domingo, 22 de noviembre de 2009

exceptio probat regulam in casibus non exceptis

(84ª parada)
"[...] estamos persuadidos de cosas mejores".
(Carta a los Hebreos, cap. 6: 9)

Es apenas un principio jurídico que nos ha llegado de la época medieval y que quiere decir algo así como que si existe una excepción, entonces es que también debe existir una regla para la que se aplica dicha excepción. Me refiero al título del post de hoy, por supuesto. En castellano, solemos decir eso de "la excepción que confirma la regla", una frase que siempre me pareció el pretexto perfecto para apoyar la inexorable tendencia humana a torpedear cualquier principio propuesto. Siempre hay más excepciones que leyes. Y tiene su razón de ser: Nos hemos fabricado leyes tan imperfectas que nos atribuimos pleno derecho para también fabricar interminables excepciones para las mismas. Más que la legislación, nos va la casuística. Y esto no deja de ser arma de doble filo. Sobre todo, por la eterna cuestión: ¿Y quién legisla y cómo se legisla acerca de las excepciones? Y, como consecuencia, ¿quién se beneficia de las excepciones o quién nunca se beneficia de ellas? Peliagudo asunto, éste. A veces, simplemente una elevada capacidad económica constituye la excepción para el cumplimiento de una ley. Pero... ¡cuán cerca están del cohecho, del clientelismo o de otros conceptos similares, propios del terreno de lo inmoral, todo este tipo de consideraciones! Entonces... ¿excepción es ilegalidad, conveniencia, superación, mejora... o qué?

No llego a entender cómo el que hervir, servir y vivir se escriban con 'v' antes de la desinencia del infinitivo, esto sea la confirmación de que todos los demás verbos terminados en –bir se escriban con 'b'. Pero es posible que entienda que la renuencia de alguien a hacer con los demás de la misma forma que le gustaría que los otros hicieran consigo mismo confirme lo gratificante de una regla de oro. Tampoco entiendo que la ley del talión se vea confirmada por todos aquellos casos en que se decide perdonar sin más revancha. Pero sí entiendo cómo el conductor ebrio crea la necesidad de que exista una norma acerca de la tasa de alcoholemia... No entiendo cómo, en general, una regla estúpida encuentra su razón de existir basándose en todos los casos en que no se cumple. Más bien, entiendo que hay leyes que sería deseable que se cumplieran siempre, sin excepciones, y que hay leyes que son muy inferiores a algunas de sus excepciones, mucho más deseables que las propias leyes que infringen. Sin embargo, ¡qué difícil es trazar la línea divisoria entre leyes sin excepciones y leyes con excepciones! Es una tarea que exige una visión de mucho alcance...

Comentaré, a propósito, el caso de Villa Malaparte. Se trata de una vivienda localizada en Cabo Massullo, sobre un promontorio en el golfo de Salerno, en la isla de Capri, en Italia. El proyecto es de 1937, del arquitecto italiano Adalberto Libera, para el escritor Curzio Malaparte. Aunque lo que sucedió fue que Malaparte rechazó el proyecto inicial de Libera y terminó construyendo él mismo la casa con la ayuda de albañiles locales. Primera excepción a una "regla". Hoy en día, hablaríamos de intrusismo profesional.
Pero hay una segunda excepción que afecta a otra "regla": El Convenio del Paisaje de 1923. Tal fue el poético nombre que se dio a una de las primeras leyes diseñadas para proteger un ambiente y su arquitectura. En este caso, para preservar la escénica isla de Capri. Se consideraba tan magistral el Master Plan de Capri que también se lo llamó Manifiesto de la Belleza de Capri. Así que, con semejante documento planeando sobre cualquier proyecto que se pretendiera realizar, no quedó más remedio para llevar a cabo la excepción que fusionar un par de ingredientes igualmente excepcionales y así conseguir quebrantar lo que hubiera de justo en el plan e incluso cuestionando su misma legalidad. Esos ingredientes fueron la personalidad avasalladora y políticamente influyente del escritor Curzio Malaparte, por un lado, y, por otro, su deseo de apoderarse como fuera del enclave más salvajemente romántico de toda la isla (cabo Massullo, que, de acuerdo al Master Plan, era un lugar sobre el cual estaba prohibido construir). Pero Malaparte quería ser el autor de algo único en sitio igualmente único, "el más bello paisaje en el mundo". Y, así las cosas, la construcción de esta vivienda supuso la ruptura entre el escritor (adherido a postulados del romanticismo, el surrealismo y el clasicismo) y el arquitecto (que se movía en una estética racionalista, funcionalista y más abstracta), incapaces de reconciliar tan profundas diferencias acerca de cómo debería ser la casa que transgrediera las directrices del Convenio.

Con la idea de que "el mundo que la fantasía evoca es el mismo, alto y puro", el egocéntrico, obsesivo y romántico Malaparte no pudo soportar por mucho tiempo el riguroso racionalismo moderno del arquitecto que había seleccionado para el proyecto de la villa ("...el día que comencé a construir una casa, no sabía que dibujaría una pintura de mí mismo; la mejor de todas las que he dibujado hasta ahora en literatura"). Por eso, ayudado por un constructor local, Malaparte fue transformando el paralelepípedo original en la estructura híbrida que hoy ocupa cabo Massullo. Se decidió que todo signo funcionalista desapareciera del diseño, al percibir que tan sólo una completa indiferencia a las demandas del uso diario permitiría a la arquitectura tomar el aspecto mítico que el escritor estaba buscando y que el paisaje demandaba. A tal extremo llevó este gesto que ni siquiera dejó las barandillas de la terraza sobre el acantilado, porque pensó que los finos tubos se hubieran visto demasiado funcionalistas. Otra excepción más para una "regla" de seguridad. Lo que fue un eslabón en la saga recitilínea de la arquitectura de Libera, un gesto simplista y, seguramente, una solución torpe para un paraje tan especial, fue convirtiéndose en un inquietante museo de imágenes de la poética personal del escritor: las escaleras de la iglesia de la Annunziata en Lipari, donde estuvo exilado; el rojo pompeyano de las tumbas romanas en el mediterráneo; un atrio cubierto; la fenestración de su toscana natal; un mausoleo; un teatro en la montaña; una pista para montar en bicicleta o para dar un final salto suicida.
De la villa insignificante e insensible con el lugar que había imaginado Libera, Malaparte hizo un monumento a sí mismo, un retrato de piedra, una "casa come me". Puede que no alcance las cotas de interacción con la naturaleza de los proyectos de Frank Lloyd Wright, pero logra trocar ese pedazo de costa caprense, ese salvaje promontorio entre los farallones que el mar le roba a la isla, en uno de sus lugares más memorables y, a la vez, visitados. Que es, por lo demás, lo último que hubiéramos esperado que hiciera con la naturaleza un ser amoral y lo primero que esperamos que haga un arquitecto cuando interviene en el paisaje. Montada en su promontorio rocoso, la villa de cabo Massullo continúa desafiante y solitaria mostrando, a quien la evoca desde el mar, sus dos caras frente al paisaje: a veces mala parte y a veces malapartiana.

Excepciones que confirman reglas... Como resultado del acto de corrupción de un poeta, nació una singular obra de arquitectura: la Villa Malaparte, la cual fue elegida por los arquitectos italianos en la década de los 80, tras una encuesta nacional, como "la más admirada obra de arquitectura". La villa destaca así, entre otras famosas, por ser la excepción deshonrosa a una regla brillante, el Convenio del Paisaje, que había sido uno de los primeros manifiestos ambientales-estéticos del siglo y que buscaba preservar el paisaje natural de la isla de Capri. Paradójicamente a esta violación del bien común, el mismo proceso de creación de la villa va a situarla en el campo de la reflexión sobre arquitectura y paisaje.

Para terminar, un vídeo de fragmentos de la película "Le Mépris" (1963), del director de cine Jean-Luc Godard y protagonizada por Brigitte Bardot y Michel Piccoli, donde se puede contemplar la Villa Malaparte.

12 comentarios:

  1. Con razón no entiendes ese aforismo latino medieval incomprensible. Afortunadamente lo citas en su forma original y no en la deformación "exceptio confirmat (o firmat) regulam." En latín "probat" no significa probar sino poner a prueba, como indicando que las excepciones cuestionan o ponen a prueba la ley.
    En español es aún más humorística por tautológica. En realidad se refiere a la regla "no hay regla sin excepción". Cuando hay una excepción a cualquier regla se confirma la validez de la regla aludida: Es la excepción que confirma la regla de que no hay regla sin excepción.
    Claro que eso no resta un ápice de verdad a lo que comentas justamente porque cuantas más son las excepciones tanto más débil es la ley. Si existe la ley que dice rotundamente "no matarás" pero admites la excepción de las guerras, de las agresiones y de la pena de muerte debilitarás la ley más que reafirmarla.
    Lo cierto es que abundan las expresiones parecidas en español como "quien hizo la ley hizo la trampa" o "las leyes están hechas para quebrantarlas".
    Otras veces se hacen leyes para justificar las excepciones y permitir que determinadas personas puedan hacer lo que les place sin quebrantar la ley.
    El caso es que lo de Curcio Malaparte es paradigmático. Hace caso omiso de las normas por satisfacer su capricho de alcanzar lo que los demás no pueden.
    Me ha gustado ver tu reflexión desde el punto de vista de responsable arquitecto consciente del valor del respeto al paisaje y de la igualdad de todos ante la ley.
    Desgraciadamente las excepciones son el pan nuestro de cada día en la triste realidad de tantos aprovechados como medran a la sombra de un sistema que nunca se atreve con los más influyentes.
    Quizás porque los tales ya se han preocupado en hacer que su influencia sea tan imprescindible como para que ir en contra de ella se lleve por delante a muchos inocentes.

    Abrazos.

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  2. Toda regla tiene su excepción. Es lo cierto. Si está bien o mal, no lo sé. "Nunca segundas partes fueron buenas" excepto la del Quijote - cosa totalmente cierta-

    En cuanto a la casa que nos muestras a parte de quedarme embobada por ese paisaje que la rodea, mejor me callo.

    Demasiadas personas vivimos en pisitos sin vistas ni a un parque.

    Un saludo

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  3. Que punto de vista tan, tan interesante...eres un genio argumentando y reflexionando. Fijate!!!que tú...a mi...esta vez me has dejado sin palabras....y mira que es raro, que esto me suceda a mi eh!!!! pues ya ves....llegaste tú y eres la excepción que confirma la regla jajajajaja.
    Genial leerte, un placer como siempre....y de la casita y ese rspeto por el medio ambiente....mejor me callo, que estoy muy sensible con la linea de alta tensión que amenaza con destruir toda mi montaña central y bosques preciosos y preciados, pero....cuando llegue el momento nos tendrán enfrente: NO A LA LINEA DE ALTA TENSIÓN SAMA_VELILLA y NO a todos y cada uno de los atropellos medioambientales, que están causando esos mandamases sin criterio y sin razón....más que la razón de hacer un grave daño.
    Un abrazote lleno de cariños arquitecto de las palabras y los pensamientos.

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  4. Es curioso. Tardé muchos años en descubrir que las margaritas no soñaban con José Romero sino "con ser romero". Una tarde tras larga reflexión, se me encendió la bombilla y descubrí con rubor que aquello que por verguenza nunca me había atrevido a preguntar,quién carajo sería el tipo ese, era algo tan simple como un rabo de boina.

    Con la excepción y la regla me sucedió algo parecido pero en aquella ocasión, el entendimiento de la frase me supuso otro tipo de rubor. El de comprobar que mi inteligencia estaba al nivel básico del mecanismo del rabo de boina mencionado anteriormente.

    Como siempre, genial.

    Fuerte abrazo

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  5. Hola Raindrop!!
    Siempre que vengo a tu blog, vengo cuando por fin parece que he encontrado un tiempo de relax, porque me gustan tus reflexiones, me haces pensar y enfocar algunas cosas lo que me hace ir leyendo despacio sin prisa. En cuanto a las reglas, el problema es que “quien suele hacer la ley hace la trampa”, porque suelen ser precisamente quienes se saltan todas las reglas establecidas pero tienen mucho cuidado que no se las salten los demás. Y yo me pregunto, ¿esto también lo traeremos en el ADN? Es algo para mirarlo con calma. En el caso de esta “pequeña casita al lado del mar”, me ha quedado claro la prepotencia de Malaparte, yo lo hago porque soy yo y simplemente puedo. ¡Toma ya! Discute al mozo, la pena es que esto sigue, sigue y sigue, y si hay influencias pues tu casa sino cumple pues no pasa nada, bueno ya hemos visto algunas situaciones de este tipo.
    Un besito.
    Blanka

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  6. ybris
    Gran comentario :D
    Lo que sí me resulta claro con tantas excepciones es la poca apetencia que tenemos para cumplir las leyes. Y algunos hacen de esto toda una forma de vida. Qué lástima, ¿verdad?
    un fuerte abrazo

    Siberia
    El mundo de las excepciones puede ser tan amplio que deba incluso crear sus propias leyes (...¡con sus correspondientes excepciones! ;D)
    besos

    Sara
    Sí, es cierto. Hay ataques ambientales que no deberían permitirse bajo ningún pretexto de "excepción". Es que se empieza a exceptuar por aquí y todo acaban siendo desastrosas excepciones.
    No puede ser...
    besos

    el instigador
    jajajaja no dejas de sorprenderme. Sin excepción. Te lo digo de verdad xD
    un fuerte abrazo

    Blanka
    Lo que más duele de algunas excepciones es que sean los que menos excepciones deberían permitirse (¡ya lo tienen [casi] todo!) los más adictos a establecerlas y siempre para su exclusivo disfrute.
    En el caso de Malaparte, nos queda una casa memorable. Pero la intención del escritor no era "regalarle" esta casa al mundo, sino regalársela a sí mismo.
    Me agradan mucho tus visitas... bueno, qué digo "visitas", si estás en tu propia casa ;D
    besos

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  7. Me espeluznó lo que vi, lo que leí en este post. No, no asustarse, lo digo por ese adefesio o pegote rosa dentro de esa maravilla de paisaje. Es como una bofetada al creador si este creador existiera o existiese.
    En cuanto a esa "regla" se podría decir también que hay gente pa tó! No voy a decir aquí que sea de cumplimiento de las leyes a rajatabla, en mi vida hay momentos en que ejecuto excepciones y es que hay normas, leyes (no escritas) que se crearon ya equivocadas o sin empatía o sin visión de la variedad. Entiendo tu planteamiento pero, como en todo, depende mucho del cristal con que se mire. Viendolo según tu prisma tienes razón y ¡no hay derecho a dejarle hacer eso! uff, menudos retortijones le debió entrar al arquitecto cuando vio la "obra" de este gachó ¿tu ya te recuperaste de la impresión?
    Bss

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  8. Gracias!!! Vengo de vez en cuando, es que me queda mucho por leer aún... voy con calma, y hoy con la lluvia pues como que acompaña.
    Ya voy para el salón, vale??
    Un beso

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  9. Avellaneda
    jajajaj pues no sé si quedó claro en el texto, pero es que a mí me gusta mucho esta casa (y es más interesante que la diseñada por el arquitecto Libera). Lo que no me gusta es el cómo, no el qué. De ahí mis dudas con las reglas y sus excepciones.
    De todas formas, pienso que una buena regla no debería admitir excepciones, demostrando así que es una buena regla.
    besos

    Blanka
    Gracias a ti :D
    besos

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  10. Las excepciones de las leyes:
    me viene a cuento unha "Cousa" de Castelao: "A caveira foi dun home que roubaba con toda a legalidade, aproveitándose dunhas leis que o gardaban da xusticia do noso mundo" (Cousas: "Nunha igrexa da montaña").
    Y con las reglas gramaticales me topo y me hecho a temblar, porque allá me voy al abismo de las excepciones y de la excepción de la excepción ( Ex. colocación de los pronombres átonos en la lengua gallega). Algunas reglas he procurado olvidarlas porque complican más la vida. Pero claro hay excepciones, faltaría más!, (hasta para esa regla de oro "No hagas a los demás lo que no quieres para ti").
    Curzio Malaparte, aunque de nombre y espiritu retorcido, consiguió "Una casa coma me" porque en mala parte se le puso.Es indudable que al admirar esa casa se ve la mirada poética y la corrupta del escritor. Y tú las has mostrado bien.
    Me ha gustado conocer tan detalladamente la historia de la Villa. Le mepris, una buena película. Enclaves muiy bellos e inolvidable aquella frase: "Yo,a ti, te conozco". Fue el inicio del desdén de ella.

    Un abrazo

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  11. Por todos los dioses: "Me echo a temblar", corrijo. Toma regla, Shandy,que es de "echar" y no de "hacer"! Menos mal que la H es muda, pero que grito me ha dado.
    Sshhhh

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  12. Gracias, me has aclarado el porque de "desacertada frase", la ocasión que hace de la regla un dictamen imperfecto, lo cual no me llega a convencer, de no ser que admitamos que la perfección, obviamente, no existe.

    Las reglas son necesarias, mal que algunas nos pesen. Tus entradas no me fallan, eso sí es norma.
    Un abrazo.

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