miércoles, 16 de marzo de 2011

independencia

(área de descanso nº 120)
"Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo de continente, una parte de la tierra. Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, aunque se trate de un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; por tanto nunca preguntes por quién doblan las campanas: doblan por ti".
(Devotions upon emergent occasions, Meditation XVII - John Donne, 1624)

En casa de los vecinos del noveno izquierda, el hijo mayor ya se ve un buen mozo y con un buen trabajo, así que mira el tablero y tira un dado. Cinco. Perfecto. Toca sacar ficha de casa. Adiós, papás, me voy a vivir solo, que ya va siendo hora. Agarra su coche y parte raudo.
El muchacho busca piso en alquiler. Tira un dado y sale un seis. Esto marcha. Pronto encuentra un lugar coqueto donde sentirse como en su propia casa, aunque en realidad la casa pertenece al que es su vecino del tercero, que se la alquila por un buen precio. Esto hay que celebrarlo. Baja a la tienda del barrio y compra algunas cosas ricas. Hay que invitar a los amigos, también algo de beber. Se presenta luego en la frutería con su cara de independiente y el dependiente cavila si no fuera por mí, las manzanas te las tendrías que plantar tú mismo.
Celebración por todo lo alto. No tanto, pero como si lo fuera. Es mi celebración en mi propia casa, que no es poco, piensa el joven. Tan animado está que tira el dado. Otro seis. Mejor imposible, voy como un cohete.
Oye, llévame a casa, que ya es muy tarde, le pide un amigo. Vale, me pongo la chaqueta y nos vamos, responde él. Se suben al coche, pero no llegan muy lejos. No sé si es por el asfalto mojado a causa de la lluvia, por la euforia comemundos que aún no se ha disipado y que supuestamente debería hacer invulnerable, por algunas copas de más o porque ese coche que estaba estacionado se les abalanzó a demasiada velocidad... La de cosas que se pueden decir en un atestado. Los dos en el hospital. Huesos rotos, fracturas complicadas. La cosa pinta mal. Imposibilidad de mover las piernas durante un mes. Un brazo en cabestrillo otro mes. Y algunas costillas hechas añicos dificultan los movimientos que tan sencillos parecían hace unas horas. Y lo que duele. Baja laboral para una buena temporada...
La familia llega al hospital. En la habitación hoy no se respeta el horario de visita. Se entiende, en ocasiones así... Los padres han traído el tablero. Anda, hijo, vuelve a tirar. Y ya lo creo que tira. Seis. Maldita sea, otro seis, el tercero. Con lo avanzada que estaba la ficha ...y ahora debe enfilar de vuelta a casa.

Dos calles más allá, una familia termina por acoger al abuelo. Un susto reciente por una caída en la ducha y algunas alarmas por olvidarse de apagar el gas después de calentar la leche del desayuno son suficientes para que hijo y nuera se planteen que el abuelo no puede vivir solo más tiempo. Cualquier día ocurre una desgracia. Lo meten en casa. La visión del pequeño nieto es una alegría pasajera. Al poco, el mundo se le derrumba encima, ya soy un inútil, ya no me dejan ni cuidarme a mí mismo. Cuando el abuelo sale de casa a tomar un poco el sol en algún banco del parque, emulando a las lagartijas, los amigos le preguntan que cómo le va. El abuelo no les dice nada de su nueva situación. Se muere de la vergüenza. Ya soy un inútil, es la idea martilleando en su cabeza, mientras las arrugas en la frente dibujan un abatimiento más profundo de lo que sería razonable. Imposible disimular, pero calla pesaroso. Los amigos se miran. Saben y no quieren comentar.

A mucha distancia de allí, en una ciudad del oriente más lejano, un abuelo es acogido por su familia. Ya no puede seguir viviendo solo y es preciso que ocupe una habitación bajo el mismo techo que el resto de la familia. Todo es alborozo. Al poco, bastón en ristre el abuelo camina hasta un parque cercano. Allí encuentra a sus amigos. Casi le falta tiempo para contarles con entusiasmo que ahora vive con su familia. No puede ser más feliz, no puede sentirse más orgulloso. Los amigos envidian al abuelo y esperan el momento en que ellos también puedan sentirse igual de privilegiados. No conciben mayor honor.

9 comentarios:

  1. :))) A la luz, a través del caleidoscopio..
    porque todo depende del cristal con que se mire hun

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  2. sip, como digo en el link que he dejado en el face, es cuestión de cosmovisiones distintas.
    Aquí, se concibe la independencia de cierto modo que, para otras culturas, no es deseable en absoluto.
    Solo eso.
    ;D

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  3. Espléndido post, de veras, espléndido. Distintas miradas, diferentes realidades.
    Lo de los ancianos tiene delito, por parte de todos, ellos por sentirse inútiles y nosotros que se lo hacemos sentir. HAce unos meses me sorprendió un documental sobre unos monos (de los que no recuerdo el nombre) que cuidaban de sus ancianos, en vez de abandonarlos, encargándoles la vigilancia de las crías... me quedé pasmado.

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  4. Rain....eres un genio....¿te lo había dicho alguna vez? otro escrito....(y van ya).... que utilizaré con mis alumnos....y a toda costa quieren saber quien ese Raindrop gallego que escribe tan bien...visitarán tu blog algunos jajajajaja.

    abrazotedecisivo arquitecto de las palabras

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  5. Decididamente, y como ya te han dicho (siento ser repetitiva), todo depende del cristal con el que miremos.
    Todos deberíamos aplicarnos el cuento, ¿no?

    Me ha gustado mucho.

    Un beso.

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  6. Si señor, que dos visiones de la vejez y la familia, si un día mi madre vive conmigo quiero que no se sienta inutil.
    Me ha gustado mucho

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  7. Tenemos tanto que aprender de la cultura oriental....nos llevan siglos de ventaja en lo que respecta a la ancianidad.

    Jeanne
    ===============

    Oyeeeeee, me voy a portar bien para que me dediques la tira de Mafalda....porfi :-)

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  8. Todo depende del cristal con el que se mire. ;P
    Un besazo guapo!!

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  9. Parece q al final todo se convierte en un ciclo... pasamos de SER a ESTAR..
    Distintas visiones de una realidad que algún día será nuestro presente

    saludos, empiezo a seguirte ;)

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