viernes, 24 de junio de 2011

relatos enlazados

(etapa de un itinerario en común)

Aquí me hallo: embarcado en una aventura conjunta con grandes compañeros de viaje. Es la primera vez que participo en un proyecto semejante y me causa mucha ilusión. El trayecto que fue preparado y diseñado aquí ha ido completando sus primeras etapas de viaje. Esta será la tercera. El desafío añadido es que este mismo post pueda leerse como un relato independiente y, al mismo tiempo, como una parte de una narración más extensa y por capítulos, escritos cada uno de ellos por diferentes autores.
El relato viene de Las Puertas de Gondolin , el blog de Mr. Dupin, y continuará en Blog A: La Taberna de Montse, que (como el nombre ya anuncia) es el blog de Montse. Al final del episodio, en este mismo post, iré añadiendo cada etapa de los relatos enlazados, actualizando la lista con cada nueva publicación en los demás blogs, hasta completar la serie. Aquí quedará la etiqueta permanente "relatos-enlazados" para una búsqueda rápida y, más fácil aún, una imagen con acceso directo a este episodio en la columna de la izquierda, bajo el título "excursión en equipo".


EL ENANO SALTARÍN, parte III

Ninguna mente que se ensancha para albergar una idea nueva volverá a tener su tamaño original. Y, a sus diecisiete primaveras, la mente de la dulce muchacha ya se había ensanchado demasiado como para que todo siguiera igual. Su pensamiento pugnaba por deslizarse fuera de aquel entorno que comenzaba a resultarle claustrofóbico. Como si se tratara de una cámara cuyas paredes se van aproximando día a día, lenta e inexorablemente, hasta que llegan a aplastar a su ocupante, el ambiente de aquel lugar, El Enano Saltarín, estaba asfixiando sus anhelos por una vida de remotos horizontes invitando a ser explorados.

En el sereno crepúsculo, tras el vidrio y colgada del cielo sobre los tejados, se divisa una luna en cuarto menguante. Demasiada coincidencia como para no sentirse identificada. Otra vez la sensación de asfixia...
La joven se dispone  a abrir la ventana de la habitación y con un leve chirrido de los herrajes permite que entren caricias de una brisa fresca que, juguetona, remoloneaba encañonada en el callejón de La Perdiz. El bullicio y las luces de la taberna, en el piso de abajo, se filtran hacia el exterior y añaden destellos de vida al solitario callejón. Pero ella parece impermeable a todo ese frenesí que pone la nota discordante en la quietud de la noche que se avecina. Entonces, acerca una silla a la ventana y se acoda en el alféizar. Apoya su mejilla en una mano y se entretiene contemplando lo que sucede en el edificio de enfrente, al otro lado de la calle.

Al pie de un suntuoso edificio de muros de mármol en que se abren hermosas puertas y coloridas ventanas, una niña de piel bronceada y cabellos de azabache trenzado salta a la pata coja sobre un dibujo de cuadros de tiza que ella misma ha trazado en el enlosado de la calle. Desde una ventana, una hermosa mujer de piel nívea y cabellos dorados llama a la niña: ¡Gudrun, sube, hija, la comida ya está lista! La niña toma su muñeca, que vivía un sueño de trapo apoyada en una jamba del portal, abre la puerta, la cruza y desaparece tras un ligero portazo.
A través de una ventana del primer piso apenas se puede apreciar lo que allí sucede, debido a las veladuras de los cortinajes. Pero, por el contraste con la noche exterior, es visible a la luz de los candiles una cama con dosel en que la mujer rubia está trayendo al mundo al ser que habita en sus entrañas. La matrona y un médico se afanan en que la operación culmine con éxito. Al cabo de unos minutos, unos rostros alegres ponen en los brazos de la madre exhausta a la pequeña criatura recién llegada. La madre cubre de caricias la escasa cabellera negra de su hijita.
Al descender la mirada hasta el nivel de la calle, se puede observar que, en el calor de una mañana de verano, dos figuras salen de la casa portando hatillos y maletas. Padre e hija cierran tras de sí una puerta que conoció tiempos mejores. El rechoncho padre se rasca los rubios cabellos con aspecto preocupado mientras mira a la niña. La toma de la mano, Vamos, Gudrun, le dice, y la lleva hasta un modesto carruaje estacionado en la desembocadura de la calle. Después de subirla al asiento, vuelve al portal y carga los equipajes. Al poco, la carreta desaparece de la vista con el crujir de las ruedas en los ejes y el golpeteo de las herraduras del rocín sobre las losas de la calle de Las Siete Fuentes.
Pero un ruido capta de nuevo la atención de la espectadora: en lo más sombrío de la noche, la opulenta puerta del edificio se entreabre con sigilo y una rendija de luz que se filtra a través de la abertura permite contemplar cómo un joven embozado sale de la casa. Con un sombrero cubre sus cabellos, tan oscuros como la noche sin luna, de tal modo que su rostro queda completamente oculto. Coloca un lustroso paraguas bajo su brazo y toma la mano de la mujer rubia, que permanece tras la hoja de la puerta entornada, para llevársela con devoción hasta la mejilla en cariñoso gesto de despedida. La puerta se cierra y se hace la más completa oscuridad.
En el primer piso, la ventana de vidrios de colores está abierta. La luz de las primeras horas de la tarde entra a raudales en la estancia donde la mujer rubia es besada por el hombre rechoncho. Intercambio de caricias entre marido y mujer y palabras amorosas en susurros delicados que casi se hacen perceptibles a pesar de la distancia. Desde su ventana, la joven que contempla la escena es capaz de sentir cada aliento que roza aquellas pieles como si fueran la suya propia.
Se sacude estas emociones desviando su mirada hacia una ventana, al lado de esta. Ha caído la noche, la noche más terrible. La mujer yace exangüe, más pálida que nunca, al lado de una fría hoja de acero que desprende destellos bermellones. Desde la puerta de la sala, el hombre rechoncho contempla la escena.
En ese momento, como si se sintiera vigilado, eleva ligeramente la cabeza desde la visión atroz y su mirada se cruza con la de la joven, que desde la ventana lo observa aterrada.
El sobresalto es acentuado por unos golpes en la puerta de su habitación, detrás de ella.

El chirrido de los goznes al abrirse y la voz de Carloto terminan por sacar a la joven del ensimismamiento. Abre sus ojos ya abiertos para contemplar el brillo desvaído de la luna sobre la fachada de mampostería negruzca, ahora derruida pero que, según algunos rumorean, antaño debió de ser la botica del callejón de La Perdiz. Una puerta desvencijada y algún ventanal de vidrios rotos son el único vestigio que queda de la posible existencia de un antiguo establecimiento.
- Gudrun, baja en seguida, hija. Necesito que me ayudes esta noche en la taberna. Los clientes están más animados que nunca y yo solo no soy capaz de atenderlos como es debido.
La joven gira su cabeza en dirección a Carloto, quien observa, fijos en él, unos ojos centelleando con un brillo ígneo que no le resulta desconocido.
- ¿Por qué, Gudrun? ¿Por qué has vuelto a hacerlo una vez más?


*******

EL ENANO SALTARÍN

23 comentarios:

  1. Hacía falta un personaje femenino, pero ya.
    Montse, te toca seguir el relato.
    ;D

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  2. Lo pones muy comodo de seguir, se agradece.

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  3. jajajaj sí, es que solo estamos en la 3ª parte, aún queda mucho por andar y no hay que cerrar caminos mientras se puedan abrir otros nuevos.
    (además, Montse es buena amiga y no quiero hacerle la faena de seguir una historia que se retuerza demasiado jajaja)

    un abrazo, Maeglin

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  4. lo qu eme gusta de la blogósfera es que a veces sin querer terminamos enlazandonos a otros por el gusto de compartir gracias al hábito de escribir y tener imaginación

    creo que andare saltando aqui y allá


    :)

    petons

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  5. Me gusta tu parte del experimento. Es hasta ahora la escritura más clásica de las tres. Con algo de tintes hitchcockianos (me recordó desde lo formal a La ventana indiscreta).

    La imagen con la que se inicia "Ninguna mente que se ensancha para albergar..." es sublime.

    Suerte con lo que sigue.

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  6. ¡qué bien se está dando! felicidades. Seguiré el relato con Montse.
    En cuanto a lo de fácil o difícil creo que eso es algo muy subjetivo.
    Bonito blog.
    Saludos,

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  7. Hola, Raindrop. Bueno, pues parece que este personaje -femenino- que has añadido podría cobrar mucha importancia. A ver qué depara...

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  8. Bien visto raindrop, ya la tenemos aquí. Me encanta como está quedando esto, mil puertas siguen abiertas y tengo ganas de volver a entrar en la rueda jajaja
    un saludo

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  9. Bueno chicos me sacaré todos los estereotipos que conozco de la manga y por supuesto no esperéis de mi mucha retorica que no es mi fuerte
    jajajaj
    un besito Raindrop


    PD. que tres, después las complicadas somos nosotras. :))

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  10. Muy bueno raindrop! el toque femenino se hacia sentir.
    Veremos como continua en el Blog A.
    Saludos.

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  11. Por cierto, una historia preciosa, sin enlazar con nada tiene vida propia.

    Mr Dupim, creo que voy a ponerme malita y voy a dar paso a la siguiente, o llevarme una libreta a la playa..
    joder es que mira que tenéis vocabulario so jodios .. jajajaj

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  12. Para hacer esto se requiere mucha inspiración, proque es dificil enlazar un relato con otro!. Te ha quedado la mar de mono ;)

    Besetes.

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  13. Bravo, Rain! He leído las tres partes, todas muy bien escritas y con muchas posibilidades por delante.
    Me gusta el giro que introduces en la narración con el equivalente a un fabuloso plano secuencia bajo el prisma del voyeur, que inmediátamente te lleva al de La ventana indiscreta, como apuntan más arriba, por la similitud, pero a mí me recuerda más el preciosismo sugerente e hipnótico de Béla Tarr en "El hombre de Londres" porque se trata de literatura visual, como la de tu parte del relato.

    La aparición de este nuevo personaje femenino es un gran acierto; la historia lo estaba pidiendo. Bravo!!!! Reto más que logrado. Le seguiremos la pista.
    Besos

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  14. Me he quedado con ganas de mas... ¿Para cuándo la próxima? Soy de carácter impaciente y me encantaría ver como continúa este relato enlazado...
    Me encanta Raindrop, es cierto como comentan dos personas que se asemeja a la ventana indiscreta. Jejeje...que gran honor tenerte como amigo.
    Besos amigo. :*)

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  15. Tengo que empezar desde el principio, cuando haga tiempo vuelvo y te digo. Ahora por haber aprendido a nadar me llevan a la piscina ;PP
    Luego vuelvo.
    Bicos
    (Palabra: Varin)

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  16. Me ha gustado tu relato, es de esos que engancha desde el principio y deja con ganas de más.
    Todos están genial. Ahora a esperar el siguiente.
    Un beso.

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  17. Ha sido como "la ventana indiscreta" de los relatos.

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  18. Estupendo! Aires femeninos en la historia, que según avanza se hace más y más interesante.
    Blog A, esperamos impacientes...

    Un saludo.

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  19. Gracias a todos por los comentarios y por esta forma de participar también en el relato: por leernos y por los ánimos. Es un placer recibir tantas muestras de amabilidad. Gracias otra vez más.
    :D

    Como han mencionado Daniela, Marijo, Vicky y Pepe Cahiers, sí, es un pequeño homenaje hitchcockiano, en plan "ventana indiscreta", pero no desde el punto de vista de quien espía sino de quien observa realidades (o visiones de algo que nunca ha ocurrido, ¿quién sabe? jeje) de otros tiempos y lugares. Un giro más en la trama del relato y en la referencia cinematográfica.

    Por supuesto, doy la bienvenida a los nuevos comentaristas: A-B-C, Peri Lope, Mr. Dupin y Pepe Cahiers.

    Y ahora, Montse, te toca a ti. Es un relato que estoy deseando leer, me espero algo bueno y sé que no vas a defraudar.
    ;D

    besos y abrazos para todos

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  20. Desde luego el nivel está siendo altísimo, menudo comienzo, si es que me está tocando leerme cada relato varias veces para conseguir apreciarlo en su justa medida.

    Interesante personaje, desde luego.

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  21. Genial la idea de introducir este personaje femenino que observa la vida desde la ventana. Interesante todo lo que se ve en cada uno de los pisos de ese edificio.. vidas y más vidas por descubrir. Un abrazo

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  22. hola raindrop;
    no dejo de sorprenderme del talento que está revelando esto de los relatos entrelazados. Bonita historia, y abriendo de nuevo un montón de posibilidades a quienes vienen detrás :)

    saludos,

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  23. por fin mujeres... anda que no ha costado, me ha encantado la narrativa descriptiva ;)

    Un abrazo

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