jueves, 30 de julio de 2009

pataletas gallináceas


(77ª parada)

“Había en esa ciudad un hombre muy rico llamado Zaqueo, jefe de los cobradores de impuestos, que quería conocer a Yeshúa.
Pero no podía verlo a causa de la multitud, porque Zaqueo era de baja estatura”.
(Evangelio según Lucas, cap. 19: 2-3)

Si yo quisiera criticar la arquitectura de Peter Einsenman o de Frank Gehry (por ejemplo), ni destacaría el gusto por lucir pajarita de uno ni la enorme nariz del otro. Hay mejores argumentos. Si yo quisiera criticar la política de Aznar o de Zapatero (por ejemplo), no haría referencia ni a bigotes ni a abdominales, ni a parecidos con famosos humoristas británicos. Hay mejores argumentos. Si yo quisiera criticar la labor periodística de Jiménez Losantos (por ejemplo), nunca aludiría ni a su característica dislalia ni a otros rasgos de su fisonomía. Hay mejores argumentos.
Podría seguir, pero creo que está clara la idea que quiero destacar. Normalmente, he considerado una vileza que alguien se ensañe en cuestiones físicas de una persona, o en otras de similar rango (que, precisamente, no se pueden elegir: vienen 'de fábrica'), para denigrar aspectos de su actuación personal que nada tienen que ver con aquéllas (y que sí se eligen: éstos no vienen 'de fábrica', se fabrican). Es una forma ventajista de atacar a alguien, porque se lanza el dardo en la dirección en que el agredido es absolutamente incapaz de defenderse. ¿Acaso Zaqueo (el del texto introductorio) tenía la culpa de ser bajito? Ese defecto suyo hacía que recaudara montones de ácidas burlas de sus conciudadanos de Jericó, cuando el tema de fondo (y principal) era su colaboracionismo con el invasor romano. Si Zaqueo hubiera sido alto y fuertote hubiera sido igualmente odiado por su condición de publicano, pero habría escapado a una atmósfera de escarnio injustificado. Quien, por ejemplo, padezca a un jefe inepto podrá desahogarse llamándole (no a la cara, por supuesto, que no están los E.R.E.s para bromas) cosas como calvorota barrigudo o qué sé yo. Pero en el convencimiento de que ni la alopecia ni la obesidad son las causas de su ineptitud. He conocido a calvos y a gordos que son todo un portento.

Tenemos un problema cuando sentimos tal aversión por alguien que demonizamos todo lo que es o representa esa persona. Es difícil que alguien encarne el mal al 100%. Igual que es difícil todo lo contrario. Recuerdo una anécdota que me contaron hace mucho de una ancianita que siempre tenía algo bueno que decir de cualquier persona, por poco merecedora que se la considerase de un elogio. Una vez, alguien le espetó: “Usted sería capaz de decir algo bueno hasta del mismísimo diablo”. La viejita, pensativa, le responde: “Bueno, debe de tratarse de alguien con la virtud de una constancia inquebrantable, porque ir por ahí siempre haciendo el mal sin cansarse…”.
Denigrar cada aspecto de quien no goza de nuestra simpatía es negar la posibilidad de reconocer algún mérito en cualquiera de sus acciones. Lo cual es de una cerrilidad recalcitrante. Y es también una muestra por parte del denigrante de que su juicio antepone los propios apasionamientos a una argumentación razonada. Insano ejercicio mental.

Como muestra de este tipo de actitudes, que tan necesario es desterrar de la práctica de las artes, de la política, de la ciencia y de cualquier otra actividad humana, me viene a la mente una fábula de Tomás de Iriarte con la que ir concluyendo esta breve parada veraniega.

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El cuervo y el pavo
Cuando se trata de notar los defectos de una obra, no deben censurarse los personales de su autor
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Pues, como digo, es el caso
(y vaya de cuento)
que a volar se desafiaron
un pavo y un cuervo.

Al término señalado
cuál llegó primero,
considérelo quien de ambos
haya visto el vuelo.

«Aguárdate -dijo el pavo
al cuervo de lejos-.
¿Sabes lo que estoy pensando?
Que eres negro y feo.

Escucha: también reparo
-le gritó más recio-,
en que eres un pajarraco
de muy mal agüero.

¡Quita allá, que me das asco,
grandísimo puerco!
Sí, que tienes por regalo
comer cuerpos muertos».

«Todo eso no viene al caso
-le responde el cuervo-,
porque aquí sólo tratamos
de ver qué tal vuelo».

Cuando en las obras del sabio
no encuentra defectos,
contra la persona cargos
suele hacer el necio.

12 comentarios:

  1. Muy acertada tu entrada. Cuántos gansos andan por el mundo que necesitan recurrir a otros defectos de los que no se tiene culpa para criticar lo verdaderamente criticable. Quizás no sepan

    -Besos

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  2. Si se quiere hacer una crítica que resulte constructiva, no hay más que apuntar en la dirección correcta, allí donde está lo que se pretende criticar.
    Si sólo se quiere destruir, entonces se apunta en la dirección en la que se haga más daño, sin aludir al asunto principal.
    Todo eso dice mucho de las verdaderas intenciones del criticador (o de su ineptitud para hacer críticas adecuadas).

    besos

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  3. Uf! que cierto es eso de "caer" en las descalificaciones perdidas y descontextualizadas cuando se carece de argumentos potentes y concretos.. En general, en la vida, me esfuerzo por ver "la otra cara de la moneda" y es asi como me he encontrado reconociendo "virtudes" en gente que ma hecho algun mal: que es muy habil y sagaz, que es de una franqueza inapelable, etc.
    Tal vez también porque no tendria mérito alguno enfrentarse, soportar o hasta superar a alguien que no vale un céntimo en ningun aspecto.
    Ni la malda absoluta ni la bonda absoluta..
    Y por otro lado me acuerdo de esa historia que contaste sobre la existencia de LA verda y los ciegos que, tocando parcialmente al elefante, no eran capaces de percibirla. Aplica o no aplica para estas situaciones?
    Estas de vacaciones? Ya no desaparezcas asi, pué, no vez que se te echa de menos!!

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  4. Cuando alguien (yo/tu/él... que aquí no nos libramos nadie) descalifica a otro en una discusión o indicando una diferencia de pareceres, le quita toda autoridad a su diferencia o crítica. Como dices, es la manera rápida y barata de hacer daño, me recuerda al patio de colegio cuando se le insulta a un niño llamándole "cuatro ojos" o "ballena" solo por parecer ser diferente o por creer que es débil por ello.

    Estoy intentando recordar un ejercicio de escritura creativa, escribir una historia sobre una persona que odies (o que te caiga mal que lo del odio me parece desproporcionado). Creo que el tema era ponerse en su lugar y, en definitiva, empatizar con ese personaje. Aunque ahora que lo pienso, igual era un ejercicio de psicoanálisis! :p

    Un beso compañero (cómo se nota que estamos en veranito... que relax se nota en la blogosfera!)

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  5. P
    Pues, mira, no me había percatado de ello, pero creo que el elefante y los ciegos también tienen su parte en esta historia de pavos y cuervos.
    jeje no voy a desaparecer... que, si no, yo también te echaría de menos :D
    besos, mi querida amiga

    Avellaneda
    Ni te imaginas, entonces, la de desautorizaciones que se dan en la crítica política. Porque ya estoy más que cansado de escuchar y leer cómo se mezclan, junto con críticas más o menos coherentes, otras que no son sino ofensas para desacreditar al rival de turno. Una pena para el clima que se debería respirar. Y muy pocos se libran.
    Eso de ponerse en los zapatos del otro no es mal ejercicio, no. Sobre todo, porque es el primer paso para superar esa especie de creencia de que todo lo que es y hace mi enemigo es perverso, malvado, inmoral, bochornoso, depravado, enfermizo, indecoroso, malicioso... (¿sigo?) :P
    Bueno, pues nada, que aquí seguiremos animando lo que queda de blogosfera veraniega jeje :D
    besos

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  6. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  7. Si me lo puedes traducir al castellano, sería genial.
    ok?

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  8. Me da a mi Rain que ese comentario tiene toda la pinta de Spam/virus... yo que tu lo borraría

    En cuanto a lo de ponerse en los pies de otro, he recordado un post que hice en el primer año de vida de blog (no es el ejercicio que comentaba pero... me viene a huevo):
    http://edibeavellaneda.blogspot.com/2006/07/utopas-prejuiciosas.html

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  9. puedes traducir al castellano, sería genial.

    Hombre, lo que sea, te va a costar seis mil pavos, eso si te lo deja claro. ;)

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  10. Al final, he borrado el comentario por simple precaución (nunca se sabe). Sé cómo ha llegado hasta aquí y no creo que tuviera mucho peligro, pero por si acaso...
    De todas formas, hacer de censor me deja muy mal gusto en la boca.

    Avelaneda
    Bueno, que te he hecho caso, pese a mi aprensión censora.
    Ya me leí tu post. En la línea, sí.
    besos

    samuel
    jajaja el tono irónico-sarcástico no se aprecia bien por escrito xD
    A ver de dónde pretendía este mozo que sacara 6000 lo-que-fueran y para qué.
    abrazos

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  11. Rain...recién llegada de vacaciones y sigue siendo un auténtico placer leerte, es una gozada, para este descanso veraniego has elegido un tema genial y lo has tratado como un "genio" que eres, de las palabras y las ideas. Como lo he disfrutado...si es que la palabra crítica siempre es constructiva, para eso se ideó o nació...pero ya sabemos, los humanos todo lo trastocamos y cuando queremos herir a alguien decimos que es una crítica constructiva ja ja y ja.Como somos....otra parada que con tu permiso utilizaré con mis alumnos. Gracias.
    Pasalo muy muy bien en tu descanso vacacional y a la vuelta nos vemos en tu casita y en la mia.
    Un abrazote

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  12. Encantado de tu visita en medio del veranito :D
    Permisos para usar cualquier cosa que este "genio" (sí, algo de mala leche tengo a veces xD) publique en su blog te los doy todos, ya lo sabes.

    besos

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