a la artesanía que se había descartado.
No conocía ni al Werkbund ni a Van de Velde, así que mil gracias por presentárnoslos. Muy interesante, ya me has dado tema para "urgar"
Por ultimo, felicidades por el premio!! :-)
Un abrazo
Pues ante todo tengo que agradecerte que me has puesto al dia en temas desconocidos para mi, en cuanto a arquitectura...hay que ver lo que se aprende en los blogs!!!
ResponderEliminarPor otro lado el viaje (frenético sin duda) al que he decidido entrar...uff!, pero ha estado muy bien, eh??
Enhorabuena por ese premio tan merecido que te han dado, y gracias por darle una visión tan humilde.
Si es que eres un sol!!!
Besos de lunes!
Muy interesante el post, y muy completo.
ResponderEliminarDesde mi óptica la realidad esta ahí fuera y es tozuda, aunque sobre ella existan muchas miradas.
La verdad y la realidad están para encontrarlas, con independencia de nuestro gran angular.
Por otro lado, muy bueno eso de la fantasía, es un mal muy peligroso y mas la creatividad.
Enhorabuena por el premio te lo mereces.
Un saludo
poledra
ResponderEliminar¿aficionada al ajedrez? genial!!
Desde luego que las máquinas que juegan al ajedrez, las muy capullas, no se alteran lo más mínimo ante el juego (ni para bien ni para mal). Pero es eso precisamente lo que da un tremendo baño de verdad a su juego. Recerdo a ajedrecistas famosísimos (por ejemplo, el campeón Mikhail Tahl) que basaban parte de su juego en la guerra psicológica, en su actitud frente al rival. Su sola mirada era mayor amenaza que un jaque. Esto hace que las partidas se llenen de errores, lo que se descubre al analizarlas a posteriori.
A pesar de todo, personalmente, sigo prefiriendo las partidas con emoción: tête-à-tête ;D
En cuanto a la historia de la producción industrial y la arquitectuta, son apasionantes aquellos años antes de la primera guerra mundial.
Felicidades también a ti por nuestro premio :D
besos
xiketä
En los años en que estudié estas consideraciones, sobre todo en la asignatura de estética y composición en la ETSAC, comenzó paralelamente mi afición por la F-1. Me enamoré perdidamente de aquellas máquinas que evolucionaban año a año buscando la optimización de una función específica: ser veloces.
(también se les exige que sean seguras, por supuesto)
El viaje... sí, un desquite a toda máquina, nada que ver con el de Norah Jones. The Future Sound of London pisan fuerte el acelerador.
jajaj insisto: nada de merecido, el premio. Lo que pasa es que nos queremos mucho. También es tuyo, ya lo sabes.
besos
estrella altair
Imposible extenderse en un tema que me apasiona, donde las percepciones y la objetividad siempre estarán a prueba y donde las máquinas nos ponen algo de equilibrio, incluso en planos estrictamente del espíritu humano como es el arte. Pero por algo había que empezar :D
Parece curioso que Van de Velde hable de la fantasía como si fuera el mal personificado (a muchos les parecerá sorprendente), pero hay que darse cuenta de en qué contexto está hablando. Es la fantasía como farsa que entorpece esa búsqueda de la verdad en el arte (y que tantos arquitectos practican hoy en día: Gehry, por ejemplo). Yo no la asociaría a la creatividad, que sí interviene en esa búsqueda.
El premio: ya sabes que nos pertenece a todos por igual.
besos
Bueno... tu escrito me ha dejado alucinada, me parece buenisimo...te contesto por partes!
ResponderEliminarEn cuanto a la primera parte de tu escrito y al igual que Poledra, sin saber absolutamente nada de beisbol pues abogo por EL CONSENSO, LA ASERTIVIDAD, EL ACERCAMIENTO DE POSTURAS, EL PONERSE SIEMPRE EN EL LUGAR DEL OTRO,como entenderiamos casi todas las cosas...
En cuanto a las máquinas que decirte...ni revolución industrial ni gaitas (perdón por la expresión)por muchas máquinas que nos den como la emoción de sentir la humanidad con nuestros fallos, errores, aciertos...pues no hay nada, la máquina sólo para ayudar al hombre no para desplazarlo, eso nunca porque de lo contrario yo me apunto al "ludismo".
El viaje al que nos has invitado ufff!!impresionante Raindrop.
Y el premio disfrutalo que lo tienes merecido por tu calidez, de verdad! yo al menos estos premios los acepto y los otorgo con esa condición, con el querer de corazón otorgarlos y recibirlos, de lo contrario no tendrían sentido nuestros blogs, que como tú muy bien dices no pretenden el concurso pero si acercarnos todos un poquito más a todos.
un abrazo
Gracias guapo!!! por compartir con nosotros tu regalo (eres, como bien dice Xiquetä, un sol). Nosotros tambien te queremos!!! (permitirme utilizar la primera persona del plural).
ResponderEliminarSobre el post y por partes (que original... jajajaja... como todos...)
Yo tampoco sé mucho de béisbol, pero no creo estar de acuerdo con el tercer arbitro. No creo que la realidad este en los ojos de quien ve, al menos en ese caso... Si una bola es bola pues es bola la vea quien la vea... Pongamos el ejemplo de futbol (que aunque no entiendo mucho pues oye algo más me suena) si un jugador toca la pelota con la mano es "mano" y falta. Bien, el arbitro a) no lo ve y no lo pita; el arbitro b) lo pita y el c) lo ve, pero se hace el despistado y no lo pita y dice frase similar a "no lo he visto y hasta que yo no digo que es falta no es falta... (jejejej... bueno sí pongamos que es un poquito tramposillo). El arbitro es quien pita o no, quien decide que es falta o no pero seguira siendo "mano" para los tres, independientemente de su decisión...
Sobre el tema de las máquinas, revolución industrial hace mucho tiempo que no hablaba de esos temas... pero que bien me hubieses venido para algún que otro examen del colegio ;-)
Es cierto que la máquinas no disfrutan como nosotros de trabajo artesano, o jugando al ajedrez, y gracias a dios aún habra artesanos y jugadores de ajedrez para el disfrute tb de aquellos que los vemos y disfrutamos de sus artículos. El otro día, en Cantabria, traje un par de llaveros hechos a mano por un hombre... preciosos, solo puedo decir que eran preciosos...
Besicos!
Opino como Estrella, que hay una realidad ahí fuera. Algo tangible, puro y objetivo en sí mismo, visible sólo si se sabe mirar. Lo demás son nuestras percepciones, las de los otros, las de la cantidad de aire o agua que tengamos delante y toda nuestra carga interior.
ResponderEliminarEl viaje me ha encantado, aunque recuerdo que una vez un antiguo amigo puso el salvapantallas del Mac, todo de galaxias, lunas, soles... con la voz de Billie Holiday de fondo. No se me ocurre ya otra música para el Universo.
Un abrazo.
sara
ResponderEliminarA fin de cuentas, las máquinas han traído verdad (objetividad) a la especie humana. Piensa en el plano de la medicina: gracias a las máquinas se pueden hacer diagnósticos precisos y descubrimientos que nos acercan a las realidades del mundo en que vivimos. Es como salir de la superstición y entrar de lleno en la ciencia.
Es posible que en el campo del arte esto se discuta más. Pero sin motivo. El arte también debe ser racional. ¿Cómo distingo si no al verdadero artista del charlatán aprovechado que sólo intenta venderme la moto subiéndose al carro de una vanguardia incomprensible? El arte debe entenderse. Sobran gurús.
En el campo de la arquitectura, los procesos de la máquina han traído aire fresco.
Una vez más: gracias por el premio, has sido muy amable :D
besos
nerea
Ya sabes que el premio es tan tuyo como mío, lo digo de corazón :D
En el béisbol (cambiando de tema) no existe una regla precisa que diga si un lanzamiento es bola o strike. Es algo aproximado. Queda a criterio del árbitro. Y, en el tema del fútbol, pasa a veces lo mismo: escuchas a varios árbitros pronunciarse sobre un penalty (después de verlo repetido una y otra vez), y unos dicen que sí lo es y otros que no... ¿quién tiene razón? Es difícil: hay zonas intermedias donde es complicado decidir.
jajaj ¿y si te hacen un llavero "a máquina" y te dicen que lo ha hecho un artesano? Seguro que no notas la diferencia ;D
besos
carmen
¿Está nuestro cerebro preparado para conocer esa VERDAD? De momento, hemos creado un lenguaje, las matemáticas, que parece funcionar con la física del cosmos. Y también hemos creado máquinas que hablan ese lenguaje y nos llevan más lejos de lo que nosotros podemos llegar. Así, terminamos aprendiendo de las máquinas. A mí me parece algo extraordinario: fabricarse a su propio maestro. Aunque, sí, es más complicado que lo dicho... apenas estoy haciendo una simplificación.
¿Billie Holiday? No se me habría ocurrido como banda sonora para un viaje espacial, pero tiene buena pinta.
besos
jajajajaaj.... no este era artesano pq el puesto era de un hombrecillo mayor que estaba en la calle con todos sus utensilios a la vista... Además era el típico hombrecillo de pueblo que te los vende mientras los va haciendo...
ResponderEliminarBesicos :-D
Impresionante post,
ResponderEliminarMe resulta especialmente interesante la idea apuntada sobre la racionalización en el arte, la búsqueda de la verdad desprovista de fantasía. Que la razón permita colocar en su sitio a la obra creada, dotarla de estructura, funcionalidad, existencia útil. Que la obra sea realmente lo importante, con un porqué por detrás, y no las fantasías locas del autor, sin fundamento ni razón de ser.
Enhorabuena por el premio, que bien mereces. Y enhorabuena por haber escogido tan bien a la persona que se lo entregas, nuestra querida Avellaneda. La calidez compartida es el mejor de los abrazos y de los apoyos. Precioso detalle, Raindrop.
Un beso bien grande.
En esta ocasión me voy a centrar en el primer tema que sacas porque a mi me parecer ¡está tan claro! jajajaja.
ResponderEliminarVamos a ver... El árbitro debe cantar lo que cree que ha visto en función de criterios objetivos pero su manera de percibirlo siempre lo será a través de medios subjetivos... Es decir. Estoy totalmente de acuerdo con el primero porque:
- El no ve un lanzamiento y decide si es bola o strike. Él ve un lanzamiento con características de bola o con características de strike. O ve una bola o ve un strike.
- Una vez que él dice lo que ha visto automáticamente se convierte en eso que él ha cantado. Si ha dicho bola es bola.
- Por tanto: él canta lo que ve y lo que ve es lo que es, por lo que él canta lo que es. Es un simple silogismo.
La lógica siempre me ha encantado.
jajaja.
Por supuesto está el tema de que se puede haber equivocado, puede haberlo visto mal o habérsele escapado algún detalle, pero ahí está parte de la magia del deporte, porque si no usarían los medios técnicos para tomar esas decisiones, verían primero la grabación y luego decidirían, pero no lo hacen.
Por tanto podríamos estar de acuerdo con el último también, pues el lanzamiento va a ser lo que él diga, no lo que es en realidad, pero si estuviéramos de acuerdo con ese planteamiento estaríamos aceptando el poder del árbitro para no basarse en criterios objetivos y no es así, tiene la obligación de hacerlo.
Extrapolándolo a la vida diríamos que todo el que tiene el poder de tomar decisiones también tiene la obligación de estudiar los datos en los que se basa con objetividad y argumentar sus decisiones... Todo poder conlleva una responsabilidad, no se puede decir "es bola porque yo lo digo".
¿No lo ves clarísimo? jeje...
nerea
ResponderEliminarjajaja era un caso hipotético :D
Una máquina puede realizar el mismo trabajo de una persona (con idéntico resultado) y en mucho menos tiempo.
besos, mañica ;)
tamara
El asunto de la racionalización del arte lo has pillado a la perfección. Era la idea más importante que quería transmitir.
Y pienso que racionalizar el arte es el mejor filtro para evitar que se cuelen los farsantes.
Hay a quien le parezca que esto es quitar el puro sentimiento. Pero nada más lejos de la realidad: nuestro cerebro lo controla todo en el proceso creador (por supuesto, también el tipo de sentimientos o sensaciones que se pretende provocar) y, por tanto, puede explicarse. El asunto es que no haya fundamento ninguno y se desenmascare al pillo.
El premio es tan de avellaneda como mío... y pensé que, en estos momentos, a ella le puede hacer más falta. Me acuerdo mucho de ella y espero que todo le vaya muy bien. Ya le informé vía e-mail que le espera este regalito :D
besos
soloyo
Puede ser tan sencillo como lo cuentas y, la verdad, tan complicado como lo cuentas ;)
Quiero decir que asumir la subjetividad no siempre es fácil. Piensa en todas las áreas de la vida: medicina, justicia, educación, arte... Y, con frecuencia, se desconfía de las máquinas en tareas que se consideran "puramente humanas". Fíjate en un tonto-ejemplo: en las pelis de ciencia-ficción donde un procesador suele asumir un papel "humanizado", al final siempre suele fallar como escopeta de ferias y acaba montándola bien gorda... ¡qué cosas!
Me alegro de tenerte de visita, guapa :D (¡qué digo, "visita", si estás en tu casa!)
besooooooos
Je je, con tu permiso, ya se lo he soplado yo, porque aunque no tiene acceso a una conexión en su casa ahora, este tipo de detalles le van a dar toneladas de ánimos.
ResponderEliminarMuchos besos, guapo.
existencia -o no- de "la" verdad, percepcion, emociones, historia, arquitectura y su historia como huella indeleble -o casi- de las mutaciones del espiritu humano y de remate, el cosmos... woah, me lo regalo, este post, hiciste compendio de "mis" temas. ni siquiera necesito comentar :D
ResponderEliminartamara
ResponderEliminarPor supuesto, tenías mi permiso :D
Y le envías un fuerte abrazo de mi parte.
besos para ambas
p
Me llena de satisfacción que te haya gustado tanto. Gracias por tu entusiasmo :D
un beso, amiga
Hola Rain!!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe quedo con la sentencia del 3er árbitro de beísbol..
Unas son bolas, otras son strikes; pero nada son hasta que yo las canto.
Jaja, y es que lo que es verdad, si nos es ajeno, no lo conocemos. Ha de experimentarse una vivencia para conocerla.
Y, el ajedrez, que me encanta; aunque no me atrevería a jugarlo contigo ...
Para terminar, una rima de Bécquer a mi manera:
-Y ¿qué es la verdad, R.?
¿Y tú me lo preguntas? La verdad eres tú.
Un beso.
Todavía no se en que revista especializada podías colgar el artículo pero estaría muy bien en algún cultural de tronío. Muy bueno aunque un tanto inaccesible para mi. He estado en varios partidos de beisbol y son un coñazo del 8. Cerveza, perritos, himno americano y muchas horas de tedio. Todavía no conozco algunas de las normas, ni ganas. La cuestión es que el mundo funciona así, en los tres niveles de percepción. Algunos son la ley, se creen dioses, otros la interpretan, y varios resuelven lo que creen que está mal hecho. Todo en aras de matizar que la verdad no siempre se corresponde con la visión que los que dictaminan tienen de las cosas.
ResponderEliminar¿Arte? Después de hacer caso a los iluminados y demás fauna, el arte es aquello que me hace sentir bien estando a su lado. Sin maestros ni teorías, solo con mi sensibilidad, aceptando que un cuadro que no me gusta se pueda vender por millones y que uno que me gusta lo encuentre en un basurero. Me encantan las antiguedades pero no admitiría en mi casa un objeto por el mero hecho de estar bien hecho. (artesanía) sino que debe ser bonito y tener una función que no sea limpiarle el polvo.
Por último, ya que te gusta la F1, quizás alguna vez no veamos en los foros de F1latam.com.
Fuerte abrazo, maestro.
yuria
ResponderEliminar¡Hola, alegría de la casa! :D
Coincido contigo en el tema beisbolístico.
jajaj ¿cómo que no te atreverías a jugar al ajedrez conmigo? Si no me como a nadie, sólo las piezas ;D
(y que sepas que mi nivel es medio-bajo, eh, pero esto es un secreto jiji)
¿La verdad, yo? jajaj ¡qué va! apenas soy otro sujeto perceptor, nada más.
besoooooos
instigador
No te creas, no digo nada que no se haya dicho ya. Apenas retomo (por profundo convencimiento, eso sí) lo que enseñaron los maestros ...los que yo considero buenos maestros, claro.
El tema de las percepciones es tal como dices: lleno de subjetividad. Es interesante ver cómo esto se contrapone a la objetividad de la máquina. Siempre he oído decir que se le quita la "salsa" al fútbol introduciendo máquinas para asistir al arbitraje. Y sólo porque se reduciría la polémica, el favoritismo o qué sé yo. Pero esto no tiene nada de objetividad.
Oye, la F1 es una pasión que ahora llevo con mucha discreción. Es que siempre me fastidiaron las modas.
En cuanto al asunto del Arte, opino que tienes una visión del arte muy correcta desde el punto de vista del espectador. El problema es que haya creadores que tengan precisamente esa misma visión. Es un tanto demagógico y acaban descubriéndose a sí mismos: nulo contenido, nulos argumentos = todo vale. Una penita. Es preciso exigir más de quien crea arte.
un fuerte abrazo
Hola Rain, solo un momento para darte mil gracias por el honor que concedes a todos en dar ese premio que bien mereces y en particular por acordarte de mi... espero recuperar un poco mi vida en estos días, mañana regreso y espero ponerme al día
ResponderEliminarUn besazo enorme y mil gracias, pero también digo que si mi rincón tiene esa agradable mención es gracias a los qeu lo visitais y comentais
Te espero con los brazos abiertos.
ResponderEliminarGracias compartidas, ya sabes :D
un súper-besazo