"En los postreros días vendrá gente que, burlándose, diga: (...) Desde que murieron nuestros antepasados todo permanece igual a como era en un principio".
(2ª Epístola de San pedro, cap. 3: 3, 4)
Con los años, un rostro se transforma en una máscara que, en lugar de cubrir, revela mucho de lo que se es y se ha sido. Unos lucen ahí, en las mejillas, los pliegues de una sonrisa del alma que se ha dado tropecientas veces en la vida. Otros, lo que llevan bien labrada en el ceño es la marca del enojo. La frente se surca de preocupaciones, los ojos de guiños y los labios de silbos y besos. Además del trabajo duro de la gravedad y del azote curtidor de sol, viento y otras caricias, nuestra faz nos la cincelamos nosotros mismos con los años a fuerza de sacar hacia afuera el mundo interior. Quizás no sea muy exacto, habiendo tantos pinceles distintos trazando en el mismo lienzo. Un accidente de la vida puede ser la mano torpe que destroza una obra maestra y una intervención quirúrgica puede arrancar de nuestra superficie años de historia o, al menos, algún que otro momento para el olvido.
De lo que no tengo tantas dudas es del trabajo de ingeniería de caminos que nuestros pensamientos obran en nuestro cerebro. Acertó quien ya hace años recalcó la influencia tan importante de los pensamientos de cada día en lo que acabamos siendo en la vida, sentenciándolo de este modo: Un pensamiento repetido lleva a una acción; las acciones en las que se insiste crean hábitos y, finalmente, los hábitos que se mantienen forjan un carácter. Como quien se abre un camino en la selva a machetazos. Si insistes, perdura. Si lo abandonas, la propia selva se lo va tragando y lo va cerrando al tránsito. En los paseos por el monte, es fácil llegar a toparse con algunos caminos carreteros por los que el paso de carruajes ha grabado profundos carriles en la tierra. Otra carreta que circulara por semejante camino tendría problemas para desviar sus ruedas de la ruta trazada, de tan embebidas que van en los carriles. En nuestros cerebros, como en la tierra moldeable, los pensamientos surcan circuitos neuronales que se van fijando con la repetición, hasta el punto del automatismo. Pero el origen de cada camino neuronal está en lo que anda por nuestra sesera. Es raro que una persona que constantemente tenga pensamientos negativos o destructivos pueda obrar de forma contraria a sus circuitos neuronales de negatividad y destrucción. Lo mismo sucede con las personas que albergan pensamientos positivos y le ponen el freno a los de signo contrario.
Seguro que somos conscientes de la trascendencia de lo que pensamos en cada momento. Esos pensamientos serán los motores de futuras acciones (o de futuras omisiones). Pero no siempre se tiene la suficiente disciplina (o higiene mental) como para espantar o echar afuera de nuestra mente aquellos pensamientos que sabemos que nos pueden hacer daño. Dejar de aplicar este control es una peligrosa negligencia. Como abrir la puerta de casa a los maleantes.
Igual que nuestros hábitos personales se forman de nuestros pensamientos personales, los hábitos colectivos se forman de los pensamientos colectivos (si tal cosa existe). La cuestión es que hay personas que piensan por otras. Por varios motivos: bien porque hay quien delega en otro su capacidad de raciocinio y decisión (¡mal hecho!), bien porque cuando uno aparece en este mundo ya hay mucho pensado de antemano por quienes nos precedieron. Está bien. A esto último se lo puede considerar como experiencia colectiva y ayuda a no repetir errores y progresar más rápido. La ciencia, la técnica, las artes, el conocimiento en general, deben su desarrollo a este proceso de construcción, apoyando la experiencia de unas generaciones sobre la de las precedentes. Luego, está el reverso tenebroso de esta experiencia. La de cosas que asumimos como aceptables y que, en realidad, no lo son tanto. La esclavitud, por ejemplo, pareció buena cosa a muchas personas (sabios incluidos) en el pasado. El Ancien Régime, también. Hasta que hubo una colisión entre estas experiencias desgastadas y los nuevos paradigmas sociales. A veces, este reverso-tenebroso que decía antes se encuadra en lo que se ha llamado tradición. En general, las tradiciones suelen respetarse sin cuestionárselas, pero son (posiblemente) el equipaje de la humanidad que más deberíamos cuestionarnos. En algunos casos (demasiados para mi gusto), si conociéramos el origen de una tradición o si comprendiéramos su sentido real, o su alcance, posiblemente la abandonaríamos. O no... ¿quién sabe? Ya dije hace un momento que la fuerza de un hábito crea automatismos de los que es difícil librarse. Y ésa es la chance de las tradiciones.
Con estas ideas tenía la intención de cumplir algo que le dejé escrito a Tormenta en un comentario de su post El Camino... En él, se reproducía un cuento de Paulo Coelho, donde un borrego acababa marcando el camino de los humanos. Le prometí una historia de monos. Una historia conocida, de ésas que te pueden acabar llegando por e-mail. Y le dije que la incluiría en mi próximo post, porque tenía una moraleja muy parecida a la de Coelho: el proceso de construcción de paradigmas y la dificultad para operar un cambio de paradigma. Así que, va por ti, amiga. Que ya sabes que me encanta el diálogo bloguero.
Un grupo de científicos colocó cinco monos en una jaula. En el centro de ella habían puesto una escalera y, sobre ella, un montón de bananas. Cuando un mono subía la escalera para agarrar las bananas, los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que quedaban en el suelo.
Después de algún tiempo, cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo agarraban para evitar que alcanzara su objetivo. Pasado algún tiempo más, ningún mono se atrevía ya a subir la escalera, a pesar de la tentación de las bananas. Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el recién llegado fue subir la escalera, siendo rápidamente bajado por los otros, quienes le disuadieron por la fuerza de alcanzar las bananas. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.
Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido. Los científicos quedaron, entonces, con un grupo de cinco monos que, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a aquel que intentase llegar a las bananas. Si fuese posible preguntar a algunos de ellos por qué le pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería:
"No sé, aquí las cosas siempre se han hecho así..."
¿Te suena conocido?
Pregúntate a qué paradigma social respondemos y por qué estamos haciendo las cosas de una manera, si es posible que las podamos hacer de otro modo mejor.
"Triste época, la nuestra: es mas fácil desintegrar un átomo que un preconcepto."
Albert Einstein
Yo creo que aunque efectivamente seamos como monos o corderos, que la mayoría de la gente se deje llevar por las corrientes que circula: agresividad, egoísmo, infidelidad, ambición.. y parezca este mundo un rebaño de gente que sólo sigue al perro del pastor, alguin debe haber que no se deje manipular o lavar el cerebro para así poder ser el mismo, ser un ser humano
ResponderEliminarBesos compañero
La costumbre se nos impone.
ResponderEliminarJustamente por eso hay que hacer costumbre de lo justo para suplir injustas costumbres ancestrales.
El experimento de los monos es revelador.
Profundo motivo de reflexión, amigo.
Un abrazo.
A mi lo que más me asusta son los ismos. Fundamentalismo, ultranacionalismo, que hacen de la masa un ente sin mente propia, dispuesto a lo peor en aras de un supuesto bien común. Muy bueno el experimento de los monos. ME suena bastante.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que es sin duda, uno de los mejores post que has escrito, Raindrop, bajo mi punto de vista.
ResponderEliminarRespecto a lo que comentas de "la arruga es bella", es cierto que en las caras de la gente se ve por sus surcos, qué tipo de persona eres. Es un detalle que comparto contigo ya que me he parado a pensarlo en multitud de ocasiones.
La marca de la sonrisa, la marca del ceño, la de los labios, las caras lisas, las muy arrugadas...todo nos describe sin duda.
Al igual que ocurre con la cara, lo es también con el pensamiento, con la mente, como bien explicas. Y es que me ha recordado a mi psicóloga de hace un tiempo, que me decía que me repitiera las cosas positivas de mí misma constantemente, aunque no lo creyera, para que se creasen acciones que a su vez me llevarían a un hábito que formaría mi personalidad....sin duda es cierto!
Lo comprobé.
Y al igual que pasa con uno mismo, ocurre totalmente en la evolución, en la sociedad.
Y si uno está constantemente diciéndose a sí mismo que no vale nada como persona, se convertirá en una acción-hábito-carácter. Pero eso no significa que sea ni cierto, ni correcto.
Y con las tradiciones-costumbres, ocurre idénticamente lo mismo: por mucho que lleve repitiéndose durante siglos, no significa que sea correcto, ni bueno.
Las cosas están para mejorarse, y no hay nada que por antigüedad, deba ser mejor que lo innovador. Por que la vida cambia, los pensamientos evolucionan, y hemos de mirar las cosas desde el corazón, desde la justicia, no desde la "tradición" acepatndola como si fuese intocable.
Muy buena la historia de los monos, y muy ilustrativa para lo que explicas.
Desde luego que si la explotación, la esclavitud, etc no hubiésen terminado, y se mantuviesen por "costumbre", no habríamos llegado hasta donde lo hemos hecho.
Te mando un beso! como de costumbre... ;)
Raindrop, guapísimo, muchas gracias por la historia de verdad, he apurado el café en tu casa, y me gustó, y que gran verdad, que esto sucede, (por desgracia) ahora comprendo,mejor, lo que me quisiste decir en su día.
ResponderEliminarEstoy con Xiketä., me encantó este post, y el de los monos de hace unos meses ya sabes cual te digo,está claro que los monos son interesantes!jaja, no hombre, pero estas historias, hacen reflexionar, como todas las que escribes, unas, tocan más que otras, no sé si me entiendes ...
Un placer como siempre estar por aquí, ya lo sabes!.. un besazo guapo!!!Muackkkkkkkkk!.
http://alabadasealavida.blogspot.com/2007/11/por-qu-huir-de-paradigmas.html
ResponderEliminarJusto hace un año escribí sobre esa historia! ¿te acuerdas?
Me ha encantado el principio, la parte de cómo nuestro rostro cuenta todo...
¿Y no formará parte de nosotros mismos el "actuar como monos"? Lo digo en el sentido de que somos animales sociales, y quizás el no cuestionarnos demasiado las cosas es fundamental para el mantenimiento del status quo.
ResponderEliminarHola Rain, mucho tiempo sin pasar por aquí, ha habido cambios en mi vida....
ResponderEliminarA tu post, es más cómodo vivir en la tradición, o al menos era lo que pensamos hasta que se nos han caido las finanzas mundiales en la cabeza. La naturaleza humana obliga a cambiar.
... Por eso hay crisis, monos habemos muchos, en mi caso lo de mono es por aquello de no olvidarme que existe algo maravilloso en el encuentro entre humanos que es "la sexualidad".
Si no me aferro a esa mona animal, es posible que a mis pies le salieran alas, y volvería a perder el sentido de forma brusca ante el presente en el que convivo.
... Solo hay un mal endémico y de origen en nuestra naturaleza, "la soledad" y no tiene cura. A lo largo de la historia hemos dado muchas vueltas para olvidarnos de esa soledad existencial. Ese "alien" olvidado que llevamos dentro y que se alimenta de nuestras conversaciones interiores.
El mundo si lo miras friamente es aterrador. Es un absoluto fracaso. Por eso me resulta más cómodo mirarnos a través de la lente del mono.
"El SER humano" el que es...
Da vértigo.
Un besin
Siberia
ResponderEliminarAhí tendrías a un ser humano de verdad :D
besos
ybris
Es cierto, la costumbre de lo justo es el mejor antídoto. Si nuestro cerebro funciona a base de repeticiones, ya es hora de que decidamos repetir lo que sabemos que es correcto.
abrazos
el instigador
Sí, esos -ismos son terribles... Me quedo con el impresionismo, el expresionismo, el suprematismo, el cubismo, el realismo... que no me hacen tener a nadie como enemigo. Pero ¡ay, los otros -ismos que mencionas! ¡cuánta sangre sin sentido han derramado!
abrazos
Xiketä
Gracias por tu entusiasmo con este post. Da gusto escribir así :D
Desde luego, cada vez estoy más convencido de que somos lo que pensamos. Así que sólo me queda indagar cuáles son mis pensamientos.
besos
Tormenta
Lo prometido es deuda, ¿no? ;D
Ha sido un placer y me alegra que te haya gustado.
besos
soloyo
Pues lo había olvidado (¡qué memoria!), pero lo recordé en cuanto citaste el link. Me lo volví a leer y sigo coincidiendo con todo lo que decíamos en los comentarios ;D
¿Será que el ser humano también tiene bastante de rumiante?
Oye, lo curioso es que tú también escribiste aquel post en respuesta a un comentario de otro amigo bloguero (Avellaneda en tu caso).
besos
Pilar
De todas formas, la abismal diferencia entre el volumen de masa encefálica que hay entre un chimpancé, orangután o gorila y el ser humano, nos lleva a plantearnos las cosas todo lo necesario. Es un rasgo de nuestra especie (debiera serlo). Lo curioso es que no siempre estemos a la altura de semejante ventaja.
besos
Susana
Me acabo de enterar de tus cambios. Ya sabes que espero y deseo que todo te vaya muy bien.
Fíjate que siendo más de seis mil millones en el planeta, estemos hablando de soledad... ¿qué nos pasa?
Me recuerda mucho a la separatidad de la que habla Fromm en "El arte de amar".
Me ha encantado tu visita.
besos
IMPRESIONANTE TU ENTRADA! impresionante amigo Raindrop, esta entrada tuya da para tanto, tendría tanto que decir que..........soplo, guardo silencio, pienso y se me aturullan las ideas...vuelvo a leerte que me ha encantado y...más quiero decirte, yo creo que a lo que deberíamos aspirar es a volvernos humanos, porque cada vez involucionamos más, cada vez somos más como primates que saltan y saltan de rama en rama, me pregunto,¿por experiencia?¿por tradición?
ResponderEliminarRaindrop quien crees que nos podrá contestar? va a ser, que alomejor algún monito de los del experimento.
Como siempre estimado Raindrop me has dejado SURCOS PROFUNDOS jejejeje, en honor a tu entrada que es buenisima.
Abrazotes
He leído tu post y he recordado un artículo que me ha enviado Tamara esta tarde (como ves tampoco he tenido que recordar mucho :-p), un artículo de Escolar.net titulado "Contra natura" cuyo párrafo dice así:
ResponderEliminar"Lo natural es parir con dolor, morirse antes de cumplir los 30 años, la suciedad, la enfermedad. Lo natural es que uno de cada diez niños no sobreviva al parto, que una de cada veinte madres fallezca al dar a luz. Lo natural es que sólo sobrevivan los más fuertes, que los miopes no lean. Nada más natural que el sarampión, que el cáncer, que la caries, que la peste, que la malaria.
¿Y cómo las respuestas lógicas cambian segun pasan los años y el hombre avanza no? Bien es cierto que tenemos mucho de monos, de repetir esteriotipos, de cincelarlos ese cerebrito pero... no todos, no siempre, hay situaciones que cambian porque nosotros otra cosa no pero cambiar....
Te transcribo otro trozo del artículo que me ha gustado: "La inteligencia es el medio, no el fin: es la forma más útil que han encontrado nuestros genes para perpetuarse, para inmortalizar esa ininterrumpida herencia de ADN que un día consiguió salir del agua, encender el fuego, cincelar sobre piedra la primera palabra, llegar a las estrellas."
Vale, luego también están los tipos como Bush que lo de la inteligencia lo llevan muy mal pero excepciones hay en todo
Por cierto me habeis hecho retrotraerme en el tiempo de los post!! jejee, gracias porque estos refrescos sientan bien :-)
Un beso
HOLA RAIN, amigo. Me siento un poco lejos, será que no tenemos mucho tiempo de leernos,por lo menos yo, que llevo sin entrar 3 ó 4 días, sin visitar a nadie y sin escribir nada.
ResponderEliminarTu post me ha encantado, esos surcos de los que hablas son las huellas de los días, luchamos contra las "líneas de expresión", como ahora las llaman en las droguerías (por no decir arrugas), ¿Mejor conservarlas, mejor destruirlas, con cremas o cirugía? no sé, la cirugía me impone, pero procuro atacarlas como puedo. :)
Y lo de los monos, claro que es muy conocido, y muy bueno. Son esas cosas que seguimos sin explicarnos el por qué. Si algo se debe conservar, adelante, y si no, eliminarlo de la costumbre y adaptar lo que convenga.
Muy bueno este post. Un beso.
A veces pienso que mi gato se cuestiona más y tiene más personalidad que muchos seres humanos y aunque reconozco que no me atraen demasiado ni las tradiciones ni las costumbres, la mayoría de las veces me dejo arrastrar por "el grupo" aunque sea en cuestiones nada importantes.
ResponderEliminarLo que sí es verdad es que el grupo aliena al individuo.
Se nos educa para vivir en grupo, ya sea en pequeños grupos(la familia por ej) o en grandes grupos,te dicen que debes pensar y actuar como la mayoría ....como el grupo,no es bueno cuestionar al grupo pero entonces...¿donde está el ser único e individual que somos cada uno de nosotros?
Sara
ResponderEliminarMe encanta el entusiasmo que tienes y que se contagia con facilidad. Y lo mejor es que sé que seguirás siendo siempre así :D
Gracias por tu comentario.
besos
Avellaneda
En una especie como la nuestra, dotada de libre albedrío, se puede enfrentar "lo natural" a "la capacidad de elección". Lo natural es lo que es, difícil cuestionar su bondad o maldad. Pero cuando elegimos, ya estamos haciendo un juicio de valor (o deberíamos hacerlo) acerca de lo que realmente queremos que sea. Ése es el punto que está en cuestión.
Oye, es cierto ¡qué recuerdos! :D
besos
Yuria
Es cierto, parece que estos días andamos todos algo más atareados, porque mira qué día estoy respondiendo a los comentarios. El ritmo de publicación también lo tengo muy ralentizado. En fin...
Pero siempre es una alegría visitar y recibir visitas.
Sobre el tema del post, siempre llegamos a la conclusión de que mejor pensar las cosas (aunque sea una sola vez), pero luego nos encontramos arrastrados por la costumbre. Bueno, a mí me suele pasar.
besos
Bea
Gracias por tu visita. Bienvenida a ésta que también es tu casita :D
Planteas un tema muy importante: el equilibrio que debe existir entre la libertad individual y la esencia del ser humano como animal político (en términos de Aristóteles). Creo que ese equilibrio aún no está bien resuelto.
besos