domingo, 31 de mayo de 2009

sesgo

(73ª parada)
"Os conocí en el desierto, en tierras de sequía. Pero cuando os saciasteis en los pastos, en vuestra hartura se llenó de soberbia vuestro corazón. Y por esta causa os olvidasteis de mí".
(Libro del profeta Oseas, cap. 13: 5, 6)


Ni vivimos en el pasado ni vivimos en el futuro. Y, sin embargo (y de acuerdo a las investigaciones de neurólogos como, por ejemplo, Marcus Raichle), una gran cantidad de la energía que consume nuestro organismo se dedica a alimentar lo que se ha llamado red por defecto. La red por defecto es el circuito neuronal que está activo especialmente en esos momentos de dispersión de los que podemos decir: “no estoy pensando en nada”. Esta red es el diálogo entre los planes de futuro (radicados en el córtex prefrontal) y la memoria (en el hipocampo). De modo que, si de todo el consumo energético del cuerpo humano el 20% corresponde al cerebro (un órgano que pesa entre un 2 y un 3% del total), resulta que la mayor parte de esa energía no se utiliza en estados de concentración, en el momento de resolución de problemas, en procesos eminentemente racionales…, sino en fantasear, procesar nuestros anhelos, evocar el pasado o navegar sobre el futuro. Quizás sea ésta una de las grandes diferencias (de las muchas que se pueden enumerar) que existen entre el cerebro humano y los procesadores sintéticos. Cuando a mi ordenador le impongo resolver una tarea compleja, que él abordará en clave matemática, compruebo cómo su ventilador comienza a emplearse a fondo… señal de que los circuitos se le calientan a base de bien. Al cerebro no le ocurre tal cosa. La sensación de agotamiento o esfuerzo que tenemos cuando llevamos un tiempo concentrados en una tarea no se corresponde con un incremento desmesurado de la actividad neuronal, que (por el contrario) resulta ser sorprendentemente reducida. La fatiga la producen otros factores.

Ya escribí en otra ocasión sobre la objetividad palmaria de las máquinas y la subjetividad intrínseca del ser humano. Es consecuencia de ese funcionamiento cerebral que dediquemos tantas energías a la exploración del pasado y la simultánea inmersión en el futuro. Vendría a cuento ahora comentar algunas conclusiones de una entrevista de Eduard Punset con Daniel Schacter que tuvo lugar en Boston y que fue emitida en el programa Redes en junio del año pasado. En ella, el neuropsicólogo y especialista en memoria Daniel Schacter ponía de manifiesto que el cerebro elabora los recuerdos manipulándolos, completándolos, rellenándolos con otras cosas, ya sean reales o no, para que tengan coherencia con la experiencia presente y con las expectativas de futuro. Los recuerdos de situaciones concretas (por ejemplo) no se guardan agrupados en las mismas regiones del encéfalo, sino que se almacenan descompuestos por categorías en el cerebro visual, en el cerebro auditivo, etc., para que luego sea el hipocampo quien realice la labor de recomponer o reunificar esos fragmentos de información. Al unirse todas esas piezas, experimentamos lo que se llama un recuerdo. Pero un descubrimiento sumamente interesante, al que se ha llegado a través de las técnicas de neuroimagen y de diversos experimentos psicológicos, es el hecho de que se activen las mismas regiones del cerebro al recordar ciertas experiencias del pasado y al imaginar otras similares acerca de lo que se hará en el futuro. Las neuroimágenes de la actividad cerebral que se obtienen en estos experimentos son tremendamente parecidas. Es importante recalcar que esta actividad también incluye el hipocampo, que es el que se activa para reunificar los elementos que constituyen la memoria. También se activa al imaginar algo que no ha pasado pero que puede suceder. Y es evidente que surgen consecuencias muy reveladoras del hecho de que utilicemos el hipocampo y otras partes del cerebro de un modo similar para recordar y para imaginar. En otras palabras, nuestras expectativas de futuro están basadas en nuestros recuerdos (componentes de la experiencia), pero también modelamos nuestros recuerdos conforme a nuestras expectativas de futuro, con lo cual hacemos que nuestro recuerdo del pasado (por tanto, el único pasado que ha existido para nuestro cerebro) no coincida exactamente con lo que objetivamente hubiera sucedido. Lo que somos es, pues, consecuencia de lo que creemos o sentimos aun por encima de las evidencias de lo que percibimos, que también es transformado por nuestras creencias o sentimientos.

El profesor Schacter dejó constancia de varias de estas conclusiones en su libro Los siete pecados de la memoria. Él los distribuye en dos grupos: los 'pecados' de omisión (básicamente, se trata de distintos tipos de formas de olvidar: transitoriedad, distractibilidad, bloqueo…) y los 'pecados' de comisión (por deformación de los recuerdos: atribución errónea, sugestionabilidad, sesgo retrospectivo…). Me resulta especialmente interesante el fenómeno del sesgo retrospectivo. Me hace pensar el por qué, en tantas ocasiones, las personas demostramos tal rigidez de pensamiento que no somos capaces de aceptar una realidad objetiva (cosa que, por otra parte, no existe para nuestro cerebro) o ajena a nuestro modo preferente de pensar, por más que se nos presenten pruebas irrefutables de que tal suceso [o lo que sea] no es tal como lo asumimos ya sin cuestionarlo. Es muy difícil, cuando se toma partido por algo de forma casi inconsciente o irracional, que se cambie la forma de pensar sólo con base en pruebas racionales. Éstas serán desechadas. El sesgo retrospectivo se refiere a que los recuerdos a menudo están influenciados y distorsionados por nuestros conocimientos, sentimientos y creencias actuales. De nuevo, no es que simplemente desenterremos algo que sucedió en el pasado de una manera totalmente neutral, sino que (a veces) lo que sabemos, creemos y sentimos en el presente afecta a nuestras evocaciones de lo que creemos que sucedió en el pasado. Esto ha quedado clarísimo en las investigaciones científicas. Probablemente, muchas de las conductas dogmáticas, totalitarias o incluso terroristas, tengan que ver con esta capacidad cerebral del sesgo. Y es así porque si las propias creencias le hacen distorsionar a uno mismo el pasado para adecuarlo a lo que uno cree, entonces esas creencias se acaban reforzando y se vuelven mucho más fuertes. Es una espiral de feedback (o retroalimentación) que se construye combinando lo pasado, presente y futuro con creencias y sentimientos actuales.

Pero todo este tema siempre podríamos zanjarlo, sin más, de un plumazo coloquial con la recurrente expresión: en la vida nada es verdad ni mentira, sino que todo es del color del cristal con que se mira.

Y, de este modo, también podríamos justificar todo tipo de estupideces, pasadas, presentes o futuras.

9 comentarios:

  1. Qué científico estás esta noche, mi estimado.
    Realmente, no hay que malgastar las fuerzas del cerebro. Si hay que esperar, se espera; si hay que acometer algo, se acomete; si hay que amar, se ama. Y si hay que reposar se reposa. Conclusiones prácticas y que no consumen más energía que la necesaria de nuestros circuitos.

    Un beso, fiera.

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  2. Madre mia Rain!!!!esto no tiene desperdicio chico!!!!pero que inspiración la tuya...con toda la tesis que argumentas para al final de un plumazo....decir una verdad que resume toda tu exposición...nada es verdad ni mentira, sino que todo es del color del crsital con que se mira...y....es que esta vida es un baile que hay que bailar queramos o no, con sesgo o sin sesgo...mis circuitos neuronales se me han bloqueado de tanto pensar en tu escrito....INTERESANTISIMO y para dialogar largo y tendido.
    Un abrazote

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  3. ¡Qué post tan interesante! Da mucho que pensar. Es decir, que los recuerdos los formamos un poquito digamos a nuestra manera... yo siempre había pensado que era para poder sobrellevar mejor las cosas. Construyendo un recuerdo que nos favorece cognitivamente nos es a veces más fácil seguir adelante.
    Y la frase-resumen final no podría ser mejor. Es verdad que según el color del cristal lo vemos todo de una manera o de otra: a veces negro, gris, nublado... ¡y qué bonito cuando es colorido!
    Gracias por hacerme pensar y aprender tantas cosas.
    Un beso,
    Ana

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  4. Pero que he hecho yo para que siempres estes tan pendiente de mi???

    No me lo merezco.

    Gracias, guapisimo.

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  5. Siempre note que me quedaba agotado pensando en el futuro. Constato que es el "doble trabajo", al mismo tiempo buscar en la memoria y crear cosas nuevas, pero tambien filtrando otras, quizas por supervivencia. Quien no ha tenido alguna vez esa sensacion de que la mente tiene una cierta independencia con respecto a uno mismo.
    Respecto a esa inercia del pensamiento de la que hablas, y la falta de control que conduce a la paranoia, yo si creo que hay algunas realidades y falsedades en esta vida, independientes de la mirada de cada cual.

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  6. Es que me dejas de un aire siempre con tus post Rain! eres un explicoteador nato :-)

    Odiaba la sociología porque me venía a decir que no era libre, que toda mi personalidad, mi manera de pensar y de actuar no era así porque yo la construyera, porque fuera yo la principal protagonista, no, era construida por mi alrededor, por mis padres, amigos, sociedad... que estaba dirigida desde que nacía y hasta que muera... Lo que me fastidia que me digan eso y que tengan razón...

    Pues ahora voy a tener que odiar la neurología por la misma razón!! ;-). El caso es que es cierto que el tiempo hace más dulce o más agrio el pasado, dependiendo de qué es lo que recuerdes; Si es un amor intenso recordarás a tu manera esas situaciones que ahora te parecen idílicas rodeadas de música romántica y de frases increíblemente poéticas cuando fueron momentos de lo más normales o en el caso de un odio o un enfado, siempre tiendes a creer que tienes la razón y construyes alrededor de ese enfado una historia que justifique o te ayude a mantenerlo

    El caso es decirme que estoy condicionada y que no soy única! cachis... pues me mosquea tanta verdad científica leñe!

    En serio, me gustó tu exposición y la conclusión. Gracias por ello
    Un beso

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  7. El cerebro es complejo.
    El tratar de explicar su funcionamiento, mucho más.
    Lo cierto es lo que los neurólogos concluyen cuando hablan de sesgo.
    Y eso ya lo sabíamos por el exquisito cuidado con que forzamos el pasado y anticipamos el futuro.
    Todo de acuerdo con lo que el presente nos pide a través del color del cristal con que miramos.

    Un abrazo.

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  8. Me alegro de venir porque me ha gustado mucho esta entrada. Es impresionante ir descubriendo como funciona nuestro cerebro, es increíblemente complicado y preciso. Me maravilla.
    Lo que me espanta es saber que hay manipuladores que van por delante de la masa estudiando como guiarnos a lo que quieren ya sean publicistas o lo que es peor políticos e ideólogos que aprovechan nuestra vulnerabilidad, o la de una gran mayoría. Son capaces de presentarnos falsedades sabiendo que nos van a embaucar hacia donde les interesa. Actualmente lo podemos comprobar, lo razonable y lo evidente de la realidad lo anulan con unas pocas falsas expectativas que nos crean incidiendo en el sesgo lo más posible para alejarnos de lo que nos dictaría la lógica y encaminarnos a un error que les hace el juego a la perfección. Antes de unas elecciones se puede observar si se analizan las palabras que nos dirigen que seguro van encaminadas a hacernos pensar en lo que menos nos interesa, lo que no es el problema real pero azuzan nuestro sesgo.
    “Lo que somos es, pues, consecuencia de lo que creemos o sentimos aun por encima de las evidencias de lo que percibimos, que también es transformado por nuestras creencias o sentimientos.” Esto es verdad y es un poco inquietante.

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  9. Yuria
    jajajaj si lo que menos energía consume es estar concentrado en algún problema matemático, por ejemplo. Lo demás es un descomunal gasto de combustible :D
    besos

    Sara
    Pues continúa en el post siguiente.
    Te espero también allí ;D
    besos

    Ana
    ...y hay mucha más leña de la que arde. He echado unos troncos en un post reciente, a ver qué tal prende jeje
    besos

    Poledra
    Quizás no es lo que has hecho sino lo que eres.
    ¿adorable? :D
    besos

    samuel
    Sí que hay realidades y falsedades por encima de las interpretaciones particulares. Al menos, así lo creo yo. Como me doy cuenta de que me he quedado a mitad de camino, doy unos pasos más en el siguiente post.
    abrazos

    Avellaneda
    jajajaj ¡estamos atrapados por nuestro propio cerebro!
    De todas formas, el saber esto ya nos da un poquillo de ventaja. Seguimos avanzando en el siguiente post, que me pareció necesario después de leer los comentarios.
    besos

    ybris
    Sí, demasiado complejo se nos hace el funcionamiento del cerebro.
    ¡Y aún lo complicamos más, si cabe!
    abrazos

    Fran
    Hola, bienvenida :D
    me alegra que hayas disfrutado este post y te anuncio que me he sentido en la necesidad de escribir una segunda parte para explicar un pelín más ciertos aspectos que habían quedado demasiado subterráneos en éste.
    Te espero allí también, ok?
    Por cierto, que me di un paseo por tu blog y me pareció muy agradable y sensato. Reincidiré, claro que sí :D
    besos

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