(64ª parada)
“Dichosos los pacificadores, pues se les conocerá como hijos de Dios”.
(Evangelio según San Mateo, cap. 5: 9)
Ya verás. El día señalado en el lugar señalado, alguien recibirá un montante de diez millones de coronas suecas y medallita correspondiente reconociéndolo como Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel (aunque el premio no sea sufragado por la Fundación Nobel, sino por el Banco de Suecia). Y se hará mención también a sus logros en el campo de tan maravillosa ciencia (aunque también desde el mundillo de las ciencias se siga discutiendo el carácter científico del discurso económico).
Es cierto que, en los tiempos que corren, cada vez se pone más difícil eso de haber reunido méritos para recibir un premio como el Nobel de la Paz. Pero hay personas que se dejan el pellejo (al margen, por supuesto, de reconocimientos y premios) para intentar traer un soplo de concordia a un mundo que no acaba de aprender a reconciliarse. Pero... ¿Nobel de Economía? ¿para premiar qué cosa...?
- ¿El descubrimiento de nuevas formas de poder para subyugar a naciones enteras?
- ¿La perpetuación de la pobreza?
- ¿La formulación de mecanismos que permitan a los que tienen casi toda la riqueza seguir acaparando hasta completar lo poco que les falta?
- ¿La ausencia de previsión de las políticas económicas en situaciones críticas?
¿...o qué?
Vistos los resultados de las sesudas contribuciones de tan grandes lumbreras de la Economía, no dejo de pensar en el descomunal porcentaje de inutilidad de esos estudios. No entiendo (en realidad, sí entiendo) cómo a una persona que ha trabajado tanto por el desarrollo de una economía sensata, justa y equilibrada, que se puede aplicar a nivel mundial, como ha sido Muhammad Yunus, no se le haya concedido el mencionado galardón. A cambio, fue reconocido como Premio Nobel de la Paz en 2006. Pero es una demostración de los derroteros (vergonzosamente alejados del bienestar de los más necesitados) por los que transitan los economistas. Sirva como paréntesis decir que esta misma semana se emitió, en un canal de la televisión pública de este país, la película española Concursante (gracias, Avellaneda, por dármela a conocer), del director Rodrigo Cortés, y que sirve para reflexionar un tanto acerca de la forma en que se manejan los asuntos del dinero en nuestro querido 'primer mundo'. Llamativa es la escena en que el atribulado protagonista es despachado con cajas destempladas (peor que si fuera la peste) de la casa del personaje Edmundo Figueroa, un viejo economista extravagante y disidente, cuando éste se entera del oficio de su visitante. Sí, es un economista. Pinchando <AQUÍ>, se puede ver una escena bien interesante de este largometraje.
Yunus, banquero y economista de Bangladesh, fue el fundador del Banco Grameen y el desarrollador de los microcréditos. Los microcréditos (concepto ideado por el pakistaní Akhter Hameed Khan) son préstamos de pequeñas cantidades de dinero que se conceden a personas humildes para arrancar sus pequeños proyectos a nivel doméstico. Estas personas no podrían solicitar un préstamo bancario tradicional. Curiosamente, para que una entidad bancaria de las que conocemos se “arriesgue” a prestarnos dinero, deberemos demostrarle en primer lugar que no lo necesitamos: que tenemos un trabajo estable, un montón de propiedades para avalar o personas que nos pudieran prestar esa suma. Y le llaman riesgo. Claro que si necesitas el dinero de verdad... entonces, ni flowers. Bueno, pues en el banco de Yunus es todo lo contrario. Su banco se dedica a conceder créditos solidarios sin garantía a los más necesitados para que puedan realizar una actividad independiente y creativa. Lo mejor de todo es que ha quedado comprobado que el banco es autosostenible (produce beneficios), porque las personas que reciben los microcréditos están más que dispuestas a devolverlos íntegros en unos plazos razonables. Desde luego, su director no saldrá sacando pecho y fardando de los megabeneficios escandalosos que arrojan los balances a final de ejercicio (y luego, aún se atreven a llorar para que papá-Estado les cubra las espaldas); pero sí tendrá la satisfacción de que ha contribuido al bienestar de las clases sociales más desfavorecidas y al desarrollo de las estructuras económicas más elementales de su país. Los Señores del Dinero, supertrajeados y encorbatados, no podrán decir lo mismo. Tampoco parece que les importe demasiado.
Una de las perlas de Yunus:
“El crédito solidario concedido a aquellos que nunca habían pedido un préstamo
refleja el enorme potencial sin explotar que tiene cada ser humano”. (Muhammad Yunus)
A ver si otros toman nota.
Para terminar, sigo recordando el conglomerado de asuntos que me dejó con las tripas en la mano en el post anterior. En los medios siguen sin hablar del Congo, por ejemplo, como si tal país (el más grande y más rico en recursos de África) no existiera. Podría poner en práctica la frase que el personaje Charlie Pace, de la serie Lost (Perdidos) ¡buenísima, oiga!, llevaba tatuada sobre el hombro: Living is easy with eyes closed.
Pero es que no me apetece apagar los faros.
Así que ahí queda una sangrante viñeta de Quino (puede verse en su volumen ¡Cuánta bondad!, ed. Lumen, pág. 58)
(ya sabéis: click en la imagen para ver a lo grande)
Te habla un vergonzante licenciado en Económicas que abominó de ellas en cuanto se enfrentó con la "ley" de la oferta y la demanda y con catedráticos como Fraga Iribarne y Castañeda pero persistió hasta el final gracias a otros catedráticos como Sampedro.
ResponderEliminarDescubrí que en realidad se trataba de estructurar el dominio de pocos contra muchos y acabé dedicándome a la enseñanza de otras convicciones más humanas.
La prueba de la ineficacia de las medidas económicas al uso es lo que está sucediendo ahora y viene sucediendo siempre que todo se ve según el prisma de los de arriba.
Muy oportuna y sabia reflexión la tuya.
Un abrazo.
Bueno planteas muchos temas, con respecto al premio Nóbel, sí creo que puede existir gente honesta que realice estudios económicos interesantes y necesarios para un mejor reparto de la riqueza en este mundo.
ResponderEliminarCon respecto a los microcréditos opino que como todo tienen sus limitaciones y también sé que no llegan a los mas pobres y que en cualquier caso no son la solución, no son un ideal, así sin mas, sin otras medidas complementarias.
Y con respecto al chiste concuerdo... somos privilegiados, al máximo y sinceramente es nuestra obligación en nuestra medida, ayudar lo que podamos.
Un beso
Cuando una supuesta ciencia basa su doctrina en intentar explicar los hechos a posteriori, me hace pensar que no es tal ciencia sino una suerte de arte adivinatoria.
ResponderEliminarDejé de creer en ella cuando participé en un concurso de inversiones en bolsa y compraba acciones de las empresas recomendadas en las páginas salmón de diferentes medios. Todo un desastre.
Hay algo de los microcréditos que no has dicho y me parece importante. Por lo general, no se conceden a hombres, solo a mujeres. ¿Porqué será?
Fuerte abrazo.
Piensa globalmente y actúa localmente, Es una frase muy repetida pero desde que la leí el domingo en una tienda de Atocha, no he parado de darle vueltas. Ahora cuando te leo, cuando conozco un poco más a Muhammad Yunus creo que esta frase tiene mucho más sentido. Puede que tengamos una esperanza, ojalá nuestros banqueros, esos que nos han ido marcando por donde endeudarse copiaran el modelo de este Nobel de la Paz.
ResponderEliminarPor lo que leo, has visto El concursante eh? con el paso de los meses es como si hubiera sido una película profética no? :-).
Un beso utópico empedernido!
Ah y la viñeta de Quino estoy por imprimirla en tamaño poster y pegarlo por todos los sitios que vea!! Gracias por ponerla aquí
ResponderEliminarLa frase de Muhammad Yunus me parece la base del éxito de los microcréditos, y su renovado concepto de la actividad económica. Pero sobre todo me gusta tu idea de la falta de conciencia social en las actividades económicas. Porque el dinero es el esqueleto del mundo, su oscilación está condicionada por el vil metal, y una forma de combatir el injusto reparto de derechos es la conciencia de cada uno del entorno que le rodea. Todos estamos en el mundo, pero unos combaten por quedarse en él, y otros por apoderarse de él.
ResponderEliminarLa viñeta de Quino es genial genial. Cómo se puede decir tanto en tan poco espacio.
Un beso.
ybris
ResponderEliminarA ti sí te hago caso: tú hablas con conocimiento de causa.
Gracias por tu comentario.
un fuerte abrazo
Estrella Altair
Desde luego que siempre existe gente honesta (si no, la hecatombe). Más bien me refiero a esa abundancia de personajes que barren siempre hacia el poder que desea mantener el actual statu quo.
Por lo demás, está claro que los microcréditos no van a ser la panacea (como no lo será el comercio justo), porque hay demasiados intereses en contra. Pero me planteo: ¿El mundo sería mejor o peor sin los microcréditos?
Yo lo tengo claro.
Gracias por tu comentario.
besos
el instigador
Justamente has apuntado una cosa muy importante e interesante. Gracias por comentarlo, se me había pasado.
Yunus parece tener muy claro que las mujeres son el auténtico motor de estas economías de pequeña escala. A mí tampoco me cabe ninguna duda.
un fuerte abrazo
Avellaneda
¡Muy buena esa frase!
Oye, ¿sabes que el banco de Yunus es propiedad de las personas que se benefician de los préstamos? Cuando algo es tan directo y te sientes plenamente involucrado en ello, tiene que funcionar a narices. Ésa es la gran diferencia con "nuestros bancos".
Una vez más: gracias por mencionarme la peli.
besos
(jajjjaja "utópico empedernido")
Tamara
Ahí l'has dao. Si hacemos del dinero y los recursos algo tan abstracto e inmaterial (y lo alejamos de las realidades sociales), lo que en realidad hacemos es generar un artificio que permita una distribución arbitraria de la riqueza.
A propósito del Congo (que saqué el tema estos días): si la riqueza de ese país fuera equitativamente repartida entre sus habitantes, podrían retirarse todos a la Costa Azul francesa a pasar el resto de sus vidas viviendo a todo lujo. Y ya ves...
besos
La viñeta es genial, como siempre, y el tema y todo lo que nos traes... sin palabras como siempre.
ResponderEliminarBesos.
Hay algo que mucha gente, la gran mayoría diría yo, incluso los "misericordiosos", prefieren ignorar es que para que aquí vivamos BIEN, allí tienen que pasarlo MUY MAL. Se le hecha la culpa a los gobiernos, al sistema, al capitalismo, etc. y no nos queremos dar cuenta que todo eso no son más que los chivos expiatorios de nuestra propia conciencia. Y que todo eso lo hemos creado nosotros, no un ente invisible que hace y deshace sin nuestro consentimiento.
ResponderEliminarEmpecemos a renunciar a una pequeña parte de nuestras riquezas y nuestros caprichos reconvertidos ya en necesidades, ¿cuántos estaríamos dispuestos a hacerlo?
Un abrazo
Siempre me pasa lo mismo contigo, tengo la sensación de que..como ya lo dices todo, que te digo.. y claro luego solo me queda darte la razón;)
ResponderEliminarsiento no haberme pasado mucho por aquí, pero n tengooooooooo tiempoooooooooo ahhhh estoy algo agobiada, a ver si cuando pase este finde..las cosas se calman!
Abrazos guapetón!.
Un post muy interesante.
ResponderEliminarCuando pienso sobre el tercer mundo, me acuerdo de una charla que escuché una vez, de un economista que decía que resultaba imposible solucionar el problema. Mmmmmmmmm, pues, juntos políticos buenos, Economistas y otros estudiosos, con el respaldo de Ongs y voluntariado yo sigo en el optimismo de que esto tiene que tener arreglo.
Habría que conceder más Nóbeles a los Economistas en investigaciones en este sentido.
Un abrazo y un beso.
Pero que bonito, valiente, claro, serio y con rigor escribes siempre sobre cosas tan cotidianas, tan cercanas, tan reales, nuevamente me ha encantado leerte y amigo Raindrop pá quitarse el sombrero todo lo que has dicho.
ResponderEliminarConozco el "concursante" y que ejemplo, esto lleva para hablar largo y tendido, sobre todo cuando tenemos actual el concursito vergonzoso de RICO AL INSTANTE, si lees su página WEB dan verguenza y más verguenza, que el estado de derecho en que vivimos, consientan estos experimentos en plena crisis, los más poderosos riéndose de los pobres con necesidades más urgentes, QUE ASCO DAN; QUE ASCO DE SISTEMA.
Como en mi blog,tengo dos artículos "gordos"de los bancos y banqueros de nuestro pais(a los que tengo tirria)pues viendo a los que manejan la economía, pues ya está todo dicho, me uno a ti en todo.
Abrazotes
Me ha parecido muy interesante la reflexion sobre los premios, Raindrop, y bueno, lo de los microcreditos es buena idea, aunque como dices, no es la panacea y ojo, tambien tienen su letra pequenia.
ResponderEliminarDe todos modos , "acabar con la pobreza" es un proyecto demasiado desbordante contra la ineficiencia y la corrupcion de ciertas sociedades, culturas y gobiernos que no se comprometen en el ambito de infraestructuras o creacion de bienes.
Pero es cierto lo que dice Carmen, a veces actuamos como si hubiera entes que atraviesan una membrana desde el mundo del egoismo para llevarnos al desastre. Y no. Todos tenemos un papel, y me sumo a su pregunta, cuanta gente que se fustiga esta dispuesta a llevar una vida dramaticamente austera, prestar dinero a un amigo o conocido sin garantias, cuanta codicia tonta vemos a nuestro alrededor,perfectamente evitable.
Muy interesante post, como siempre.
soloyo
ResponderEliminarMuchas gracias. Es cierto, la viñeta es muy fuerte. Está genial.
besos
Carmen
Me gusta que hayas planteado esa pregunta al final. Es muy reveladora. ¿Queremos que las cosas cambien de verdad o nos basta con indignarnos y no hacer nada si no nos afecta directamente?
Y, en esa táctica, volcamos la frustración hacia otros (lo que sea) señalándolos como culpables.
Interesante, sí.
besos
Tormenta
Tranquila, que la amistad no pasa lista ;D
Yo también ando algo inconstante... ya me gustaría ser más regular a la hora de responder los comentarios (pero ya ves qué retraso...)
En cualquier caso, siempre es un placer contar contigo.
besos
Yuria
Que alguien diga que es imposible resolver el problema en el tercer mundo, teniendo en cuenta las ingentes cantidades de dinero que se gastan en armamento, demuestra de qué lado estamos posicionados.
A los seres humanos, a hipócritas no nos gana nadie. Desde luego que, hasta que no destruyamos esos intereses creados, es imposible resolver nada.
Estoy de acuerdo contigo en lo de los premios.
besos
Sara
Sí, leí tu artículo sobre los banqueros y se te notaba indignadísima. No es para menos.
Y, fíjate, que nosotros, en comparación con la media del habitante africano, somos súper-privilegiados!!
¡Qué mundo, éste, el que nos hemos creado!
besos
samuel
Tú también pones el dedo en la llaga, amigo. Coincido contigo en que la pregunta de Carmen es fundamental y nos confronta con nosotros mismos. Pone a prueba nuestro verdadero deseo de hallar soluciones.
un abrazo