domingo, 9 de septiembre de 2007

schweitzer

(5ª parada)
"Amigos míos, os propongo que llenéis vuestra mente de todo lo que sea verdadero, honesto, justo, digno de respeto; de lo agradable, de lo que tenga buena reputación. Pensad en todo lo que es bueno y merece alabanza".
(Epístola de San Pablo a los Filipenses, cap. 4: 8)

“En la sociedad capitalista contemporánea (...) los hombres propuestos para la admiración y la emulación son cualquier cosa menos arquetipos de cualidades espirituales significativas. Los que el público admira esencialmente son los que dan al hombre corriente una sensación de satisfacción substitutiva. (...) Sin embargo, la situación no parece totalmente irremediable. Si se contempla el hecho de que un hombre como Albert Schweitzer se haya hecho famoso en los Estados Unidos, si se tienen en cuenta las múltiples posibilidades de familiarizar a nuestra juventud con personalidades históricas y contemporáneas que demuestran lo que los seres humanos pueden lograr como tales, y no como anfitriones (en el sentido más amplio de la palabra), si se piensa en las grandes obras de la literatura y el arte de todas las épocas, parece que existe la posibilidad de crear una visión de un buen funcionamiento humano, y por lo tanto una sensibilidad al mal funcionamiento. Si no lográramos mantener viva una visión de la vida madura, entonces indudablemente nos veríamos frente a la probabilidad de que nuestra tradición cultural se derrumbe. Esa tradición no se basa fundamentalmente en la transmisión de cierto tipo de conocimiento, sino en la de ciertas clases de rasgos humanos. Si la generación siguiente deja de ver esos rasgos, se derrumbará una cultura de cinco mil años, aunque su conocimiento se transmita y se siga desarrollando.”

He extraído estas líneas del capítulo IV del libro El arte de amar (¡una lectura que recomiendo encarecidamente!), escrito por el filósofo Erich Fromm en 1956. Pocos años antes (en 1952), se había concedido el Premio Nobel de la Paz al extraordinario Albert Schweitzer. Cuando leí, ya hace mucho tiempo, el texto de Fromm, aumentó mi enamoramiento de la figura de Schweitzer, porque comprendí que además de su importantísima labor como misionero, médico, filósofo, teólogo y musicólogo, había que tener presente que era un modelo más que podía ayudar a nuestra sociedad (es decir, a cada uno de nosotros) a evitar el colapso que parece amenazarnos muy de cerca. Fromm demuestra optimismo al confiar en que la fama de Schweitzer podría ser el faro de salvación de una generación de jóvenes y adolescentes que dejarían de navegar a la deriva en las difíciles aguas de la segunda mitad del siglo XX. En las aún más difíciles aguas del siglo XXI, me pregunto dónde queda el ejemplo de Schweitzer. Posiblemente haya sido devorado por excéntricos cantantes de pop-rock atiborrados de alucinógenos, por excesivamente individualistas y muy bien pagados jugadores de fútbol, por la tropa hollywoodiense de actores y actrices de mediocres historias tan increíbles como inútiles, por una fauna esperpéntica de 'pseudo-famosillos' que pululan sin tregua (y sin ciencia) por la cotidianidad de las emisiones televisivas... ¿Quién sabe?

Me gustaría ser ingenuo como Fromm en los días que corren. A veces lo intento. Recuerdo haber preguntado (siempre en tono distendido, aprovechando el ambiente de confianza que puede surgir entre dos personas que aprenden mutuamente la una de la otra) a mis alumnos de clases particulares: "¿Sabes quién es Albert Schweitzer?". Para ponerlos a prueba. A ellos y a nosotros, que deberíamos haber mantenido viva la llama del misionero alemán. Lo normal es obtener respuestas tipo "No" o "En mi vida he escuchado ese nombre". El más osado llega a preguntar si se trata de un físico (debe sonar parecido a Albert Einstein) o de un matemático, que son temas de nuestras clases. Pero no. Se habla a tientas y se desconoce completamente. Bueno, pues se trata de recuperar del olvido a quien debería seguir entre nosotros. Y, pecando de ingenuo, procuremos que el salacot de Schweitzer sea un objeto más codiciado para nuestros chavalotes y chavalotas que la mismísima camiseta de Ronaldinho.

Anexo para vagos: Termino con la biografía de Albert Schweitzer (de la Enciclopedia Encarta), para los que no saben quién es este personaje y todavía no se han animado a saber un poco más de él.

Albert Schweitzer (1875-1965), teólogo, filósofo, musicólogo y médico misionero alemán, hijo de un pastor protestante. En 1952 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz.
Nació el 14 de enero de 1875 en Kaysersberg, Alsacia (en el actual departamento del Alto Rin, Francia). Cursó estudios medios en Mulhouse y fue en esta ciudad donde comenzó su aprendizaje del órgano, bajo la dirección de Eugène Munch. Estudió luego filosofía y teología en las universidades de Estrasburgo, París y Berlín, y órgano en el Conservatorio con Charles Marie Widor. Doctor en Filosofía en 1899, se licenció en Teología en 1900. Ese mismo año se ordenó coadjutor de la iglesia de San Nicolás en Estrasburgo, de cuyo seminario teológico fue rector un año después. Pronto destacó por sus opiniones originales que expuso en De Reimarus a Wrede (1905). Como músico fue un organista famoso y experto en la construcción de órganos. Ya por esta época se afianzó en él una vocación de servicio que lo llevó a plantearse la necesidad de estudiar medicina como forma de ayudar a los otros. Su obra de musicología más famosa, Johann Sebastian Bach, publicada en francés en 1905, se tradujo al alemán en 1908. En ella hace hincapié en la naturaleza religiosa de la música de Bach y defiende una interpretación sencilla y directa de su estilo, que más adelante fue aceptada como forma de interpretación modélica.
Obra religiosa: Schweitzer estableció su reputación como teólogo con La búsqueda del Jesús histórico (1906), libro en el que interpretó la vida de Jesús a la luz de sus creencias escatológicas. La tesis es que el cristianismo es, fundamentalmente, una escatología, un anuncio del advenimiento del Reino de Dios. El principio ético cardinal será el "respeto a la vida". En otros estudios sobre teología, como La mística del apóstol Pablo (1930), analizó el Nuevo Testamento desde la perspectiva trascendentalista de sus autores.
Obra médica y filosófica: En 1913 concluyó sus estudios de medicina y cirugía en la Universidad de Estrasburgo y se trasladó a Lambaréné, en África ecuatorial francesa (hoy Gabón), como misionero médico, donde fundó un hospital y atendió a unos 2.000 pacientes tan sólo durante el primer año. De 1917 a 1918, como ciudadano alemán, estuvo confinado en Francia, periodo que aprovechó para escribir dos volúmenes de un estudio filosófico sobre la civilización, Filosofía de la civilización (1923), obra que trata del pensamiento ético desde una perspectiva histórica y en la que sostiene que la civilización moderna está en decadencia debido a su falta de voluntad para amar. Sugirió que la gente habría de profundizar en una filosofía basada en la 'reverencia por la vida', una sensibilidad que abarcaría todas las formas de existencia.
En 1924 regresó a África, donde a pesar de numerosos obstáculos, reconstruyó el hospital y lo equipó para cuidar a miles de africanos, entre ellos unos 300 leprosos. Con frecuencia visitaba Europa para dar conferencias y recitales de órgano. A instancias de Widor escribió una importante monografía sobre la naturaleza del arte de Bach. También es autor de El arte de fabricar órganos en Alemania y Francia. En 1952 recibió el Premio Nobel de la Paz. Murió el 4 de septiembre de 1965 en Gabón. Entre sus otras obras destacan El reino de Dios y cristianismo primitivo (1967) y su autobiografía Mi vida y mi pensamiento (1931).
Schweitzer fue un músico, filósofo ético y humanitario de fama mundial. La hondura de su percepción religiosa respecto al mundo natural y los logros de la humanidad impregnó y unificó todas sus actividades.

8 comentarios:

  1. Hola, raindrop. Muy bien por haber puesto la biografía, así nos ayudas a los pobres ignorantes.
    Por cierto, hoy estaba ojeando blogs diversos y me encontrado con uno que te puede interesar:
    http://pfc-etsac.blogspot.com/
    échale un vistazo.
    Y una cosa más, si quieres, échale un vistazo también a los comentarios que hay en la entrada que puse sobre el atún, y me dices qué te parece. (uffffffff).
    Un besazo. tqm

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  2. Hola Raindrop, muchas gracias por tu visita a mi blog y mil gracias por el comentario... no nos conocemos no?
    Muy interesante tu blog, espero sacar un rato para leer con más calma...

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  3. Pero, ¿no me vais a decir nada de Schweitzer?
    Como queráis. Los comentarios son libres...

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  4. El otro día vi por casualidad un reportaje en un canal de documentales que me produjo una gran tristeza (de hecho, tuve que quitarlo). En él hablaban del germen del racismo moderno, el nazismo y las teorías eugenistas. Aquellos seres se consideraban a sí mismos la avanzadilla del mundo, la vanguardia, los progres del momento, por así decirlo. Yo no conocía nada sobre Schweitzer, pero leer sobre él me ha dado la cara opuesta de lo que vi. Me pregunto por qué somos incapaces los humanos de elegir correctamente a nuestros guías.
    Lo más lamentable de todo es que seguimos siendo absurdamente miopes.
    Gracias por pasarte por mi blog y gracias por tu comentario. Te añadiré a mis favoritos para releerte con tiempo.
    Saludos,

    Carmen

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  5. Luego de que te pasaras por mi blog decidí devolverte la visita y he estado leyendo tus entradas.Las encuentro sumamente interesantes, y desde luego que hacen pensar mucho.

    Lamento tener que decir que desconocía quien era el señor Schweitzer, así que te agradezco que nos lo presentes a gente ignorante como yo. Vivimos en un mundo donde la prisa, la apariencia, el egocentrismo, la falta de comprensión hacia los demás marcan nuestro ritmo de vida. Y el problema es que tendemos a dejarnos llevar sin presentar batalla. Pero el ejemplo de personas como este señor, como Teresa de Calcuta, como Rigoberta Menchú y como miles de desconocidos es lo que puede salvar a la Humanidad de esa "decadencia" por no saber amar.

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  6. Os agradezco mucho los comentarios.
    Os presento a Schweitzer, como vosotr@s podéis presentarme a otros ejemplos que yo desconozco. No es cuestión de ignorancia, sino de enriquecimiento. Y ya os lo agradezco de antemano.
    Lamento que mi blog va lento, porque escribo un post por semana, más o menos. Pero espero que lo poco que escriba nos sirva a tod@s.
    Un beso

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  7. Pues como tus alumnos he de decir que no le conocía, pero me alegro de haberlo conocido y tener oportunidad después de profundizar más en este hombre a todas luces fantástico.
    Gracias.

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  8. El amor como diría Erich Fromm: «Es todo un arte que hay que aprender y practicar»...........cuando llego este libro a mis manos,( me lo dejo un amigo ), me quede algo confusa, el nos muestra las diferentes formas de amar, pero amar como si fuera una tarea a desempeñar, es complicado...............¿Tenemos que aprender a amar como si aprendiéramos a dibujar ?........ amar requiere un esfuerzo, prefiero sentir el amor, y una vez sentido seguir practicandolo.
    El paso por varios divorcios en su vida, tal vez trabajo poco ese arte de amar.

    Schweitzer no solo es interesante............me quedo con él.

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