domingo, 2 de septiembre de 2007

de lo efímero

(4ª parada)
"Dios Eterno: Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, me digo: ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, y el hijo del hombre para que lo cuides?".
(Salmo 8: 3,4)

31 de julio de 1944: el genial Antoine de Saint-Exupéry parte solitario en misión (como miembro de l'armée de Libération) a bordo de su aeroplano, de Borgo a Córcega. Nunca volverá. El año anterior había escrito un libro delicioso: Le petit prince. Libro que tuve que leer en 2º de B.U.P., como lectura obligatoria de la asignatura de Francés; pero que he leído con gusto una y otra vez desde entonces. Y es que quedé enganchado con la maestría de Saint-Exupéry para "humillar" la soberbia de los adultos ("les grandes personnes") ya desde la dedicatoria. Esos adultos que se creen demasiado importantes en sus mundos malamente construidos. Me emocionó esa historia de amor y amistad, de abandono y retorno, de búsqueda de lo importante por encima de lo superficial.

En este momento, pongo mi vista en el capítulo XV, en que el pequeño príncipe se encuentra en el planeta de un geógrafo. El geógrafo está muy interesado en que los exploradores le cuenten detalles de sus exploraciones para poder cartografiarlos y, tomando al muchachito por un explorador, le pide que le describa su planeta. Paso a traducir la conversación a partir de este momento:

- ¡Oh! donde yo vivo, dijo el pequeño príncipe, no hay nada muy interesante, es muy pequeño. Tengo tres volcanes. Dos volcanes en actividad y un volcán extinguido. Pero nunca se sabe.
- Nunca se sabe, dijo el geógrafo.
- También tengo una flor.
- No anotamos las flores, dijo el geógrafo.
- ¿Eso por qué? ¡Si es lo más bonito!
- Porque las flores son efímeras.
- ¿Qué significa "efímero"?
- Los libros de geografía, dijo el geógrafo, son los libros más preciosos de todos los libros. Nunca pasan de moda. Es muy raro que una montaña cambie de lugar. Es muy raro que un océano se vacíe de su agua. Escribimos acerca de cosas eternas.
- Pero los volcanes extinguidos pueden despertar, interrumpió el pequeño príncipe. ¿Qué significa "efímero"?
- Que los volcanes estén extinguidos o que despierten viene a ser lo mismo para nosotros, dijo el geógrafo. Lo que cuenta para nosotros es la montaña. Ella no cambia.
- Pero, ¿qué significa "efímero"? repitió el pequeño príncipe quien, en su vida, nunca había renunciado a una pregunta, una vez que la había lanzado.
- Eso significa "que está amenazado de próxima desaparición".
- ¿Mi flor está amenazada de próxima desaparición?
- Claro que sí.
"¡Mi flor es efímera, se dijo el pequeño príncipe, y ella no tiene más que cuatro espinas para defenderse del mundo! ¡Y yo la he dejado completamente sola en mi planeta!"
Aquél fue su primer impulso de nostalgia.


Estos días hemos sido testigos de la desaparición de un muchacho de 22 años, de un deportista de alto nivel, que (de repente) ya no está más entre nosotros. Y es un caso entre muchos semejantes. Pero peor aún: cada día, a cada momento, desaparecen miles de seres humanos, ya sean niños, adolescentes, jóvenes, adultos o ancianos. Cada persona es efímera, está amenazada de próxima desaparición. No nos damos cuenta cuando esto le sucede a los lejanos, a los extraños. Pero somos más conscientes cuando le sucede a los que están más cerca, a los que queremos o a los que nos importan algo. Y cuando nos damos cuenta de qué facil es que un día, sin saber por qué, ya no estemos aquí, se nos queda el cuerpo bastante mal. Se nos llena cada célula de duelo insoportable.

Definitivamente, no hemos sido hechos para desaparecer sin más. Es algo que no entra en lo profundo de nuestros esquemas mentales. Pero hoy en día, sectores de la filosofía y de la ciencia intentan prepararnos para ello. Y "ello" es tan antinatural para los seres humanos que está provocando avalanchas de neurosis.

Pero, si nuestros días están contados, ¿qué podemos hacer para evitarlo (si es que fuera posible)? Quino nos da una idea con su reflexión-para-reír o risa-para-reflexionar, en la página 41 de ¡Qué mala es la gente!
(con un click sobre la imagen, se ve perfectamente)





-¡POR NOSOTROS!
...METIDOS EN
ESTA FAMILIA DE LOCOS
QUE INSISTE EN CREER
QUE HAS MUERTO,
PORQUE, ¡POBRES!
NO HAN ENTENDIDO TODAVÍA

PARA QUÉ SIRVE EL AMOR.







El amor es lo único que puede hacer que la gente no se extinga. Que nos quede algo de los que (aparentemente) han desaparecido. Que, al final de todo, tengamos algo de sentido... Nos aman y amamos a nuestros familiares y amigos; pero cuando ellos y nosotros también nos extingamos, ¿quién nos recordará? ¿Quién nos librará de ser efímeros? ¿Una genealogía? ¿Una proeza memorable? No, hay algo más, al alcance de cada persona. Los que creemos en un Dios Eterno, sabemos que siempre, pase lo que pase, contaremos con su amor incondicional. Y es ese amor el que nos da el peso de la eternidad, el que hace posible que (si de veras lo queremos) dejemos de ser efímeros. Ese amor es el que podemos respirar ahora mismo. Y ahora mismo es el momento de aprovechar y disfrutar de cada instante de esta eternidad concedida.

¿Vivimos como si no fuéramos a estar mañana y al mismo tiempo como si fuéramos a estar eternamente? Que cada uno se responda a esta pregunta. La respuesta podría cambiar nuestra forma de abordar cada nuevo momento de la vida.

5 comentarios:

  1. Hay una diferencia entre querer y amar..
    cuando amas, no hay porques..ni peros..
    Un saludo.

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  2. Esa escena de El Principito me recuerda al terrible despertar de la inocencia. De pronto se da cuenta de que aquello que ama no estará siempre con él y siente la necesidad de protegerlo... Creo que no hay nada más duro que el despertar de la inocencia de un niño, y lo peor es que dura toda la vida, nos pasa cada vez que una nueva lección nos es enseñada, porque sólo la experiencia vale para aprender ciertas cosas... Sólo hay que aprenderlo y asumirlo rápido como ley de vida, y seguir ¿verdad guapo? seguir...

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  3. Yo por suerte o por desgracia me siento afortunada, tengo la suerte de creer……………aunque la vida sea efímera a los que he amado, amo y amare…………….siempre vivirán en mi.

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  4. Descubro el blog poco a poco y, aunque hayan pasado ya 10 años no me resisto a hacer un comentario: a mi entender el problema está en el deseo de eternidad, que no asumamos que somos un suspiro, nada. Y que lo permanente, lo eterno, casi mágico, es la suma de todo lo que se ha desvanecido ya. Así que, hasta cierto punto, para los que deseen la eternidad, sería un consuelo.

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