viernes, 23 de septiembre de 2011

horizonte sin horizonte

(área de descanso nº 148)
"O Lord, Thy sea is so great
and my boat is so small".
(The Breton Fisherman's Prayer)

Desde el puerto de la ciudad se puede ver, de cuando en cuando, la incruenta estampa de caza de una jauría de pequeños remolcadores lanzados a la captura de la enorme mole de un buque que se aproxima pesadamente en la bahía. Al observar una nave tan descomunal ya atracada en la seguridad de los muelles, uno piensa que lo natural sería experimentar cierta tranquilidad al embarcarse en ella. Sin embargo, cuando se percibía el navío lejano, como un equilibrista caminando sobre la línea del horizonte, antes de entrar en aguas libres de peligro, la inmensidad del océano lo convertía en un diminuto y frágil juguete a merced de sus caprichos.
Absorto en esa vastedad azul grisácea, me da por pensar en antiguos lobos de mar que atravesaron corrientes furiosas de aguas saladas, tripulando auténticas cáscaras de nuez. Me da por pensar en la valentía del primer marino que decidió horadar un tronco o juntar unos tablones anudados o idear la forma de propulsar una precaria embarcación con la que aventurarse temerariamente hacia destinos ignotos, más allá de la línea que separa el cielo del océano. Valientes campañas respaldadas por motivaciones románticas en algún caso, o por la simple ambición de conquista y expolio de nuevos territorios, en muchos otros casos.

Y aquella no fue más que una primera etapa en la exploración de horizontes. Nuestros mares (igual que antaño) siguen siendo indómitos, siguen siendo tumba salada de desafortunados marineros, pero una nueva generación de intrépidos exploradores apunta hacia un horizonte distinto: un horizonte sin horizonte. Un destino sin línea de separación entre suelo y cielo, puesto que todo es cielo. Pero, igualmente, un destino sin destino.
Es un sueño lejano, un sueño que parecía inalcanzable. La humanidad siempre ha dirigido su mirada hacia los cielos, ha contemplado noches estrelladas, ha catalogado, nombrado, contado, escrutado, en la medida de lo posible, cuantos astros estuvieran a tiro de su mirada. A simple vista, con catalejos o con telescopios más o menos sofisticados. Se ha extendido en sueños, alimentados por la ciencia-ficción, de colonizar mundos más allá de límites que no se supo cómo traspasar. Y aún permanecemos en la terca ignorancia de cómo hacer posible en realidad lo que solo parece posible en la imaginación.
Recordando series y películas de la infancia y de la adolescencia, compruebo que el sueño se dilata en el tiempo. El año 1999 quedó atrás, también el 2001. Y apenas nos hemos despegado de nuestra vieja Tierra: un leve pisoteo a la inhóspita Luna (pisoteo que incluso es puesto en duda por escépticos contumaces), algunos paseos por la órbita planetaria y, para completar el bagaje, otros artefactos no tripulados que merodean por el vecindario próximo, a distancias no mayores que unos cientos de millones de kilómetros. Más allá, la fría oscuridad del espacio profundo y su no-horizonte inexplorado. Un espacio demasiado grande para unas empresas demasiado reducidas...
Y, sin embargo, quien contempla nuestro hogar desde fuera dice que el cambio de perspectiva sobre nosotros mismos (respecto de la constante mirada: los conflictos que nunca terminan, las visiones claustrofóbicas y mezquinas sobre quiénes somos, las miras estrechas con el resto de congéneres e incluso con las demás especies y riqueza de nuestro mundo), ese diferente y nuevo modo de contemplar la realidad, resulta regenerador.

Los hombres de ciencia, además, comienzan a apremiar con la necesidad de abandonar esta nave nodriza que orbita alrededor del Sol. Por muchos motivos: la extinción de recursos que garanticen la supervivencia de nuestra especie, las crisis climáticas que amenazan con severas catástrofes, la destrucción planetaria (por efecto de la actuación humana) que ya parece irreversible... Estos son motivos a corto-medio plazo, pero aún hay alguno más que tener en cuenta a largo plazo, en un futuro muy muy lejano. Conocemos la predicción de que nuestro planeta llegará a ser devorado por el Sol, cuando este vaya agotando su propio combustible y devenga en gigante roja o algo por el estilo... Demasiado lejano, sí, pero no deja de ser una amenaza para la supervivencia de nuestra especie. Hay quien se apostaría todos los caramelos del mundo a que antes ya nos hemos liquidado entre nosotros, sin intervención ajena. Sin embargo, científicos como Stephen Hawking han dejado páginas escritas acerca de una evolución en la especie humana para adaptarse a esos eventos futuros. Se trata de una transformación que permita desintegrarnos en otros seres nano-robotizados, pero conservando la esencia de lo que es estrictamente humano. Es el único modo de que podamos viajar a remotísimos lugares separados de nosotros una gran cantidad de años-luz sin perecer en el intento. En fin, a mí también me suena a ciencia-ficción, pero es lo que hay.
De momento, me conformaría con que supiéramos conservar y estimar lo que tenemos y somos, y el espléndido planeta en que vivimos.

La Tierra ha sido considerada desde siempre como el hogar por antonomasia de la Humanidad. Empero, si nuestra especie desarrollara las adecuadas habilidades para la exploración del horizonte sin horizonte, una identidad tan asumida como aquella dejaría de tener sentido en lejanísimos tiempos futuros.


15 comentarios:

  1. Me angustia pensar en la posibilidad de un futuro en el que tengamos que abandonar nuestro planeta.Está bien querer descubrir nuevos horizontes, por que el ser humano necesita crecer, avanzar, descubrir, investigar, pero todo esto sin olvidarnos que lo principal y prioritario es cuidar y conservar lo que tenemos y alargar lo máximo esa posibiidad, que no por lejana es menos preocupante.
    Nuestro hogar está en peligro y apenas somos conscientes, o no queremos serlo.
    El horizonte futuro...vamos a pasos agigantados hacia nada bueno, es mi percepción.
    Jo!!! qué negativa estoy últimamente.
    Buen finde.

    Un beso

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  2. La Tierra sigue siendo la Tierra pero no sabemos hasta cuando, porque nos la estamos cargando, poco a poco, y al final llegará un momento en que se plante y diga: hasta aqui hemos llegado!... y entonces qué??.

    A mi, y cambiando de tema, lo que me maravilla es un buque de esos enorrrrrrmes, pueda flotar en el agua sin hundirse :S Increible.

    feliz finde guapo.

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  3. Hoy mismo, y con las reservas necesarias en estos casos, se ha presentado por el CERN una leve imperfección en la teoría de la relatividad y alumbrado la velocidad de los neutrinos como superior a la de la luz misma. Apenas estamos en pañales con todo esto. Volviendo al comienzo de tu post, más nos valdría ahondar en lo propio antes de ser pioneros en lo ajeno. Explorar nuestros oceanos así como la colonización de la luna me parecen los pasos más sensatos y sin los que ninguno de las posteriores fases espaciales podría darse.

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  4. El sol acabara explotando y muchos millones de años antes el planeta estará seco pues el sol se irá calentando más y más hasta explotar.
    Tras leerte me imagino a la tierra como ese borracho fumador al que el medico dice, deja de fumar y beber que estas acortando tu vida, el planeta tiene un final y no lo pondrá el hombre, el hombre solo acabará con el hombre y cuando eso ocurra el sol acabará con el planeta.
    Madre mía, no se si lo que he escrito tiene algún sentido pero ahora no lo borro.

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  5. hoy si me he quedado un poco turbada... en estos tiempos pareciera que ya no hace faltaimaginar peliculas de ciencia ficción o de desastres...
    pareciera que estuvieramos dentro de ella

    ... sin sonar fatalista...

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  6. Quizá debamos explorar nuevos horizontes en nuestro interior y encontrar la manera de frenar la que se avecina, ya, suena incluso más descabello que la teoría de Mr.Hawking, ya me callo.

    En cuanto he vuelto he venido a verte.
    Besos

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  7. Sory
    Hay mucho peligro. Y el peligro no es futuro, es presente. Nos toca remangarnos y cuidar bien lo que hay para no hacérselo pasar demasiado mal a los que vienen detrás.
    besos

    Sandra
    A mí, más que ver un barco flotando en el agua, me acojona ver un avión flotando en el aire. El no va más jajaja
    besos

    Maeglin
    He leído eso de los neutrinos. Quedamos a la espera de que se confirme la validez del experimento, no vaya a ser que nos pongamos a elucubrar cosas raras para nada. De todos modos, en conocimiento del cosmos seguimos en pañales.
    abrazo

    Montse
    jajaja sí, tiene sentido. A mí me lo parece, al menos.
    La Humanidad puede alterar la Tierra lo suficiente como para autodestruirse. A partir de ahí, el planeta seguirá su propio curso.
    besos

    Jo
    Igual que ver El día de mañana o alguna por el estilo. El problema es que no aprendemos de ninguna manera...
    besos

    River
    Es lo más sensato que he leído en el día. Has pillado a la perfección lo que quería decir.
    Gracias porque has decidido no seguir callada, eso es una buena noticia. Te echaba de menos.
    (¡qué alegría me has dado!)
    un beso bien grande

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  8. Alegría la mía, así da gusto volver!

    Yo? Decir algo sensato? Ay, señor, perdónale no sabe lo que dice.

    Un beso

    Ah! y para mañana potaje de injusticias de primero y chorizos con dos huevos de segundo.
    El puesto es tuyo, ve preparando los ingredientes. Enciende la tele, no te doy más pistas, de nada.

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  9. jajaja vale, retiro lo de "sensato" (que hay una reputación que mantener jajaja), pero me ha parecido muy atinado lo que has escrito.
    Ay, madre, ¿encender la tele me dices? Me deshice de ese aparato hace muchos años y creo que vivo mejor sin él. Pero el puesto de pinche lo quiero igual, eh? ;)

    un besazo

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  10. Yo estoy con River, dispuesta a no dejar nunca de explorar en una misma y en los que tengo alrededor. Me he quedado un tanto desolada con el asunto de los nanorobots y todo eso. Me alegraba la jornada leer sobre lobos de mar; me resulta más poético y alentador. El texto no tiene desperdicio, querido Rain.
    Besos salados de sirena que no quiere aceptar ese futuro desasosegante e incierto

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  11. Siempre que llego hasta aquí, después de leer, me doy cuenta que hay tantas cosas que me gustaría comentar que me lío y al final sólo comento una décima parte de lo que quería... (pero intentaré hacerlo bien esta vez).

    El ser humano siempre ha tenido ansias por descubrir, por saber lo que hay más allá de lo que "conoce" (y entrecomillo conoce porque, por mucho que nos queramos nombrar dueños de la tierra, no conocemos nada, o casi nada, de ella), por perderse en nuevos horizontes sin importar hasta dónde les lleve... Quizás por eso desde hace mucho tiempo (ya en época romana hay relatos de viajes a la luna)hemos puesto nuestra mirada en las estrellas y en lo que existe más allá de ellas... Es algo intrínseco al hombre, casi tanto como su crueldad inherente.
    Una vez una de mis profesoras me dijo aquello de "en polvo eres y en polvo te convertirás... y teniendo en cuenta que somos hijos del polvo de estrellas lejanas, nuestro destino no es otro que volver a las estrellas".

    Ahora bien, sobre lo que dijiste acerca de que si abandonamos la Tierra la definición que la coloca como alma mater de la humanidad se vería deslucida... no estoy de acuerdo. De igual modo que quedan reminiscencias de nuestro pasado común en mitos y leyendas, también quedaría nuestro planeta como una parte viviente de nuestro folklore...

    Y sobre la ciencia ficción... cuando empecé a escribir Fimbulvetr descubrí que hay más cosas reales que pensamos que aún son ciencia ficción de las que creemos, algo que, con las nuevas teorías sólo aumenta... si no, sólo hay que mirar el concepto de túnel cuántico :S

    En fin, un unverso entero de once dimensiones por descubir y con el que maravillarse, no crees??

    Un abrazo!!

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  12. Si, lo de los aviones también acojona, pero como estábamos hablando de barcos, no me pareció procedente cambiar de medio de locomoción :P

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  13. Jo
    Los lobos de mar dan más juego para hermosos relatos que los nano-robots, eso desde luego.
    Como nuestra propia historia la escribiremos desde el presente, lo mejor será no dejar la tarea para el día de mañana. Y habrá que mantener la motivación bien intacta, sin desalientos.
    besos

    Efraim
    Muy buen comentario, el tuyo. Pero tengo que hacer una pequeñísima matización: no escribí que la Tierra fuera el alma mater de la Humanidad, sino su hogar por antonomasia. Es evidente que si un día desaparece este planeta y la Humanidad se encuentra dispersa, habitando una lejana área extensa del universo, se habrá perdido el sentido de esa identidad Tierra-Humanidad. Es como si, pasados muchos años, la casa que fue mi hogar de pequeñito hubiera sido derruida y yo estuviera viviendo (después de un sinfín de mudanzas) en un piso de una lejana ciudad donde ya me he asentado definitivamente. Bueno, por poner un ejemplo.
    abrazos

    Sandra
    jajaja sí, es cierto. Pero piensa también en las naves espaciales. Todas esas toneladas de metal puestas en órbita, salvando la atracción gravitatoria de la Tierra. Para flipar en colores ;)
    besos

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  14. Pues no sé qué decirte... cuando era pequeño vivía en una casa a varias calles de donde vivo ahora. Esa casa fue derruída hace ya mucho tiempo y llevo sin vivir en ella mucho más pero aún así aún paso y siempre digo "Ahí viví yo" o "Esa era mi casa". Imagino que si la tierra se destruye y los humanos se dispersas por el universo perderemos ese "lugar al que regresar" pero siempre se podrá mirar hacia el lugar (vacío en este caso) que ocupaba la Tierra y decír "de ahí venimos"
    No sé...

    Un abrazo!!

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  15. Quien ha vivido en varios paises diferentes sabe que a veces uno puede sentirse como en otro planeta sin haber salido de este. Momentos, situaciones, paisajes urbanos, clima, cosas aparentemente sin importancia, pero que pueden llegar a ser duras al recien llegado. No quiero imaginar la de trastornos que provocaria salir realmente del planeta, a la primera generacion. Mejor quedemonos, y hagamos este mas agradable.

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