domingo, 2 de diciembre de 2007

el poder de las palabras

(18ª parada)
“Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz”.

(Libro del Génesis, cap.1: 3)

Con 11 añitos, en 6º de E.G.B., aprendí que las abejas se comunican bailando. Al parecer, fue un zoólogo austriaco y profesor de biología de la Universidad de Munich, llamado Karl von Frisch, quien dedicó varias décadas al estudio de esta curiosa forma de comunicación. Al final (de paso), premio Nobel al canto por el conjunto de sus estudios sobre la conducta animal. Me divertía pensar que las colmenas eran en realidad discotecas donde las abejillas ligaban a su manera después de la jornada de trabajo recolector. Nada muy diferente a lo que hacen los humanos... pero lo cierto es que tanto bamboleo sólo les sirve para seguir currando, que la única que liga en la colmena es la reina aunque no baile (entonces... ¿y lo de “dancing queen”?). En los documentales de naturaleza que se veían por entonces (Félix Rodríguez de la Fuente, magnífico producto nacional... ríete del National Geographic) seguí aprendiendo de los códigos animales para decir: “¡Eh, nena! ¡estás que te sales!”, “¡Cuidado que viene el lobo maloso!”, “¿Para comer? ¡pues ponte a la cola como el resto de mataos!”, “¡Tú, no te pases ni un pelo conmigo...!” y otras frases tan útiles como éstas. Se chocan cornamentas, se lanzan gruñidos, se despliegan plumajes, se levantan colitas, se segregan productos químicos, se cruzan miradas, se cambia de color, de tamaño,... Todo un extenso repertorio que hemos llegado a comprender.

Un aventajado como Aristóteles ya había definido, en el siglo IV a.C., al ser humano como animal político. Así, en su obra (¡cómo no!) 'Política' dejó escrito:

Es evidente que la ciudad es una realidad natural y que el hombre es, por naturaleza, un ser que vive en polis. Aquel que está sin ciudad es, por naturaleza y no por azar, o bien un ser degradado, o bien un ser superior al hombre; es como aquel a quien Homero echa en cara no tener “ni clan, ni ley, ni hogar” (...)
Así, pues, es patente la razón por la que el hombre es un animal político más que todos los otros, abejas o animales gregarios. Porque, como ya hemos dicho, la naturaleza no hace nada en vano, y sólo, de entre los animales, es el hombre el que habla. Sin duda que la voz (phoné) es señal de dolor y de placer (...) Pero la palabra (logos) es para mostrar lo útil y lo dañino, así como lo justo y lo injusto. Esto es, pues, lo propio del hombre en relación con los otros animales; sólo él capta el bien y el mal, lo justo y lo injusto, y otras cosas parecidas. Porque es la participación comunitaria de todo esto lo que hace la familia y la ciudad.


En resumen, Aristóteles define al hombre como “animal dotado de logos” y esta expresión se puede traducir como “animal dotado de palabra” o “animal dotado de razón”. La inteligencia de los seres humanos (de la mayoría, supongo) nos diferencia del resto de animales por la capacidad de formular juicios: con las palabras no nos limitamos a crear términos para designar los objetos, otros aspectos de la realidad o incluso conceptos abstractos, sino que estructuramos juicios expresados mediante proposiciones. Puede parecernos tan normal que obviemos su importancia, pero en esto radica el poder de las palabras. Que el hombre (como especie) sea racional (puntualizando: el que lo sea) es un hecho que se fundamenta en el lenguaje tan perfeccionado que posee. No nos limitamos a chocar los cuernos, desplegar las plumas, cambiar de color o levantar la cola, aunque también hagamos este tipo de cosas. Nuestra concepción de la realidad nos lleva mucho más lejos y el vehículo para llegar tan lejos son las palabras. Con ellas construimos y destruimos mundos con todo lo que contienen. Con ellas soñamos y pensamos. Con las palabras podemos comunicar prácticamente todo; al menos, lo intentamos (...y vaya si lo intentamos: ¿cuánto tiempo y dinero se emplea cada día en esa compulsiva necesidad de comunicarnos?). Por todo esto, no es de extrañar que haya personas que intenten tapar las bocas de otras, silenciar sus palabras, sus opiniones. Es algo repugnante, pero es la única forma que algunos conocen para tratar de desposeer de un poder connatural a los que son sus iguales. De dictadores ha estado (y sigue) el mundo lleno, y no sólo en el ámbito de los gobiernos mundiales. Ellos siempre han sabido que la pluma es más poderosa que la espada.

Y con estas herramientas de tanto poder a nuestra disposición, debemos plantearnos seriamente ¿qué uso les vamos a dar? ¿serán materiales de construcción? ¿serán armas de destrucción?
Hace poco, leí esta breve historia escrita por Dale Carnegie (prestigioso empresario estadounidense del siglo pasado y autor de libros de auto-ayuda), que me sirve de ilustración:

Un rey soñó que había perdido todos los dientes.
Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia, mi señor! -exclamó el sabio-. Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad.
- ¡Qué insolencia! -gritó el rey enfurecido-. ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde pidió que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado.
Éste, después de escuchar al rey con atención, le dijo:
- ¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobreviviréis a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando el sabio salía de palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio. No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien, amigo mío -respondió el segundo sabio-, que todo depende de la forma en que te expreses.


Uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma en que se comunica provoca en algunos casos grandes problemas; puede cambiar el ánimo y la disposición de quienes te escuchan.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.
El hombre ha recibido el don de la palabra y cuando la emplea adecuadamente transmite mensajes que nos ayudan a ser mejores.


Es interesante tener siempre presente que las palabras que cultivamos nos puedan hacer mejores o peores, o que podamos beneficiar o perjudicar a otros con ellas. Así parece ser. Está en nuestra mente, la que nos pertenece y a la que pertenecemos. Es lo que somos. Las palabras y los pensamientos siempre se dan la vida mutuamente hasta el punto que cuesta saber qué fue primero (nuestra consciencia, el “uso de razón”, comienza cuando se domina el lenguaje, la palabra, el logos ...¡y viceversa!). Y, a pesar de todo, las cosas no son siempre tan meridianamente claras, ni las intenciones tan transparentes. La “diplomacia” puede llegar a pervertirse y dar paso a otros engendros, sobre todo cuando se la desposee de la verdad. El peor de ellos, la más siniestra forma de utilizar el poder de las palabras (en mi opinión), es la manipulación. Pero esto lo dejaré para otro día...

De momento, me quedo con lo realmente importante. Y es lo siguiente: que nadie pueda nunca silenciar nuestras palabras.

20 comentarios:

  1. en el colegio tuve una companiera que se jcataba de ser muy franca y utilizaba esta autodefinicion como justificante de todas sus agresiones. Para mi no tenia sentido, su actitud terminaba siempre -o casi- hiriendo a alguien y eso se oponia a mi idea del valor en si mismo de decir la verdad, sin embargo no encontraba los argumentos para contradecirla y la confrontacion no rimaba con mi timidez espantosa.
    Pregunté a mi mamà (lindas las mamàs) y me dijo "tu amiga no es franca, es desubicada. Ser franca es decir la verdad, es cierto, pero eso no tiene nada que ver con herir, agredir u ofender. Siempre se pueden decir las (mismas) cosas de una mejor manera".
    Aprendi que una verdad no necesita vestirse de odio(sidad) ni violencia para existir, para imponerse y que, contrariamente, esos accesorios lo que hacen es enturbiarla y revestirla de duda. Contraproducente por todos los angulos.
    Asi con las palabras ah: vuelan felices y se posan en los arboles, libres y soberanas esperando que uno las llame gentilmente a la boca; si las tratamos con carinio nos dejan llenarlas de significados nuevos y jugar con ellas, sino se secan y se mueren. voilà :)

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  2. Me ha gustado mucho este post..lo he leido varias veces..pero siempre me dejas pensando en lo que escribes..es genial.,piensa que tal vez detrás de mi silencio muchas veces al leerte se me dibuje una sonrisa.Besos Raindrop..

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  3. Si algo he aprendido hasta ahora es esto mismo que tan bien explicas. No es el "qué" sino el "cómo" lo importante en nuestras expresiones. Es una verdad absoluta. Y la historia del rey lo ejemplifica a la perfección.

    Me ha gustado mucho esta reflexión, y esta es una verdad expresada de la forma más simple, sincera y rápida, tal como lo he dicho.

    ;-)

    un bico!

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  4. Una verdad como un templo!
    Aunque he de reconocer que a veces cuesta mucho decir las cosas con delicadeza, sobre todo cuando otros factores intervienen, como la otra persona, por ejemplo.
    Lo que si es cierto es que cuando utilizamos la palabra como medio de agresión, es sin duda para hacer daño. Cuando a la misma palabra se le da un carisma más dulce, queriendo decir lo mismo, no se establece la lucha.
    Tienes toda la razón, para decir la verdad no hace falta ser brusco, aunque a algunas personas, las verdades les ofenden de todas las formas.
    Un abrazo Raindrop

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  5. Comprendo en esencia lo que dices pero saco otra lectura que es algo que me parece realmente preocupante...
    La palabra es efectivamente muy poderosa y saber usarla con tino es un gran arma.
    Podemos agredir o acariciar con las mismas pero al igual que todo en esta vida, la forma puede ser no más que apariencia.
    A veces se engaña más adornando lo que se dice que diciendo mentiras y encontrar el término medio no siempre es fácil. La forma no es lo importante pero sí es importante saber hacer que la forma acompañe nuestras palabras dotándolas de más significados, de intenciones...
    Para mi la historia del rey pone mucho más de manifiesto la estupidez del mismo que ninguna otra cosa. Así mismo, el sabio no ha usado otra forma de decir lo mismo, sino que ha hecho una interpretación distinta de la misma cosa... ¿me se entiende? ;)
    Muy interesante Rain.

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  6. Si que es cierto que la palabra es nuestro bien más preciado. También estoy de acuerdo que hace más daño que la fuerza porque lo que te digan, si se dice con maldad, se mete en el corazón y suele ir donde más daña a esa persona. Todos conocemos a gente, como muy bien ha explicado Mademoiselle, que se jactan de ser sinceros y en realidad son crueles porque las cosas se pueden decir de mil formas y esas personas eligen la peor...

    Bueno los que estamos aquí (y en diferentes blogs) las utilizamos para una de las mejores formas: contar algo. Ya sea poesía, vivencias, opiniones... Pero transmitimos algo para aquellos que quieren leernos y esa es una gran forma de utilizarlas ¿no?

    Besicos.

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  7. mademoiselle p
    Como bien dices, confundir 'verdad' con 'agresión' es un gran error. Lamentablemente es algo que ciertas personas practican asiduamente, pero así sólo muestran sus malas intenciones (o su torpeza).
    Me ha encantado la imagen del árbol con las palabras posadas en sus ramas... es súper-evocadora ;)
    besos

    tormenta
    palabras, silencios, sonrisas... buena combinación.
    Y es curioso que también hay palabras que viven en el silencio, son pensamientos no expresados.
    besos

    aurora
    Gracias por tu visita y tu comentario. Es todo un honor.
    Además de palabras, tienes una sorprendente destreza para comunicarte con tus diseños. Me encantan.
    Dependiendo de las situaciones, a veces una imagen vale más que mil palabras, y otras veces una palabra vale más que mil imágenes.
    bicos

    xiketä
    Independientemente del interlocutor, siempre deben utilizarse las palabras de la forma más adecuada y considerada. Además, es un buen ejercicio para nosotros mismos.
    La palabra es forma y contenido, ambos son importantes.
    besos

    soloyo
    Creo haber entendido lo que dices...
    El adornar en exceso, si se hace con una intención de obtener algo a cambio, considero que raya (o está de lleno) en el campo de la manipulación. Y, además, creo que es una forma de mentira maliciosa.
    La historia de Carnegie puede dejar al rey como estúpido, es cierto; pero Carnegie se ocupó en sus libros de demostrar cómo nuestras actitudes influyen poderosamente en los demás (¿no pensarás que tus lectores somos estúpidos porque nos contagias tu entusiasmo, eh? jaja). Ambos sabios dijeron lo mismo, pero sus actitudes eran muy diferentes (simplificando: el pesimista y el optimista). Y, mi niña, tú eres la prueba viviente de ello jajajaja Si fueras sombría, nos contarías tu vida de otra forma (forma o interpretación pueden ser muy similares, ya que significante y significado siempre deben estar relacionados), quizás los mismos sucesos, pero con una óptica diferente y esto también sería muy diferente para todos nosotros, tus lectores. En serio: nuestras palabras tienen mucho poder, te lo digo yo que siento el poder de las tuyas ;)
    besazos

    nerea
    Nuestros blogs son también nuestras armas, ¿verdad? Armas que, bien empleadas, ¿quién sabe a qué magníficos lugares podrán llevarnos?
    Yo te agradezco por tu blog, por tus palabras. Me dan muy buenos momentos y eso es de valor incalculable ;)
    besos

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  8. Las palabras deberían ser un camino y andar por ellas el modo justo de llegar todos al mismo lugar inequívoco. Jo, me ha gustado esta frase jajaja.

    Pensando en las veces que las palabras se han entendido y en las que no.

    Maravilloso post Raindrop.

    Ya te había leído y tan lanzada que iba a comentarte tras la debida meditación de tus palabras me he colado en el post anterior jaja...copio, pego, borro.

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  9. Uf... gracias a ti por tu blog y por tus comentarios... hoy soy yo la que estoy ruborizada... :-)

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  10. Ah... y bonita foto (la de la gota de agua nueva)... ya se ve que no es solo los ojos lo que tienes bonito... ;-)

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  11. Hola Rain! Si es que me sacas los colores!
    Lo que quiero decir es, precisamente, que lo que importa es la intención que hay detrás y eso es lo que tienen transmitir las palabras!
    Detrás de mis palabras hay alegría y optimismo, muchas ganas de trasmitir esa alegría y uso palabras que me ayudan a tal fin y cuento cosas que me ayudan a tal fin...
    El rey era idiota por no ver que le decían lo mismo de distinta manera. En mis palabras no hay vuelta de hoja, lo que digo no se podría decir de otra manera porque tiene esa forma para transmitirme a mi misma ¿entiendes? Sin embargo los hechos son hechos y los digas como los digas debería dar igual: o sí o no (dejando fuera obviamente innecesarios ataques).
    Voy a poner un ejemplo muy tonto...
    "Estás gorda": frase que a toda mujer dolería y dicho así seguro ofende, molesta y enfada..
    "Mi niña, estás un poco gordi pero no te agobies, en lugar de eso hazte fuerte, ponte una dieta, tómatelo como un reto de salud y bienestar para ti misma": quien lo oye no se ofende porque nota cariño y amistad en las palabras pero puede quedarse triste y herido igualmente.
    Porque... Si la persona a la que se las dices no ha preguntado ni ha dicho nada de ese tema... ¿por qué las dices? Sólo importa la intención. Si la otra persona está enferma de obesidad y te preocupa vale dicho de una manera o de otra porque tu intención es ayudar, es hacerla reaccionar. Si es una opinión personal tuya, por muy bonito que lo digas seguirá siendo una crueldad y un absurdo, mejor cállate.
    No sé si entendéis mejor ahora a lo que me refiero o si me he vuelto a ir por las ramas...
    Besos (y gracias de nuevo)

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  12. Las palabras son tan importantes que los políticos nos bombardean mezclándolas para crear mensajes por nuestro bienestar, cuando lo normal es que sea para el suyo propio. Porque no es lo mismo la palabra escrita, que perdura, la hablada, que se pierde y la dada que en los tiempos que corren vale poco.

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  13. Como anfitrión de este bloguecillo, me encanta recibiros y ofreceros unas zapatillas para que estéis más cómodos. Espero que os sintáis así, como en vuestro propio blog ;)
    Agradezco inmensamente vuestros comentarios y me gusta responderlos, porque es una pequeña cortesía que creo que os merecéis:

    maría manuela
    ¡Y a mí también me ha gustado muchísimo esa frase! Gracias por dejarla aquí ;)
    besos

    nerea
    jajaja gracias, de nada... ya no sé qué decir ;)
    Con los rubores vamos a jugar al tenis, nos los iremos pasando de un lado a otro de la cancha (ahora creo que están en el mío, pero a ver cuándo puedo ver las fotos de tu-espacio y te vas a enterar jajaaj)
    besos

    soloyo
    ¿los colores? pero si tú eres el arco-iris, guapa ;)
    Creo que te he entendido y tengo que reconocer que tus argumentos son incontestables. Sólo me queda una duda: ¿se puede decir lo mismo de distinta manera? Ya no sería lo mismo, ¿no? La comunicación va más allá del mero intercambio de información. La diferente forma de decir las cosas añade nuevos datos subjetivos a la información objetiva ...y eso es muy importante (lo subjetivo dice quién soy yo).
    No sé si te has ido por las ramas, pero aquí estamos todos posados en las ramas, como las palabras (la alegoría de mademoiselle P me ha parecido tan encantadora...), así que no pasa nada ;)
    besos

    instigador
    Hombre, si me mencionas a los políticos, esos profesionales de la manipulación... mal vamos ;)
    Oye, a veces me ha pasado que palabras que me han escrito (y me refiero a cartas muy personales, no a recibos del banco) me han durado poco y otras que me han hablado no se me quitan nunca de la cabeza... No sé, supongo que depende de tantas cosas...
    Pero comprendo el dicho: "las palabras (habladas) vuelan, mas lo escrito permanece".
    un saludo

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  14. Hola Raindrop y compañía. Ayer pensé que había publicado mi comentario pero parece que no...
    Las palabras pueden ser herramientas y/o armas que utilizadas de una manera u otra pueden ser muestras de amor o de odio, pueden ayudar o hundir, pueden ser bellas en una conversación u odiosas en un relato... Pero gracias a quien sea el género humano tiene una suerte enorme, cuenta con esa herramienta para hacerse oir, para expresar sus sentimientos, para amar e incluso para odiar... ah! y para poner colorados por piropos como los que os echais!! :-)

    En fin, que estoy 100% de acuerdo contigo en tu última frase "que nadie pueda nunca silenciar nuestras palabras" ni con manipulación, ni con miedo, ni con pistolas

    Enhorabuena por esa reflexión. Bss

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  15. Cuando los argonautas fueron elegidos para ir a por el vellocino, pasaron el casting previo de los dioses. Entre los más importantes estaban: Ulises, por su astucia; Herakles o Hércules por su fuerza y Equión, hijo de Hermes por su elocuencia, una hilarante y jocosa elocuencia capaz de convencer al más pintado y que salvó a los argonautas de no pocas desgracias y maldiciones.
    Lo curioso es que el jefe, Jasón, no poseía ni una sola de esas cualidades, fue nombrado almirante de la nave Argo porque, simplemente, enamoraba con su sola presencia. Y ese poder sí que es irresistible
    Me pregunto si la mirada de la cabecera tiene que ver algo con eso...

    Un abrazo

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  16. Sigo agradeciendo vuestros comentarios:

    avellaneda
    Cuanto mayor es el alcance de nuestro poder (y con "alcance" me refiero a la intensidad más que a la distancia) mayor es la responsabilidad al usarlo. ¡Y las palabras tienen un gran poder, no me cabe duda!
    jaja a veces, para distender, nos freímos a piropos, que también está bien. Eso sí, nunca diré algo que no piense ;)
    ...Y quiero insistir en esto: que nadie nunca calle nuestra voz.
    besos

    carmen
    El poder de las palabras no debe ser patrimonio sólo de los elocuentes. Cualquier persona, por su uso de razón, dispone de la fuerza de las palabras. Eso sí, la comunicación es un arte y, por tanto, hay que trabajárselo como todo arte.
    Por mi parte, la mirada de la cabecera no tiene nada que ver con todo esto. No cambio ni una imagen por el contenido del blog. Además, si yo fuera Jasón (aunque aprendí de los filósofos presocráticos a pasar del 'mitos' al 'logos'), reconozco que estoy aquí por enchufe con el jefe Argos, que, curiosamente, también soy yo en este blog. Pero ni de lejos (ni de cerca jaja) soy de los que enamoran con su sola presencia.
    besos

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  17. Pues me he leído del tirón todo tu post, que me ha gustado mucho. Estoy muy de acuerdo con todo lo que planteas. Las palabras van siempre cargadas de intenciones, algunas veces de forma evidente, otras, con intenciones más soterradas. Comunicarse es la base de toda relación humana, y las palabras nos enlazan, nos acompañan, nos animan, nos abren o cierran los caminos. Por eso creo que hay que mimarlas, cuidar el lenguaje, utilizarlas de forma adecuada para acercarte a los demás y hacernos la vida un poco más fácil.
    Tampoco podemos olvidar el poder de los silencios, que a veces pesan e hieren más que miles de palabras.
    Te felicito por tu texto, Raindrop.
    Aterricé por aquí desde el blog de mi amiga Merche-Avellaneda, y prometo seguir descubriendo lo que transmites con palabras.

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  18. Una vez más “me saco el sombrero”, admiro tu forma de escribir y los temas que elijes... gracias.

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  19. tamara rl
    En primer lugar, te agradezco tu visita y te doy la más cariñosa bienvenida (eso sí, el blog de avellaneda es para quedarse y no salir: es buenísimo).
    Te diré sobre los silencios, que casi siempre están más cargados de palabras de lo que parece. Incluso hay silencios tan intensamente saturados de palabras que no encuentran nunca la forma de abrirse paso al mundo de lo expresado. Los silencios que no me interesan son los huecos: allí no hay rastros de vida.
    besos

    mas de mi que de... lirio
    Muchas gracias a ti que lees y me dedicas parte de tu tiempo. No sabes cuánto lo valoro.
    Siempre es un placer contar con tu visita.
    besos

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