domingo, 22 de febrero de 2009

cuando cuentes cuentos cuenta cuántos cuentos cuentas

(67ª parada)
"Los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados".
(2ª Epístola de Pablo a Timoteo, cap. 3: 13)

La última Gran Guerra nos ha dejado infinidad de lecciones, algunas en positivo y numerosas en negativo. Muchas de estas otras lecciones se siguen llevando a la práctica con una eficiencia a prueba de cualquier forma de duda o desaliento. Una de ellas se refiere al poder de la propaganda (que ya hemos llevado, incluso, a los límites de la propaganGa).

Los métodos en que se practicó la propaganda de Estado en los años de 1939 a 1945 han sido de lo más variado, aun con muchas coincidencias entre los dos bandos enfrentados (como no podía ser de otra forma): desde bombardeos masivos e indiscriminados sobre la población civil (tanto por parte de las potencias del Eje como por parte de las potencias aliadas) hasta "inocentes" programas radiofónicos con mucho sentido del humor que trataban de minar la moral de los civiles o de los ejércitos. La llegada de Winston Churchill a este terreno se vio influida, muy posiblemente, por el hecho de que, entre sus numerosas experiencias, también figurara la del periodismo. Sea como fuere, el propio Churchill fue quien subrayó por primera vez la función insustituible de la guerra psicológica. Había dicho que "la moral de la población civil es un objetivo de guerra", y este eslogan fue el punto de partida de la propaganda inglesa.

Pero se me ocurre pensar que Sir Winston Churchill apenas parecería un aficionado a la sombra del ministro de Propaganda del Tercer Reich. Joseph Goebbels ha sido, en realidad, el ideólogo por excelencia del propagandismo por excelencia (valga la redundancia): la crème de la crème en materia de propaganda, vamos. Durante la guerra, aplicó dos métodos diferentes de la mano de dos colaboradores sucesivos: Dietrich y Fritzsche. Dietrich dirigió una primera fase de "propaganda optimista", hasta que cayó en desgracia ante Goebbels a medida que Alemania se embarcaba en la "guerra total" y, por tanto, era necesario que la propaganda psicológica siguiera nuevas pautas. Así, Fritzsche ocupó el lugar de Dietrich y es a quien se le puede atribuir la paternidad de la "propaganda pesimista". Goebbels llamó "la fuerza del miedo" al método de Fritzsche. Pero ambas formas de propaganda no hacían sino seguir fielmente los patrones del ministro y, curiosamente, el periódico El Correo Gallego publicó el mes pasado un artículo acerca de estos patrones y que me viene muy bien para explicarlo. En la versión digital se conserva parte del más extenso artículo de Xurxo Fernández que vio la luz en papel.

Como da la sensación de que nuestros políticos ya se conocían al dedillo todo esto desde hace mucho y que lo saben llevar muy bien a la práctica en su hacer cotidiano, no me queda más que reproducir aquí ese fragmento para que sirva de reflexión acerca de en qué fuentes parecen estar bebiendo quienes nos gobiernan o quieren gobernarnos (porque, igual que en la guerra, aquí tanto "el Eje" como "los aliados" practican estos puntos con maestría). Hay quien piensa que en el amor y en la guerra todo vale. Los hay más audaces que piensan que en cualquier circunstancia todo vale. Bueno, pues yo debo de estar entre los más mojigatos, porque pienso que no hay ninguna circunstancia en la que todo valga.

La forma en que una gran cantidad de políticos se comportan ahora, no es ni mucho menos nueva. El problema está en qué mentes podridas urdieron este tipo de pautas y los efectos que provocaron en millones de personas. Aprendamos de la Historia, porque cualquier parecido de lo pasado con lo presente NO es mera coincidencia.


Goebbels, hoy más actual que nunca -EL CORREO GALLEGO- (25.01.2009) Xurxo Fernández

Lean los once puntos de la propaganda nazi, en cuyo origen estaría Adolf Hitler, pero que solo un cerebro privilegiado como el de Goebbels sería capaz de ejecutar.
Hace poco, en esta misma palestra, les mostrábamos un testimonio realmente impresionante. Hablábamos de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del III Reich y uno de los mayores y más controvertidos genios del siglo XX. Su especialidad, la desinformación. Una consecuencia humana y profesional lógica de todo lo sabido hasta la fecha en materia de servicios de espionaje (algo en lo que, como muchos de ustedes recordarán, fue pionero Felipe II).
Para mostrarles un ejemplo de su capacidad de manipulación, les ofrecíamos un extracto de uno de sus discursos más famosos: Hacia la Guerra Total. Hoy nos proponemos continuar con el mismo tema. Y para ello hemos recuperado otros textos significativos del hombre de confianza de Adolf Hitler. He aquí, sin más, su último testimonio, escrito poco antes de su suicidio en el búnker berlinés en el cual, al menos teóricamente, murieron los principales líderes nazis:

Expreso mi resolución irrevocable de no abandonar la capital del Reich aunque caiga, y de terminar antes junto al Führer una vida que para mí personalmente ya no posee ningún valor si no puedo ponerla al servicio del Führer y a su lado.

Estas son las últimas palabras que escribió Goebbels, en el codicilo al testamento de Hitler, redactado el 29 de abril de 1945. Todo ello escrito en su diario del año 1945 –durante mucho tiempo dado por perdido, como el resto de sus diarios–. Recientemente, ese y otros muchos documentos se han reflejado en un libro que se completa con el testamento de Adolf Hitler, la última carta de Goebbels a su mujer, Magda, y a su hijo primogénito, así como con los dos discursos que leyó el almirante Karl Dönitz por la radio, el primero tras la muerte del dictador y el último para anunciar la rendición incondicional de Alemania.


Pero veamos otras cosas. Por ejemplo, los principios de la propaganda, especie de peculiar decálogo, manejado en todo momento por el famoso ministro de Hitler:

1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. "Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".

4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

5. Principio de la vulgarización. "Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental que realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar".

6. Principio de orquestación. "La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas". De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad".

7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.

9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.

Como verán, resulta, aún hoy, decididamente escalofriante. Pero, para acabar por hoy, conviene señalar que esa claridad meridiana, de una dureza pétrea y una frialdad polar, ya era patente en su famoso discurso de la Guerra Total (que publicamos hace unas semanas):

— "¿Quieren ustedes la guerra total? "
(Clamor: "Sí, sí, sí" - Aplausos)
— "Si fuera necesario, ¿quieren ustedes una guerra más total y más radical que lo que hoy no podríamos ni siquiera imaginar?"
(Clamor: "Sí" Aplausos)...



En fin. Me suena demasiado conocido.


caricatura de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda del Tercer Reich
(Grupo Kukryniksy, Galería Tretiakov, Moscú)

10 comentarios:

  1. Ahora mismo tengo los pelos de punta... Esta manipulación en la que estamos inmersos deja a la inteligencia al ras del suelo, nos aborrega y lo más triste es que muchos siguen a la masa desinformada, manteniendo clichés y tópicos. Y el periodismo en general no favorece a la creación del hombre pensante pero quiero creer en que esa masa está compuesta por individuos inteligentes que piensan por si mismos y que rompen con esos tópicos y clichés instruyéndose.
    Lo se, no ocurre así en general, en global, pero si funciona a nivel de tu a tu...
    Y lo que más me asusta de todo esto es que estamos sumergidos en el audiovisual, y ahora en internet, una herramienta rápida, visual, gráfica, directa que puede dejar -si no le damos al coco- nuestro cerebro totalmente vacío de contenidos...

    Bueno, Rain, que me has hecho reflexionar sobre algo que conozco y que me pone de muy mal humor... pero bienvenida sea la reflexión!!

    En cuanto a el nuevo alicatado del blog, he de decirte que prefiero el blanco porque si, lo confieso, yo también me dejaba las pestañas leyéndote. Encontré una medio solución y era seleccionar el texto por párrafos para no terminar leyendo en braile :-p.

    Me gusta tu nueva casa, lo único que es un rollo que tus enlaces y demás estén abaaaaaaajo del todo imagino que será por el tamaño de la columna.

    Un beso y que la mudanza no sea muy dura! :o)

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  2. Lo leí ayer pero tuve que salir urgentemente. Algo se me había revuelto y necesitaba aire.

    Es brutal pero jodidamente efectivo. Sigo temblando.

    Lo de tu nuevo look, muy bien. Me gusta lo sencillo.

    Abrazos

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  3. Rain!!!!que cambio de look, que pureza, tú ves la primavera cercana y ya estás con esos cambios....me gusta!!!!
    Tu escrito de hoy deja los pelos de punta, ¡más que nada!, porque se ven demasiadas similitudes actuales, con esas del pasado más trágico de la historia.Yo también soy de las que creen que no todo vale, solo faltaba!!!pero los que llegan arriba, se ve que son todos de la misma calaña y pensamiento, y no te digo nada de los poderes mediáticos televisivos y demás informativos....¡de asco!
    Abrazotes y un cuento pero bonito, no de esas guerras demasiado contadas, demasiado crueles e innecesarias, muackkkkkkkkkkkk.

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  4. El negro era bonito, como muy espacial, pero reconozco que produce un cierto estres y te entiendo, buscar un diseno que se adapte a la personalidad de uno es muy dificil. Este es bonito, pero no veo las columnas paralelas.


    Bueno, de la propaganda que te voy a decir...es exactamente asi.
    Es mas importante que nunca hablar de las cosas, no desmoralizarse, ya que por el agotamiento morimos.
    Abrazos y gracias por tus posts, tu blog es , como decimos por aqui un must-read.

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  5. Me gusta la nueva imagen. Antes me costaba más leerlo y acababa viendo el espectro de líneas horizontales durante un buen rato.
    En cuanto a lo que escribes... ya sabemos de qué va la cosa. Para no desfallecer (como dice Sam) no hay que perder nunca la actitud crítica y el gran privilegio de la duda. Al menos, que nos quede la satisfacción de poder seguir formulándonos preguntas. Las respuestas ya las trae el sentido común por sí mismo.

    Un abrazo

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  6. El título tan chistoso, prometía diversión, pero es una dislocación. El decálogo, sobrepasa lo que cabe en cuentos para no dormir.

    ¿Cuándo tendremos líderes de corazón puro y de alma limpia extendidos por todo el mundo? Soñar con ello, es bonito.

    Un beso.

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  7. Caray, yo no puedo explicarme mejor cmo lo hizo Avellaneda, estoy con ella la verdad.

    siento no haber pasado antes, pero estuve fuera, necesitaba desconectar unos días y me fui para mi tierra y allí ya no tengo internet, cachís, pusieron contraseña jajajaja.
    Me gusta el blanco de tu blog, mucho mejor, la verdad!

    Besos guapetón!.

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  8. qué miedo...
    estoy poco elocuente pero al menos quería dejar constancia de que te he venido a visitar y te he leido.

    Besos.

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  9. Gracias a todos quienes habéis comentado este post.
    Lo cierto es que andaba escaso de tiempo con tanto cambio de look y tenía la casa tan patas pa'rriba que no he podido responder a tiempo los comentarios (cosa que me hubiera encantado).

    En fin. Que ahora en cuanto escucho a un político ya me pongo alerta. No puedo evitarlo.

    besos y abrazos para todos

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