jueves, 14 de octubre de 2010

noche blanca

(área de descanso nº 103)
"Nuit Blanche explores a fleeting moment between two strangers, revealing their brief connection in a hyper real fantasy".
(Arev Manoukian, director de "Nuit Blanche")

De chavalito tuve una guitarra. No estaba nada mal (la guitarra). Nunca aprendí a tocarla como me había propuesto y acabé regalándola, pero tuve una guitarra.
Pasados los años, sólo una lección me quedó en claro. La aprendí cuando me explicaban cómo afinar las cuerdas, tratando de sintonizar la frecuencia que da (al ser pulsada) una cuerda que está siendo "pisada" entre dos trastes determinados con la frecuencia que da otra cuerda contigua pulsándola al aire. El asunto es que, en el caso de que la afinación sea correcta y la nota que emitan esas dos cuerdas en esas condiciones sea la misma, la pulsación de una de las cuerdas provocará (por simpatía, sin siquiera ser pulsada) la vibración de la otra, revelando así esa coincidencia de frecuencias. A ciertas edades, este tipo de acciones a distancia no deja de provocar una gran fascinación. ¡Quién iba a sospechar que el aire entre dos cuerpos (ese ente tan liviano, tan sutil) tuviera tanto poder como para transmitir esos susurros del alma! ...aunque sólo fueran almas de cuerdas de guitarra.
El tiempo transcurrido desde entonces nos sigue enseñando a los que fuimos niños curiosos que ese mismo aire que transmite estremecimientos entre las cuerdas de un instrumento musical, por un fenómeno puramente físico, también es capaz de hacer llegar de persona a persona otro tipo de vibraciones, quizás semejantes a las de las cuerdas (¡quién sabe!), basándose en fenómenos que ya no me atrevo a encuadrar exclusivamente en el campo de la física, en el de la química ...o en cualquier otro distinto de ellos.


Hoy mismo ha vuelto a ocurrir. Cambia el escenario: da lo mismo noche, atardecer, mediodía... Cambia el color: es indiferente en blanco, azul, amarillo... Pero, desconociendo en qué momento o en qué lugar sucederá, descubres al fin que otro intérprete está tocando la misma música que tú llevas en el interior. Y, en ese breve instante eterno, en la fugacidad de lo perdurable, te maravillas ante la persona que delinea con sus pupilas, pinta con sus iris, rubrica con sus labios, la idéntica partitura que a ti mismo te está haciendo vibrar.

8 comentarios:

  1. ME
    HA
    ENCANTADO

    Es la fuerza de la vida, seas atómo, bacteria, cristal o ser humano..

    Besos

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  2. Yo también tuve y tengo guitarra, todo parece tan lejano...

    Me gusta ese video y su melodía es perfecta.

    Jeanne

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  3. En mis tiempos de profe de física en Primaria solía sorprender a los alumnos con la vibración de la cuerda correspondiente de una guitarra provocándola a distancia mediante la pulsación de otra afinada adecuadamente y manifestándolo por la agitación de tiras de papel doblado sobre la misma.
    Pasar a explicar luego los circuitos resonantes de los sintonizadores analógicos de entonces era más sencillo, lo mismo que el estruendo que a veces provocaba en algunos cristales de la clase el paso de un camión o la distorsión del sonido de un altavoz con ciertas notas.

    Tienes mucha razón pasando esa simpatía al plano de las emociones que a veces nos acometen cuando lo que percibimos sintoniza con nuestra frecuencia interior.
    El vídeo es magnífico como expresión de la idea que expones.
    (en http://vimeo.com/9076775 puede verse brevemente algo de las técnicas digitales empleadas en su confección)

    Un abrazo bien sintonizado.

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  4. Sublime como expresas uno de esos momentos mágicos de la vida cuando nos cruzamos con alguna de nuestras almas gemelas:
    "....desconociendo en qué momento o en qué lugar sucederá, descubres al fin que otro intérprete está tocando la misma música que tú llevas en el interior. Y, en ese breve instante eterno, en la fugacidad de lo perdurable....."

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  5. Esa sintonía es rara, pero mágica...y lo has expresado muy bien. El video, por otro lado, era ideal para ello.

    Un abrazo

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  6. ¡¡¡¡Ohhhhhhhh!!!!! Si, yo creo que si que se transmiten esas vibraciones, no obstante tenemos mucho de química ;P Lo que si que emociona es descubrir que hay otro intérprete tocando la misma melodía, y ahí es cuando se produce ese instante.
    (Tu t’ as “enamorao”)
    ¡¡Besos guapo!!

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  7. A mi con la guitarra me pasó como a ti, la tuve, la miré, pero nunca llegué a aprender a tocarla, me faltó paciencia.
    Precioso el vídeo y preciosa la música, el conjunto desborda sentimiento e imaginación.
    Un saludo, volveré por que me gusta lo que leo,

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  8. tus palabras hacen que me alegre mucho por ti, espero q "esas pupilas" conozcan la melodía que haga vibrar tu corazón, pero sobre todo que sepan la suerte que tienen,
    un beso y
    gracias otra vez

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